Y lloraron y lamentaron y ayunaron hasta la noche, por Saúl y por Jonatán su hijo, por el pueblo de Jehová y por la casa de Israel, porque habían caído a filo de espada. Era David de treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años. En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá. Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente. Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán? Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalón, Absalón, hijo mío, hijo mío! Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.

Hoy nos corresponde estudiar el segundo libro de Samuel el cual lleva por tema Devoción. Oramos a Dios para que este estudio pueda ser de bendición para su vida. Dios te agradecemos por las oportunidades que nos das de predicar tu palabra, de escudriñar las escrituras y saber mi Dios que tu palabra nunca vuelve vacía. Bendice a todos nuestros oyentes en cualquier lugar del mundo donde vallan a escuchar este mensaje. Bendice a tu iglesia, bendice nuestra familia y que en esta oportunidad seamos dóciles al consejo de tu palabra que nuestro corazón mi Dios pueda encontrar esperanza al escuchar lo que tu palabra dice en el nombre de Jesús Amen. El segundo libro de Samuel es una historia del reinado de David sobre Judá e Israel. Se trata de un período de cuarenta años (más o menos del año 1010 hasta 970 antes de Cristo), desde la ascensión de David al trono hasta su vejez, cuando ya tiene muchos años y su muerte estaba cercana. Este libro registra los esfuerzos y las debilidades, los éxitos y los fracasos de este hombre de Dios. El reinado llegó a ser el estándar por el cual los periodos de otros reyes fueron evaluados en la historia hebrea. El capítulo 11 es el capítulo clave del libro. Nos informa del pecado grave en que cayó David. Es la clave al libro, porque antes del capítulo 11 había muchas victorias;  después  del capítulo 11 había problemas continuos. Sin embargo, el versículo clave del libro es 2 Samuel 22:21:  «Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado». Este principio se demuestra en todo el libro. Dios bendijo a David cuando hizo bien y lo castigó cuando hizo mal. Históricamente, el libro de 2 Samuel informa sobre el engrandecimiento del reino hebreo bajo el mando de David, el reino establecido por Dios mientras Saúl todavía reinaba. Doctrinalmente, nos enseña los beneficios de ser recto y justo, el juicio por el pecado y la gracia de Dios en el perdón y otras doctrinas similares. Cristológicamente, David es un prototipo de Cristo Jesús, y 2 Samuel 7:12-16 son los versículos claves que aluden al Mesías. David ha sido llamado un hombre conforme al corazón de Dios. Será de gran beneficio estudiar la vida y las obras de tal hombre.