Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: Los hijos de Israel acamparán cada uno junto a su bandera, bajo las enseñas de las casas de sus padres; alrededor del tabernáculo de reunión acamparán. Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, en el mes primero, diciendo: Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo. El decimocuarto día de este mes, entre las dos tardes, la celebraréis a su tiempo; conforme a todos sus ritos y conforme a todas sus leyes la celebraréis. Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, y subid al monte, y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso; no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá. Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión. Ahora bien, el amalecita y el cananeo habitan en el valle; volveos mañana y salid al desierto, camino del Mar Rojo. Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.

En el libro de Números aprendemos de los resultados trágicos de un pueblo que no confiaba en Dios y volvió al pecado. Israel se había acampado al pie del Monte Sinaí por trece meses. Había recibido las leyes de Dios y construido el tabernáculo. El libro de Éxodo termina en el Monte Sinaí, Levítico registra los detalles de la ley dada en Sinaí, y el libro de Números sigue el viaje de la nueva nación de Israel. El título «Números»  es de la palabra latín «numeri»  porque  registra dos ocasiones cuando se hizo un censo,  una vez al principio del libro y otra vez al final. El título hebreo de este libro viene de las primeras palabras  «El Señor habló a Moisés». Esta frase ocurre más de 80 veces en el libro. Este libro, también escrito por Moisés, cubre la mayoría de los 40 años cuando Israel anduvo por el desierto después del Éxodo cerca del año 1445 antes de Cristo. Este libro da un relato ocular de las experiencias de Israel en el desierto. La historia comienza en el Monte Sinaí, sigue en Cades-barnea y termina en los campos de Moab junto al Jordán, al otro lado de Jericó. Este libro fue escrito para la generación más joven (601,730 hombres más las mujeres y niños) que sobrevivieron los 40 años de vagar en el desierto. Era una advertencia para no pecar como sus padres. Históricamente, el libro de Números reporta el viaje de Israel del Monte Sinaí hasta el Monte Nebo.  Doctrinalmente, revela la dirección, protección, prueba,  bendición y el castigo de Dios para Su pueblo. Cristológicamente, prefigura a Cristo de muchas maneras: en primer lugar, el agua de la roca. En segundo lugar, por medio de la serpiente. En tercer lugar, por medio  del   maná, la estrella y la columna de nube y fuego. El Nuevo Testamento cita muchos de estos tipos de Cristo.