Escritura
31 Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; 32 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
La vida del hombre es simplemente como la introducción de un libro, la escena más importante está a punto de suceder. Hoy continuaremos con la serie “Vida Nueva” y el mensaje de este estudio se titula “Lo mejor está por venir” con ustedes su amigo y pastor Paúl Tinoco. No hay duda de que las cosas pequeñas pueden tener un efecto de largo alcance, por ejemplo, miren la situación en la que nos encontramos en el día de hoy. Un pequeño virus conocido como el coronavirus que mide alrededor de 80 a 220 nanómetros, tan pequeño que solamente se puede ver con un microscopio especializado, está causando un desastre mundial. Cientos de países hoy están en cuarentena, han cerrado sus fronteras y se encuentran en una crisis económica severa. Todo causado por un pequeño virus que al inicio paso desapercibido, sin embargo, ahora es la portada de todos los medios de comunicación a nivel mundial. Lo mismo podemos decir en cuanto a la escritura, todos los poemas hermosos que hemos escuchado, todos los libros que nos han cautivado, todas las revistas y artículos que han sido publicados, todo, absolutamente todo, nació de 27 letras del alfabeto. No hay duda que las cosas pequeñas pueden tener un efecto de largo alcance. En la parábola que estudiaremos hoy veremos algo semejante. Les invito a abrir la palabra de Dios en el Libro de Mateo capitulo 13:31-32 la Biblia dice “Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas. Este pequeño texto tiene una enseñanza realmente hermosa. Aquí vemos a nuestro Señor Jesucristo, el maestro por excelencia contar esta pequeña parábola. Una parábola no es más que una narración breve y simbólica de la cual se extrae una gran enseñanza moral. Y la parábola comienza diciendo “El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza” en primer lugar ¿Qué es el reino de los cielos? Es la esfera de dominio de Dios sobre todos aquellos que le pertenecen. El reino es ahora manifiesto en el reinado espiritual del cielo sobre el corazón de los que creen en él, sin embargo, un día no muy lejano será establecido literalmente en un reino aquí en la tierra. Este reino maravilloso no comenzó con bombos y platillos, sino dice el texto que sus comienzos fueron semejantes a un grano de mostaza. Los granos de mostaza son pequeñas semillas redondas, cuyo color va del blanco amarillento al negro. A lo largo de los años se ha utilizado como uno de los condimentos más populares en la gastronomía, sin embargo, también al ser rica en sodio y vitamina A, ayuda a estimular el tránsito de nutrientes y a conformar diferentes tejidos en el organismo; de igua l forma la mostaza es abundante en hierro y potasio, lo que ayuda a que los músculos se mantengan sanos. La mostaza es también muy baja en calorías, aunque tiene una cantidad estupenda de proteínas que ayudan a construir y a reparar tejidos. También, contiene piridoxina, un componente que ayuda a formar glóbulos rojos y que disminuye la resequedad de la piel. Estas y muchas más utilidades tiene esta pequeña semilla. Seguido a esto el texto continúa diciendo. “que un hombre tomó y sembró en su campo” aquí vemos a un agricultor que tomó esta pequeña semilla que mide de 1 a 2 mm y la sembró en el campo. Luego nuestro Señor agrega y dice “el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas” al leer estas palabras muchos agnósticos y ateos se han levantado y han dicho que la Biblia contiene errores y que las palabras de Jesús no son ciertas. Ya que en la actualidad existen semillas como el de la orquídea silvestre que son mucho más pequeñas en tamaño. ¿Qué podemos decir al respecto? ¿Quién tiene razón? Y la respuesta es Jesús tiene razón. ya que cuando se utiliza la palabra grano o semilla en el Nuevo Testamento siempre es en referencia a las hortalizas, que son un conjunto de plantas cultivadas generalmente en huertos o regadíos, esta es la razón por la más adelante en el texto nuestro Señor dice “pero cuando ha crecido es la mayor de las hortalizas” especificando con esto que la semilla de mostaza no es la más pequeña entre todas las plantas, sino entre todas las hortalizas. Esta semilla diminuta que a las justas podemos ver, tiene un crecimiento fenomenal una vez ingresa a la tierra. Se convierte en poco tiempo en la mayor de las hortalizas y se hace árbol de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas. La planta de mostaza en Palestina a menudo crece hasta una altura de cinco a seis metros y en ciertas épocas del año sus ramas se vuelven suficientemente rígidas como para soportar el nido de un ave. Un ave no hace su nido en cualquier lugar, siempre busca un lugar apropiado, un lugar que pueda soportar el peso y si es posible que le provea de alimento. y el arbusto de mostaza cumple con todos estos requisitos. Ahí acaba esta pequeña parábola y a diferencia de otras parábolas que se encuentran en las escrituras, esta no presenta el significado del texto. ¿Qué quiso enseñarnos el maestro? ¿Cuál es la lección detrás de esta pequeña historia? En pocas palabras lo que Jesús quiso enseñarnos es que el reino de los cielos comenzara siendo pequeño en tamaño, insignificante a la vista de los demás, sin embargo, con el pasar de los días se convertirá en un gran arbusto que llenará toda la tierra. Tan solo miremos sus inicios, observemos detalladamente al Rey de este gran Reino. No nació en una ciudad prominente y famosa de su tiempo, sino por el contrario nació en un pueblo pequeño llamado Belén. Bien dijo el profeta de ella “Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará a mi pueblo Israel.”. tampoco nació en un castillo, rodeado de los mejores médicos y sirvientes para atender su parto, el nació en un establo y fue acostado en un pesebre, un recipiente donde comen los animales. En su nacimiento no se congregaron los líderes más famosos y prominentes de su tiempo, sino por el contrario estuvo rodeado de animales y los únicos que lo visitaron fueron unos pobres pastores de los campos de belén. Vivió en Nazaret una región de mala reputación del cual la gente decía “que nada bueno podía salir de ese lugar. Ahora miren a los súbditos del Rey, no eran los estudiantes más sobresalientes de su tiempo, tampoco pertenecían a ningún grupo religioso, ni se encontraban dentro del liderazgo en Israel, eran hombres comunes y corrientes, hombres sin educación, hombres débiles, temerosos, faltos de fe y lentos para aprender. Ningún líder respetado en su tiempo habría puesto sus ojos en ellos, sin embargo, Jesús lo hizo. Bien dijo el apóstol Pablo en referencia a los primeros creyentes “Recuerden, amados hermanos, que pocos de ustedes eran sabios a los ojos del mundo o poderosos o ricos cuando Dios los llamó. En cambio, Dios eligió lo que el mundo considera ridículo para avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos. Dios escogió lo despreciado por el mundo —lo que se considera como nada— y lo usó para convertir en nada lo que el mundo considera importante.” Así comenzó el reino de Dios, y aun cuando el ministerio de nuestro maestro fue poderoso en palabras y milagros, cuando el ascendió al cielo, solo contaba con 120 seguidores. Un inicio pequeño, que pasó desapercibido por muchos. En cierta ocasión un grupo de Fariseos al escuchar a Jesús hablar de su reino le preguntaron: tú que tanto hablas del reino, haber dinos cuando se manifestará, a lo que Jesús respondió: “El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.” que interesante, lo que Jesús les dijo fue que pocos o nadie iban a percibir el inicio del reino ya que no vendría con bombos y platillos, sin embargo el reino ya se estaba manifestando entre ellos. Sin embargo, este reino que comenzó siendo pequeño como la semilla de mostaza, pronto crecerá y se hará un arbusto gigante. Desde la partida de nuestro maestro, el evangelio se ha extendido por el mundo entero, miles se han rendido ante el Salvador, miles han reconocido su miseria y su pecado y han llegado a los pies de Cristo, hoy podemos decir que el cristianismo ha crecido como nunca antes, sin embargo, todavía somos la minoría, todavía vivimos en un mundo corrupto donde el creyente es el hazmerreír de la sociedad. La gran mayoría nos ve como gente rara que pone su fe en fabulas y cuentos de niños, la gran mayoría piensa que para convertirse al cristianismo tienes que dejar a un lado tu cerebro. Somos calumniados, perseguidos, avergonzados, criticados e incluso asesinados. Ser cristiano en nuestros días no es nada fácil, recuerdo que cuando me encontraba trabajando en un Centro de salud, cierto día organizaron un evento al lado de nuestra institución, había deporte, comida y cerveza. De pronto cuando fui a recoger mi almuerzo me llamo el presidente de la comunidad, quien formaba parte del liderazgo en el centro de Salud. Acudí a su llamado y de pronto saco una cerveza y me dijo: sírvete. Le dije: no gracias, no tomo” de pronto sentí un odio profundo en su mirada. Y recuerdo que en esos días ya estaba a punto culminar mi contrato y según yo nada impedía que me volvieran a renovar el contrato, sin embargo, no lo hicieron, recibí una carta de despido del mismo presidente de la comunidad, donde me decía que había hecho una buena labor en la institución, pero no menciono por ningún lado el motivo de mi despido. Al comienzo me sentí triste y frustrado, incluso quise denunciarlos, sin embargo, me di cuenta que tengo un Dios que es mas grande que mis problemas, acudí a él en oración y al poco tiempo él me dio un trabajo donde gano mucho más de lo que ganaba en el trabajo anterior. Como les dije ahora somos minoría, no tenemos voz ni voto en medio de una sociedad tan corrupta y depravada. Vivimos en un mundo donde aparentemente la maldad está triunfando, donde el político corrupto se sale con la suya y donde el asesino y violador sale libre tan solo pagando una buena suma. Sin embargo, esto llegara a su fin, la maldad tiene sus días contados, y aquellos que hoy se jactan de su injusticia un día lloraran eternamente en el infierno. Nuestro Rey está a punto de venir a la tierra, su regreso está cada vez más cerca. Volverá montado en un caballo blanco lleno de gloria y de poder y destruirá a sus enemigos tan solo con el resplandor de su venida. Vendrá a este mundo donde reinará por mil años, y su reino será un reino como nunca antes, un reino de justicia y de verdad, un reino de paz y amor, un reino donde el llanto y el dolor desaparecerán, un reino donde viviremos al lado de nuestro salvador por siempre. El salmista hablo de ello al decir “Dominará de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra. Ante él se postrarán los moradores del desierto, Y sus enemigos lamerán el polvo. Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes; Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones. Todos los reyes se postrarán delante de él; Todas las naciones le servirán. Por ultimo dice el texto que “aún las aves del cielo hacen su nido en ella” ¿Qué significa esto? ¿a quién representan las aves? Yo creo que representa al mundo entero. Recuerden que cuando hablamos de anidar normalmente conlleva la idea de protección, seguridad y refugio. El reino de los cielos crecerá hasta convertirse en un árbol que finalmente proporcionará abrigo, protección y beneficio para toda la humanidad ¿Qué de ti querido amigo? gozaras el privilegio de estar en ese maravilloso reino. Tal vez te preguntes ¿Cómo puedo entrar a él? Y la respuesta es bien sencilla. Jesús mismo lo dijo en Mateo 4:17 “A partir de entonces, Jesús comenzó a predicar: «Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios, porque el reino del cielo está cerca» Primero tienes que reconocer tu pecado, luego tienes que ir a él con un corazón quebrantado y arrepentido, reconociendo tu miseria y tu indignidad delante de Dios. Seguido a esto deposita toda tu confianza en aquel que murió por ti para salvarte. Si haces esto y lo haces de corazón, en ese mismo momento tus vestiduras llenas de harapos serán cambiadas por vestiduras blancas, y de ser hijo del Diablo pasaras a ser hijo del gran Rey y gozaras a su lado por toda la eternidad. No hay duda que lo mejor está por venir. Dios los bendiga.
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