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Enseñando Para Cambiar Vidas
Lección once – Un Paralitico De Cuerpo Y Alma
Pastor - Paul Tinoco
(Centro De Vida)
Duración: 00:20:04 Minutes
Listens:
21
Aired on Jun 21, 2020

Escritura

Marcos 2:1-12

Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. 4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? 8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: ¿Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.

¿tienes problemas? Seguro que si ¿Quién no las tiene? Pero ¿sabías que existe un problema que supera en creces a todos los que has tenido? Hoy continuaremos con la serie “Vida Nueva” y el mensaje de este estudio se titula “Un paralítico de cuerpo y alma” con ustedes su amigo y pastor Paúl Tinoco. Alguien dijo “Si nuestro más serio problema hubiese sido económico, Dios hubiera enviado a un economista. Si hubiese sido psicológico y emocional, hubiera enviado a un psiquiatra cósmico. Si hubiese sido de salud, hubiera enviado a un médico; pero Dios envió a un SALVADOR, porque el más serio problema del hombre es su PECADO.” Hoy estudiaremos la vida un hombre con un problema físico serio, sin embargo, este problema no se compara en nada con el gran problema espiritual que él tenía. Les invito a abrir sus Biblias en el libro de Marcos capítulo 2:1-12. Podemos dividir este estudio en 3 partes. En primer lugar, una multitud reunida en casa; en segundo lugar, un paralitico de cuerpo y alma y en tercer lugar unos escribas endurecidos. En primer lugar, veremos una multitud reunida en casa. La palabra de Dios dice “Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra.” Cuando Jesús entro en Capernaum ya su fama se había extendido por todas partes, muchos querían ser sanados físicamente, otros querían conocerlo simplemente por curiosidad y un grupo muy reducido realmente quería seguirlo y aprender de él. Por este motivo ya no podía entrar abiertamente a la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos y la gente venía a él. Así que cuando entró a Capernaum lo hizo en silencio, y se alojó muy probablemente en casa de Pedro o de Zebedeo, sin embargo, no paso mucho tiempo antes de que se supiera que él estaba ahí y pronto una gran multitud se reunió, lleno la casa y las afueras de la casa y allí les enseñó la palabra de Dios. Los tiempos no han cambiado, muchos en nuestros días se acercan a la iglesia, solo con el fin de sacar algún provecho de ella, otros van por simple curiosidad y son muy pocos los que realmente deciden seguirlo de corazón, renunciar a su vida vieja y rendirse ante el salvador. ¿en qué grupo te encuentras tu amado oyente? En segundo lugar, estudiaremos un paralítico de cuerpo y alma. La palabra de Dios dice: “Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.” De la multitud que estaba escuchando al maestro, la historia ahora se centra en un paralítico que era llevado por sus amigos. Ser paralítico en tiempos de Jesús era realmente un problema serio. Comenzando por el rechazo que la gente los tenía ya que suponían que la enfermedad era consecuencia inmediata del pecado. Por otra parte, en esos días no existía neurocirujanos que podrían ayudar o curar a este tipo de pacientes, no existía fisioterapeutas que pudiera mejorar el estado de sus músculos, ni siquiera había silla de ruedas para que ellos pudieran ser trasladados de un lugar a otro. Estos hombres pasaban la mayor parte del día recostados en su cama y si alguien por compasión no los movía constantemente pronto en su cuerpo se formaban escaras, que eran lesiones purulentas con tejido muerto que pronto los llevaba a una infección y la muerte. Este hombre vivía una vida triste y miserable. no podía vestirse, comer, trabajar, jugar, ni siquiera realizar sus necesidades fisiológicas básicas, este hombre dependían completamente de otros para su supervivencia. Estoy seguro de que más de una vez paso por su mente el deseo de quitarse la vida y acabar con este terrible problema que tenía. ¿Cuántos de nosotros nos podemos identificar con este hombre? muchos estamos enfrentando actualmente serios problemas económicos, problemas en nuestra relación con nuestra esposa e hijos, problemas físicos como el cáncer o una enfermedad terrible, problemas en el área laboral, problemas en los negocios, problemas con nuestro carácter, y un sinfín de problemas más que enfrentamos todos los días. Estoy seguro de que si alguien nos preguntara ¿Qué es lo que más desean en el mundo? Muchos inmediatamente diríamos. Librarme de este problema que me está matando. Cierto día mientras el paralitico estaba en cama,  escucho  una noticia que lo lleno de esperanza,  un  hombre milagroso había llegado a Capernaum,  estoy seguro de que en ese momento su corazón salto de gozo y alegría, por fin había una luz de esperanza en medio de un túnel gris que cubría su vida. Entonces llamo a sus amigos y estos con gusto le llevaron donde el maestro. Sin embargo, grande fue su sorpresa cuando se toparon con una muralla de personas alrededor de él. ¿Qué hacer ante ello? Muchos de nosotros simplemente hubiésemos tirado la toalla, pero no estos amigos, ellos subieron al techo de la casa, hicieron una abertura y bajaron al paralítico. Las casas en esos tiempos no eran como en nuestros días, estas eran mayormente de un piso que contaba con una terraza plana a la que se accedía por una escalera exterior, la azotea era construida de madera, cubierta de paja, espigas y barro. ¿se imagina a estos hombres haciendo eso? Era toda una verdadera hazaña, un acto de fe increíble. ¿Quién se hubiera animado a hacer eso, si no creyera con el corazón que el maestro pudiera sanarlo? Estos hombres tenían la completa certeza de que Jesús seria la respuesta al problema de su amigo. Al ver que abren el techo y empieza a caer polvo, barro y paja. Jesús no los detuvo ni les dijo “¡hombres imprudentes, aléjense de mí que están interrumpiendo mi enseñanza!” por el contrario Jesús vio hombres con mucha fe que creían en él y en lo que él podía hacer. Sin embargo, al descender el paralítico paso algo que nadie esperaba. La palabra de Dios dice “Al ver Jesús la fe de ellos dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.” Todo el mundo esperaba que Jesús le dijera “levántate y anda” ya que ese era aparentemente el mayor problema que él tenía, sin embargo, Jesús le dijo “Hijo, tus pecados te son perdonados”. Jesús veía la vida de forma diferente a los demás, él creía que el problema físico que este hombre tenía, por más que era un problema terrible, no se comparaba en nada al problema del pecado en su vida. El pecado es el mayor problema que el hombre tiene que enfrentar, no solo porque nos lleva a la ruina y el dolor sino también porque nos lleva a la muerte, no solo a la muerte física, sino también a la muerte espiritual, a la separación de Dios por toda la eternidad en el infierno. Todos creían que la necesidad más grande que este hombre tenía era la curación física, sin embargo, Jesús sabía que la necesidad más grande no solo de este hombre sino de toda la humanidad era el perdón de sus pecados, ya que esta es la única manera de reconciliarnos con Dios y traer bendición a nuestra vida terrenal y vida eterna a nuestra vida venidera. Jesús vio en este hombre no solo la confianza en que él podía sanarlo físicamente, sino también la confianza en que él podía perdonarlo de sus pecados. Esta es la razón por la cual le dice “tus pecados te son perdonados” ¿Qué hizo este hombre para merecer el perdón de sus pecados? Absolutamente nada. Este es un ejemplo claro de que la salvación no es por medio de las buenas obras que nosotros hubiéramos realizado, sino es simplemente por gracia por medio de la fe en el Señor Jesucristo. ¿Qué de ti querido amigo? Déjame decirte que todos los problemas que estas enfrentando hoy son pequeños en comparación al problema del pecado en tu vida. A veces tendemos a creer que, si nos sanáramos de nuestra enfermedad, o si tuviéramos un mejor trabajo o si compráramos la casa del año o si terminásemos ese doctorado, o si esto o aquello, entonces seriamos felices, entonces estaríamos satisfechos, sin embargo, estamos totalmente equivocados ya que tener todo esto nunca dará la paz, la felicidad, la satisfacción y la esperanza que tu alma necesita. En tercer lugar, veremos a unos escribas endurecidos. La palabra de Dios dice: “Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: ¿Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.” En el ambiente en que enseñaba Jesús también se encontraban algunos Escribas, ellos eran los eruditos de su tiempo, personas que trascribían las escrituras y las enseñaban al pueblo. Hombres religiosos que poseían una capacidad intelectual increíble, se cree que podían recitar todo el pentateuco o los 5 primeros libros de la Biblia de memoria. Sin embargo, tanta religiosidad no les servía de nada, ya que su corazón estaba totalmente entenebrecido. Estos al escuchar las palabras de Jesús inmediatamente razonaron en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice.  ¿Quién puede perdonar pecados,  sino  sólo Dios? Su razonamiento era correcto, solo Dios puede perdonar pecados ya que todo pecado es en última instancia un acto de rebelión contra Dios y solo él tiene el derecho de condenar o perdonar a alguien. ¿Recuerdan las palabras de David, después que el profeta Natán lo confrontara por su pecado? Él dijo lo siguiente: “Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos” David sabía que había pecado contra su prójimo, pero también entendía que su pecado en primer lugar era una ofensa contra Dios y por eso clamo misericordia y perdón. Para los escribas las palabras de Jesús no eran más que una simple blasfemia, que un hombre actuara como si fuera Dios era la ofensa más indignante de todas y esta debía ser castigada con la muerte. Sin embargo, lo que no se dieron cuenta los Escribas en ese día, es que delante de ellos se encontraba Dios hecho carne. Frente a estas acusaciones Jesús mostro que era Dios de tres formas: primero mostro su omnisciencia o la capacidad de saber o conocer todo. La palabra de Dios dice “Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?” Jesús pudo leer los pensamientos de ellos como un libro abierto, no había necesidad de conversar con ellos para saber lo que pensaban, él conocía cada uno de sus pensamientos. En segundo lugar, Jesús no discutió con los Escribas sobre el hecho de que solo Dios puede perdonar pecados ya que él sabía que esto era verdad y en tercer lugar Jesús respaldo su afirmación demostrando poder divino. Miro a los escribas y al paralitico y les dijo: “Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. De pronto ante el asombro de la multitud, esos músculos débiles y atrofiados comenzaron a moverse y pronto este hombre se puso de pie. ¡qué acto más increíble y maravilloso! Todos se quedaron con la boca abierta, pasmados del poder que salía de este hombre. Ese día el paralítico se fue a su casa caminando, sin embargo, años más tarde su cuerpo estaba en una tumba, el milagro fue maravilloso, pero solo duro por un poco tiempo, sin embargo, el perdón de sus pecados le aseguro un lugar en la presencia de Dios por toda la eternidad ¿Qué de ti querido amigo? ¿con cuál de estos dos grupos te identificas? ¿Tu vida se asemeja a los escribas o al paralítico? Los escribas rechazaron a Jesús porque creían que solo era un hombre blasfemo, si tu hoy cierras tu corazón a Dios, déjame decirte que estas en la misma condición que estos hombres. sin embargo, si tomas el lugar del paralitico y te acercas delante de él tal y como eres, si reconoces tu miseria, parálisis e incapacidad delante de Dios, si te arrepientes de tus pecados y colocas toda tu confianza en Jesús quien murió por ti para salvarte, ten la seguridad que él te salvará, perdonará tus pecados y te dará una nueva vida.

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