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Enseñando Para Cambiar Vidas
Lección Dos - Jesús Y Nicodemo
Pastor - Paul Tinoco
(Centro De Vida)
Duración: 00:20:52 Minutes
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Aired on Mar 15, 2020

Escritura

Juan capítulo 3:1-16

Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.

Uno puede estar tan cerca de Dios y a la vez tan lejos de él. Hoy continuaremos con la serie: “Vida Nueva” y el mensaje de este estudio se titula “Jesús y Nicodemo” con ustedes su amigo y pastor Paúl Tinoco.   Hola queridos amigos, les invito a abrir la Palabra de Dios en el libro de Juan capítulo 3:1- 16, hoy estudiaremos la vida de un hombre que por fuera se veía bien, era un hombre muy respetado y religioso, un hombre que buscaba cumplir rigurosamente la ley de Dios, un hombre del cual todos pensaban que era un digno heredero del cielo. Sin embargo, a pesar de tenerlo todo le faltaba lo más importante, le faltaba experimentar el nuevo nacimiento o de lo contrario pasaría toda la eternidad alejado de la presencia de Dios. Hoy estudiaremos el encuentro de Jesús y Nicodemo.   Juan comienza el texto diciendo “Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.” Este texto nos muestra dos características que tenía este hombre. En primer lugar, era un fariseo. Los fariseos eran un grupo religioso en Israel, hombres que tenían un celo profundo por la ley y las tradiciones, hombres que vestían, hablaban y vivían diferente a los demás, sin embargo, a pesar de toda su religiosidad había algo que les faltaba, carecían de un corazón transformado por el Espíritu Santo. se veían bien por fuera, pero por dentro vivían en la más profunda oscuridad.   En segundo lugar, era un principal entre los judíos. Nicodemo pertenecía al sanedrín, un grupo compuesto por 71 hombres influyentes y de gran estima en  Israel, estos tenían autoridad sobre asuntos civiles, penales y religiosos, incluso podían arrestar y juzgar a quienes se les oponían. Así era Nicodemo, un hombre muy sobresaliente y religioso en la nación de Israel.   La palabra de Dios dice que por la noche buscó a Jesús para conversar con él.  No se sabe con exactitud porque vino de noche, algunos creen que era porque de noche podría conversar con mayor calma y detenimiento con Jesús. sin embargo, creo que la razón correcta es porque tenía miedo y terror a lo que le podrían hacer sus colegas al relacionarlo con el maestro.   Y cuando estuvo cara a cara con Jesús le dijo: “Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él” Nicodemo a diferencia de muchos de sus colegas veía en Jesús algo diferente, lo llama respetuosamente maestro y reconoce que venía de Dios. Al ver el ministerio de Jesús y los milagros que él realizaba, quedó pasmado con el poder que brotaba de él.   Ante esto, Jesús no ahondo en el tema de las señales y milagros sino por el contario fue directo al grano. Le dijo “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Jesús sabía que al tener a Nicodemo al frente no podía dejar pasar la oportunidad de hablarle del asunto más importante para el hombre en lo concerniente a su alma. El nuevo nacimiento.   ¿Qué de nosotros? ¿Cuál es el tema de conversación que tenemos frente a otras personas? Muchos somos expertos en hablar de política, economía y deporte, nos encontramos frente a muchas personas cada día y lo único que sabemos compartir con ellas son asuntos superfluos   que no sirven para nada en cuanto a lo relacionado a la salvación de una persona. Nicodemo quería hablar de señales y milagros, Jesús fue directo al meollo del asunto.   Jesús vio el vacío en su corazón y le dijo de forma contundente y sincera “Nicodemo si no naces de nuevo ten la seguridad que nunca verás el reino de Dios” Nicodemo, así como todo buen judío entendía lo que era el reino de Dios, sin embargo, tenía un concepto distorsionado de cómo llegar a él. él creía que, por ser descendiente de Abraham, por guardar la ley o por cumplir al pie de la letra los diferentes ritos religiosos tendría la entrada asegurada, sin embargo, no era así. No importa cuán religioso sea uno, ni como se vista, ni cuantas veces haya asistido a una iglesia, si una persona no experimenta el nuevo nacimiento todo será en vano.   El nuevo nacimiento es uno de los temas más importantes en las escrituras, así que es nuestra misión anunciarla a todos a nuestro alrededor. Se cuenta que el renombrado Jorge Whitefield predicó tantas veces sobre el texto que dice: “Os es necesario nacer de nuevo”, que una persona de su auditorio le preguntó: “¿Por qué predica usted tanto sobre el mismo texto?” y la respuesta fue la siguiente: “Porque os es necesario nacer de nuevo.”   Estoy seguro que las palabras de Jesús dejaron boquiabierto a Nicodemo ¿Cómo podía ser eso? ¿acaso toda su religiosidad no servía para nada? ¿acaso todo su esfuerzo humano por alcanzar la salvación era solo tiempo perdido?   C. H. Lenski en su comentario del libro de Juan describe muy bien lo que Nicodemo debió estar experimentando en ese momento “¡Qué golpe para Nicodemo! Ser judío no lo hacía partícipe del reino; ser fariseo, considerarse más santo que las otras personas, no le representaba nada; ser miembro del sanedrín y su fama como uno de sus escribas sumaba cero. ¡Este Rabí de Galilea le dijo tranquilamente que él todavía no estaba en el reino! Todo aquello sobre lo cual había depositado sus esperanzas a lo largo de una vida difícil se hizo añicos y quedó valiendo menos que un montón de cenizas”   Seguido a esto Nicodemo medio perplejo responde “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” Nicodemo no entendía muy bien las palabras del maestro incluso le parecían un poco absurdas e imposibles.   Sin embargo, Jesús para aclararle el tema le dice “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” Muchos creen que cuando Jesús habla del nacimiento en agua habla del nacimiento natural ya que él bebé se encuentra antes de nacer bajo un líquido que lo recubre que es el líquido amniótico, otros creen que se refiere al bautismo, sin embargo creo que la interpretación correcta del agua en este pasaje no es un agua física ni literal, sino el agua en este pasaje es una figura o un símbolo de purificación y limpieza y si a esto le sumamos el espíritu, es claro entender que se refiere al lavamiento o limpieza espiritual del alma que es obra exclusiva del Espíritu Santo por medio de su palabra.   Este tema no era nuevo para Nicodemo, el profeta Ezequiel tiempo atrás había hablado de esto en el Antiguo testamento. Por ejemplo, Ezequiel 36: 24-27 dice: “Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os   limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.” Aquí vemos una maravillosa promesa de parte de Dios para su pueblo, les promete que un día regresarían nuevamente a su tierra y les promete una completa renovación espiritual.   A pesar de que Jesús le aclaro una y otra vez el tema, Nicodemo respondió ¿Cómo puede hacerse esto? Para Nicodemo aceptar que la salvación era un regalo de la gracia de Dios que se obtiene por medio de la limpieza espiritual del alma por la obra del Espíritu Santo era algo difícil de creer, más fácil era para él confiar en su justicia personal o en sus buenas acciones como el medio por el cual llegar al cielo.   Seguido a esto vemos como Jesús reprocha su ignorancia al decirle ¿eres tu maestro de Israel, y no sabes esto? Su falta de entendimiento no tenía excusas ¿Cómo un maestro tan conocido y prominente, no podría entender el camino a la salvación? Eso era algo vergonzoso. Es como si un graduado de la universidad más prestigiosa de nuestro tiempo no sabría leer ni escribir.   Me gustaría decirles que eso no se ve en nuestros días, sin embargo, Nicodemo no es más que uno de millones de personas que viven con una venda en los ojos, cegados por su religión y tradición a tal punto que son ignorantes de verdades espirituales básicas de la fe cristiana.   Sin embargo, ante la ignorancia de Nicodemo Jesús no se dio por vencido y para que él entendiese el asunto se lo ilustró con una historia del Antiguo Testamento. ¿no hacemos lo mismo nosotros? Alguien dijo que una imagen es mejor que mil palabras y eso es lo que quería hacer Jesús con Nicodemo. Le pinto una historia que se encuentra en Números capítulo 21 donde narra como la nación de Israel después de ser liberada de Egipto y andar en el desierto empezó a murmurar contra Dios y contra Moisés diciendo «¿Por qué nos sacaron de Egipto para morir aquí en el desierto? Aquí no hay nada para comer ni agua para beber. ¡Además, detestamos este horrible maná¡ ante esto Dios como castigo envió serpientes venenosas y muchos fueron mordidos y murieron. Así que el pueblo arrepentido acudió a Moisés y  clamó  diciendo  «Hemos  pecado  al  hablar  contra  el SEÑOR y  contra  ti.  Pide al SEÑOR que quite las serpientes» entonces Moisés oró por el pueblo y Dios le dijo «Haz la figura de una serpiente venenosa y átala a un poste. Todos los que sean mordidos vivirán tan solo con mirar la serpiente». Y así sucedió   Jesús utiliza esta ilustración y le dice a Nicodemo “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.”   Waoo que hermosa comparación, y cuan fácil de entender. Ya me imagino a Jesús mirar fijamente a Nicodemo y decirle “Nicodemo, así como Moisés levanto la serpiente, dentro de muy poco tiempo seré muerto y levantado en una cruz por amor a ti, y así como las personas se salvaban solo con mirar a la serpiente, de la misma forma todo aquel que fije su mirada por la sola fe en el salvador será curado del terrible mal del pecado y obtendrá la vida eterna.   Esas fueron una de las últimas palabras de Jesús a Nicodemo y aunque al parecer en ese momento Nicodemo no tomó la decisión de seguir al Maestro, más tarde Nicodemo abrazo por medio la fe la sublime gracia de Dios y experimentó el nuevo nacimiento. Esto lo llevó   a defender valientemente a Jesús ante el sanedrín y a la muerte del maestro ayudo a José de Arimatea a preparar su cuerpo para la sepultura.   ¿Qué de ti amado amigo? ¿Has experimentado el nuevo nacimiento? Tal vez tu vida se asemeje a la de Nicodemo, confías en tu religión, confías en tus buenas obras, confías en tu moralidad y en tus tradiciones como el camino para el Reino de Dios.   Quiero decirte que Jesús no piensa de la misma forma y las palabras que le dijo a Nicodemo hace mucho tiempo atrás son las mismas palabras para ti en el día de hoy “el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”   Se narra que un ladrillo muy interesante sacado del antiguo muro de Babilonia lleva la inscripción de uno de sus reyes poderosos. Sin embargo, en el centro de la inscripción está grabada la pata de un perro que, sin duda, vagaba por la populosa ciudad mientras este ladrillo particular estaba secándose al sol. La inscripción de la pata del perro tiene notable ventaja sobre la inscripción real, y los peritos no han podido leer —y, por tanto, conocerse— el nombre del rey, a pesar de lo mucho que lo han intentado.   Este suceso se compara muy bien a lo que paso con nosotros. Fuimos creados a imagen de Nuestro Dios, sin embargo, a causa del pecado la imagen de nuestro creador quedo desfigurada y borrada, resaltando la imagen del maligno que quedó impregnada en el corazón humano. Esta es la razón por la cual el hombre necesita nacer de nuevo y para ello nuestro corazón, así como el ladrillo tiene que ser enteramente desecho y hacerlo de nuevo para quitar de ella todo rastro de la pata de perro.   Enrique Drumond dijo lo siguiente: “Así como una planta debe descender hasta el mundo muerto que está abajo y tocar su materia con el misterio de la vida que ella tiene. De semejante manera, el hombre natural está sin esperanza, está muerto, hasta que Dios, el Ser infinito, llega a él, lo hace nacer otra vez, le abre los ojos del alma y le permite ver el reino de Dios.”   Amado amigo, quiero acabar este estudio citando las últimas palabras que le dijo Jesús a Nicodemo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.”  Waoo que amor tan maravilloso e indescriptible. Yo soy Padre y tengo un hijo pequeño de 2 años al cual amo con todo mi corazón, pero estoy seguro que nunca lo enviaría a un campo de batalla a rescatar a alguien ya que sé que probablemente hacer eso le costaría la vida.  Sin embargo, por amor a la humanidad Dios lo hizo, envió a Jesucristo, su único hijo para morir por todos nosotros, no por gente buena y respetable, sino por gente cruel y despiadada, gente que se goza en su impiedad y le da la espalda continuamente a su creador, por nosotros vino Cristo para darnos una nueva oportunidad.   Y desde esa cruz ofrece salvación y vida eterna a todo aquel que en él cree. Ven a él querido amigo, ven a él en arrepentimiento y fe, ven con ese peso de maldad sobre tus hombros y descárgalos sobre aquella cruz, fija tu mirada en el salvador, deja de confiar en tus tradiciones y en tu religión y descansa solamente en él. Si lo haces la mugre de tu pecado será limpiada, el Espíritu Santo vendrá a ti y él te dará un nuevo corazón y una nueva vida.

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