(Centro De Vida)
Escritura
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; 24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno. Salmos 139:23 y 24 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? 10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Jeremías 17:9 y 10
Hoy seguiremos con nuestro estudio sobre el espacio, quiero recordarte que no estamos hablando del espacio más allá de nuestro planeta sino del espacio interno que nosotros conocemos como el corazón del hombre, el Salmos 139:23 y 24 dice: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”. Esas palabras nos dan una idea del problema que el hombre tiene en su corazón, recuerda que no estamos hablando del órgano físico del cuerpo sino de la mente, las emociones y la voluntad del individuo, el Salmista David nos está demostrando que el espacio interno del corazón humano es algo que va más allá de la comprensión del hombre, en esta pequeña frase encontramos varias cosas. En primer lugar, reconocemos que es una petición a Dios, en segundo lugar, vemos que David está pidiendo ayuda concerniente a un asunto espiritual de gran importancia, y en tercer lugar tenemos la mención de que el hombre es incapaz de conocerse a sí mismo y en cuarto lugar vemos que es una petición completa pues, pide que Dios le examine, le pruebe y le guíe. No podemos explorar el espacio interno sin la ayuda de Dios, no sería malo aquí repasar las palabras del profeta Jeremías, busca conmigo la cita en Jeremías 17:9 y 10, dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras”. David reconoció su inhabilidad en el Salmos 19:12 cuando dijo: “¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos”. Te repito, el hombre tiene que tener la ayuda de Dios para poder explorar y conquistar el espacio interno de su corazón, claro está que Dios sí es capaz. ¿Sabes? La inhabilidad del hombre solo hace magnificar la habilidad de Dios, de acuerdo al Salmos 139 Dios ha escudriñado y conoce completamente a todo individuo, te conoce a ti y me conoce a mí, sabe cada paso que damos, conoce cada palabra que hablamos, sabe aun lo que pensamos, no hay un lugar ni en las alturas del cielo ni en las profundidades del infierno en que una persona se pudiera esconder del ojo de Dios. Por eso te digo que si la persona quiere estar en paz consigo mismo debe buscar ayuda divina, la ayuda de Dios. Quiero decirte que el hombre se encuentra en un estado de desesperación, lo malo es que él es perverso y no hay nada en él que le puede ayudar para hacer solas las cosas para remediar su situación, escucha lo que Dios dice acerca de la situación en Jeremías 13:23: “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?”. Mientras que la situación del hombre es desesperante, Dios no le deja sin esperanza, el hombre no puede hacer nada por sí mismo, pero Dios está presto a ayudarlo, de hecho, Dios ayudará a cualquier persona que le pide ayuda, si la persona busca ayuda divina por medio de arrepentimiento y fe en Cristo Jesús, Dios le rescatará de su cárcel espiritual. El espacio interno puede ser controlado únicamente por medio de la gracia divina, ¿cómo puede ser logrado? Bueno, en primer lugar, el corazón tiene que ser limpiado, el Salmos 51:9 y 10 nos muestra la oración de un pecador arrepentido: “Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. En el versículo 7 el Salmista dice: “Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve”. Tal limpieza del corazón es adquirida únicamente cuando el individuo ha aceptado la aplicación de la sangre de Cristo a su vida. 1 Juan 1:7 nos enseña que la sangre de Jesucristo, su hijo, nos limpia de toda maldad. Según Tito 3:5 esta experiencia de limpieza viene por medio de lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo. En segundo lugar, el corazón tiene que ser renovado, al recibir a Jesús Dios nos da un corazón nuevo, Él promete en Ezequiel 36:26: “Os daré un corazón nuevo y pondréis un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”, cuando una persona se entrega a Cristo hay un cambio de mente, de emociones y de voluntad. ¿Por qué? Porque el Espíritu Santo llega a vivir en el que se entrega a Cristo. En tercer lugar el corazón debe aceptar la ley de Dios, Jeremías 31:33 y Hebreos 8:10 nos hablan del día cuando Dios pondrá su ley en las profundidades del ser del hombre y las escribirá en su corazón, esa ley que el hombre tiene por dentro será evidencia de que el individuo pertenece a Dios y que ya no vive en rebelión a Él, al suceder esto la ley dejará de ser una lista de reglas por las cuales el hombre será juzgado y llegará hacer los benditos principios por medio de los cuales el hombre vivirá con alegría. Jesús dijo: “Bienaventurados los del limpio corazón porque ellos verán a Dios”. El corazón del hombre no es limpio entre tanto está en su estado no regenerado, pero cuando la persona recibe a Cristo le es impartido un nuevo corazón, uno nace del Espíritu Santo espiritualmente y es hecho una nueva criatura en Cristo, este individuo sabe lo que es sentir la presencia personal de Dios, este individuo ha cambiado completamente. Déjame decirte que el espacio interno del hombre depende del poder de Dios, así como el sol es la única fuente de luz que recibe nuestro planeta así también Dios es la única esperanza para el hombre pecador, no hay otro quien puede contestar las preguntas ni resolver los problemas más profundos del espíritu humano, solo Dios. Ese es el milagro de la maravillosa gracia de Dios, el remover la oscuridad de tu vida por medio de iluminarla puede sacar tu vida de lodo elevándote hacia lo sumo, Él puede limpiarte de todas las impurezas de tu vida y convertir al hombre más pecador en un santo, Jesús dijo: “Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios”. En todos estos estudios te he dicho vez tras vez que el hombre es incapaz de explorar y conquistar el espacio interno de su corazón, pero no así Dios. Dios puede conquistar la mente, las emociones y la voluntad del hombre, ese es el corazón del Evangelio y la esperanza de todo pecador. Conste que no es cosa insignificante el cambiar el corazón del hombre, acuérdate que el corazón es engañoso sobre todas las cosas y perverso, es en su corazón, su mente, emociones y voluntad donde el hombre se separa de Dios, su corazón es lo que tiene que ser reconciliado con Dios. El reformar tus acciones no va a ser suficiente, el hombre puede contentarse con mejorar la apariencia externa, pero Dios está examinando y juzgando al corazón, el apóstol Pablo se refiere a esta verdad cuando escribe acerca de la ordenanza carnal de la circuncisión, en Gálatas 6:15 Pablo dice: “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación”. Y esta nueva creación es esencial, los ritos carnales que nosotros podemos hacer no pueden servir como sustituto de la creación espiritual que Dios aplica al corazón cuando lo renueve. Piensa en el hecho de que es imposible que el hombre cambie su corazón quedando bien con Dios, el hombre no tiene la habilidad ni el poder para hacer eso, en Jeremías 10:23 encontramos las siguientes palabras: “Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos”. Si el hombre ni siquiera puede ordenar sus pasos, ¿Cómo cambiará su mente, emociones y voluntad para estar bien con Dios? Te digo que el hombre no puede, él tiene que buscar a Dios porque Dios es el único que puede realizar este cambio, por eso es que te dije que el espacio interno del hombre es incomprensible para sí mismo, pero es aquí donde insertamos las buenas nuevas del Evangelio, según 2 Corintios 5:17-18 el Evangelio anuncia “que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; y he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo”. Vamos a orar. Padre, gracias te doy por haber hecho lo imposible en mi vida, qué tranquilidad el saber que uno es nueva criatura en Cristo Jesús y que ya no estoy bajo condenación, te doy gracias por amarme y por haberme dado vida eterna en Cristo, Padre todo lo que soy te lo debo a ti, ayuda a mis amigos en pedir tu ayuda para poder también ellos conquistarte, gracias te doy por escuchar mi petición, en el nombre de Jesús. Amén.
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