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Explorando El Espacio Interior
Necesita Un Conquistador Infalible
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Feb 17, 2022
Feb 11, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
Vistas:
30

Escritura

Lucas 11:24-26; Salmos 139:23 y 24

Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. 25 Y cuando llega, la halla barrida y adornada. 26 Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Lucas 11:24-26 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; 24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno. Salmos 139:23 y 24

En Lucas 11:24-26 Jesús nos relata la experiencia de un hombre que pasó por una de las más trágicas que podría pasarle al ser humano, este hombre no perdió sus riquezas ni su vida, no era un inválido, no estaba en la cárcel por algo que no había hecho, ¿qué le pasaba? Vamos a leer, Jesús dijo: “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. Y cuando llega, la halla barrida adornada. Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero”. Esos versículos enseñan muchas cosas en referencia a demonios o espíritus inmundos, nos enseña la posibilidad de la reformación en el hombre, nos enseña que el poder de los demonios sobre una persona puede aumentar llegando a ser un gran peligro para el individuo poseído, pero yo no quiero hablar de todas estas cosas, lo que quiero que observes conmigo hoy en estos versículos es el peligro que corremos cuando sacamos lo malo por reformación y no llenamos el vacío que queda con una renovación espiritual. Acuérdate de que estamos explorando el espacio interno, no el lugar donde van los astronautas sino el espacio interno del corazón del hombre, su mente, sus emociones y su voluntad, todo su ser. Este evento que nos relata el Señor Jesucristo se relaciona a nuestro estudio de la siguiente manera: el corazón no conquistado es un territorio incomprensible y tiene necesidad de un conquistador infalible, acuérdate del Salmo que hemos usado varias veces en nuestro estudio, el Salmos 139:23 y 24, ¿te acuerdas? Dice: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mi camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”, es una oración en donde el salmista pide a Dios que le examine, le pruebe, le observe y le guíe, el salmista está reconociendo que le será imposible escudriñar o explorar el espacio interno de su propio corazón, él sabía que solo Dios puede hacer eso, y con esto en mente David busca a Jehová pidiéndole que haga su obra en su vida. Hay muchos significados en los verbos que el salmista usa, fíjate en lo que dice: “Examíname”, indica que el salmista se daba cuenta de que había pecado en su vida y de que él necesitaba limpieza, “conóceme” indica que el salmista tenía un deseo de compañerismo con Dios y que estaba dispuesto a hacer todo lo posible por entrar a ese compañerismo, “pruébeme” indica que el salmista tenía un deseo de servir a Dios al asegurarse de que sus pecados habían sido tratados satisfactoriamente eliminándolos y “guíame” nos indica el deseo del salmista de la diaria dirección de Dios en su vida, te digo que esta es una oración que todos necesitamos levantar a Dios. Regresemos ahora al caso del pobre hombre de quien nos hablaba Jesús, es un hombre quien se ha deshecho de un demonio solo para ser poseído más tarde con el mismo demonio y siete de sus compañeros, ¿qué es lo que Jesús quiere enseñarnos con este relato? Lo que quiere enseñarnos es el peligro que corre el hombre al intentar imitar lo bueno, este peligro nunca vendría sobre la persona que ha abandonado sus pecados para aceptar a Jesucristo como su único y suficiente Salvador, nunca. Déjame decirte que el cristianismo no es algo bueno de índole negativo, el cristianismo va más allá del simple no hacer cosas malas, el cristianismo es una relación positiva con Dios por medio de Jesús. El problema de este hombre estaba en el hecho de que sacó las cosas malas de su vida sin llenar el vacío con cosas buenas, no me malentiendas, no estoy diciendo que el cristianismo es hacer cosas buenas, la salvación no es algo que Dios te va a dar aparte de sí mismo, no es igual a lo que hacemos nosotros al enviar un regalo a un familiar o amigo quien vive lejos de nosotros, no es Dios enviándonos de lejos un regalo sino que es Dios mismo por medio del Espíritu Santo entrando a nuestro espíritu humano para vivir en nosotros, la salvación es el Espíritu de Dios entrando al espíritu humano para habitar eternamente en él. El problema del hombre de quien nos habla Jesús es que cuando sacó al espíritu inmundo de su vida, su vida quedó vacía, solo estaba esperando a otro ocupante, por eso no debemos sorprendernos al encontrar que el postrero ocupante era más terrible que el primero, al creer en Jesús aceptarle en el corazón no es como recibir un trago de agua, es tener agua viva por dentro de uno, no es como tomar un vaso de agua, es tener todo un río por dentro, ¿Te acuerdas de que Jesús le dijo a la Samaritana que si ella bebía del agua que Él le daría no volvería tener sed jamás? El Apóstol Pablo lo explica de otra manera usando otra analogía, Pablo dice que ser cristiano significa que el creyente está en Cristo, y que Cristo está en el creyente, hay una relación establecida entre la persona de Cristo al momento de la conversión cristiana, nadie puede ser cristiano a menos de que el Espíritu Santo habite en él, Romanos 8:9 nos dice: “Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”. Esa es la relación personal del cual te hablo, cuando Dios habita en el corazón por medio de la fe en la persona de su Espíritu Santo, esa vida nunca puede estar vacía, y por lo consiguiente no puede ser invadida por fuerzas satánicas. Dios es el conquistador infalible del espacio interno del corazón del hombre, Él lleva a cabo su campaña por medio del Espíritu Santo, el Espíritu Santo convence al pecador del error de su camino y este pide a Jesucristo entrar a su corazón para salvarle, al hacer esto uno nace de nuevo pero esta vez nace espiritualmente, este nacimiento le introduce en la familia de Dios y es en ese momento cuando el Espíritu Santo de Dios hace morado en su espíritu humano. Es el Espíritu Santo quien le sella y le asegura de por vida eterna y de que Satanás nunca más podrá ser su dueño, lo maravilloso de esta verdad es que no es únicamente el caso de algunos creyentes, sino que es el caso de cada uno de los creyentes. Dios sigue llevando a términos su campaña de conquistar al corazón espiritual del hombre por medio de su Santa Palabra, Él convenció a David de sus pecados por medio del profeta Natán, Él convenció a Pedro de sus pecados por medio de las palabras de Jesús cuando predijo que Pedro le negaría, Jesús habló del poder limpiador de su Palabra en Juan 15:3 diciendo: “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os se hablado”. Sí, el Espíritu Santo de Dios hace uso de la palabra de Dios para limpiar al pueblo de Dios. Te pregunto: ¿Es Dios el conquistador infalible de tu corazón? Él tiene que serlo si es que quieres vivir en paz con seguridad, Él lo será si tan solo consientes con tu mente aceptar lo que Él dice acerca de tu necesidad y de su remedio en la Biblia, si tan solo admites en tus emociones que tienes pesar por llevar la vida de pecado que llevas y que quieres ser otra persona por medio de invitar a Cristo entrar a tu corazón para ser tu Salvador y Señor, si tan solo le entregas tu mente, emociones y voluntad entonces le habrás entregado tu corazón y es importante que comprendas que esta es la única forma en que llegará a tener verdadera libertad, debes creerlo porque Dios lo dice, tal vez te gustaría hacer esto en este preciso momento, hazlo, inclina tu cabeza y dile a Dios: “Señor, confieso lo que soy, soy un pecador y no tengo excusa, siento mucho que he pecado en contra de ti y en contra de tu santidad, yo quiero ser limpio, quiero tener tu perdón, creo que Tú has provisto perdón para mí por medio de la muerte y resurrección de Cristo y acepto esta verdad por medio de la fe, gracias por entrar en mi corazón. Ya que has hecho esto, dale gracias a Dios y ve a decirle a otra persona lo que te ha sucedido, diles que tu corazón ha sido conquistado por Dios. Vamos a orar. Padre, gracias te damos por todos mis amigos quienes han venido a ti en este momento, gracias por tu amor y tu misericordia, gracias por entrar en sus corazones, Padre no comprendemos tu amor, pero estamos tan agradecidos de que Tú nos ames, te damos las gracias en el nombre de Jesús. Amén.

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