(Centro De Vida)
Escritura
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; 24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno. Salmos 139:23-24 Y respondió Joab: No malgastaré mi tiempo contigo. Y tomando tres dardos en su mano, los clavó en el corazón de Absalón, quien estaba aún vivo en medio de la encina. 2 Samuel 18:14
Nosotros hemos tenido el privilegio de ser testigos de la carrera espacial, la Unión Soviética fue la primera nación en enviar una nave al espacio y los Estados Unidos fueron los primeros en enviar un hombre a la luna, el espacio ha llegado a ser un asunto de gran interés desde que estos dos súper poderes comenzaron esta carrera. Nuestro vocabulario se ha extendido con el progreso de esta carrera espacial, nos hemos familiarizado con términos como cosmonautas, satélites y muchos otros términos más. Muchos han participado con la urgencia del programa espacial y han dado mucho dinero para apoyar el progreso, este dinero ha sido usado para la preparación de naves con más potencia, estaciones espaciales donde varios hombres pueden vivir y trabajar en el espacio, el desarrollo de sistemas de dirección para las naves además de sistemas para vigilancia militar al igual que para exploración científica, nuestro interés ha sido capturado mientras que descubrimos lo desconocido del espacio, pero quiero decirte que hay otra frontera que nos reta pero es una frontera que el hombre por lo general no desea explorar, este lugar sería un magnifico lugar de exploración y sin embargo ha sido abandonado, estoy hablando del espacio interno del corazón del hombre, yo siento que es esencial que exploremos y conquistemos este campo para nuestro bienestar temporal al igual que eternal. Han habido varios hombres quienes han comprendido la importancia del espacio interno, unos mil años antes del nacimiento del Señor Jesucristo, un salmista llamado David escribió las siguientes palabras que encontramos en el Salmos 139:23-24: “Examíname, oh Dios, conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”. Por medio de estas palabras comprendemos que David reconocía que iba a necesitar de la ayuda de Dios para explorar el campo del espacio interno del corazón del hombre, el reto de esta exploración es enorme. Explorar el espacio interno no es cosa fácil, uno podría pensar que esta tarea sería asunto de poco esfuerzo, pero no es así, la verdad del asunto es que cuando entramos al espacio interno estamos entrando a un lugar de dimensiones sin límite, el espacio interno en la Biblia es identificado bajo el término corazón y es importante que comprendamos que la palabra corazón en la Biblia tiene tres diferentes significados. En primer lugar, corazón lleva el significado de lo profundo o el centro de una cosa y esto es ilustrado en las palabras de Moisés cuando habló en referencia a que Dios había abierto paso en medio del mar diciendo: “Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas, se juntaron las corrientes como en un montón, los abismos se cuajaron en el corazón del mar”. Moisés habla de las profundidades del mar, de esto nos habla también Mateo cuando nos cuenta de que Jesús estaría tres días y tres noches en el corazón de la tierra. En segundo lugar, corazón se relaciona al órgano del cuerpo que bombea sangre, de esto nos habla 2 Samuel 18:14 al relatarnos como Joab lanzó tres dardos al corazón de Absalón para darle muerte. En tercer lugar, el significado religioso del término corazón se relaciona a la mente, las emociones y la voluntad del hombre, ese es el más común en las Escrituras Sagradas, cuando la Biblia apela espiritualmente o presenta el mensaje del evangelio siempre se dirige al corazón de los hombres y ese es el espacio interno que deseamos estudiar en los siguientes mensajes, este es el lugar que necesitamos explorar y conquistar, el espacio interno del intelecto, emoción y la voluntad del hombre. En varios lugares del Nuevo Testamento encontramos donde corazón se aplica a la habilidad del hombre para entender, pensar y responder a base del razonar, Mateo 9:4 nos habla de cómo los hombres piensan mal en sus corazones, Mateo 13:51 se refiere al hecho de que el hombre puede entender en su corazón, Marcos 2:6 nos da el relato de algunos quienes cavilaban en sus corazones, Lucas 1:51 nos muestra cómo los hombres pecan por la imaginación de sus corazones, Romanos 10:9 hace un llamado al hombre de creer con el corazón, 2 Corintios 9:7 muestra que el hombre puede proponer en su corazón hacer algo y esos son solo algunos ejemplos que encontramos en el Nuevo Testamento, ejemplos que demuestran el uso del término corazón para ilustrar el proceso mental. El pensar, razonar, imaginar, creer y proponer son experiencias mentales, para hacer estas cosas se requiere una comprensión, una evaluación, una comparación y el poder llegar a conclusiones, todos estos son procesos mentales y ese es el significado que la Biblia nos da refiriéndose a la mente del hombre, pero usando la palabra corazón. También hay varios versículos en la Biblia donde el término corazón es usado para hablar de las emociones del hombre, de acuerdo a la Biblia es en el corazón donde el hombre ejerce sus poderes de amar y odiar, Mateo 22:37 hace un llamado al hombre de amar a Dios con todo su corazón, Juan 16:6 nos relata un momento en la vida de los discípulos de Jesús cuando tristeza llenó sus corazones, Hechos 2:37 describe la convicción del pecado cuando ciertas personas se compungieron de corazón mientras que, Hechos 2:46 nos dice que los cristianos primitivos comían juntos con alegría y sencillez de corazón. En todos estos versículos la palabra corazón representa la parte emocional del hombre, el experimentar amor, tristeza, convicción de pecado, alegría. Todas estas palabras son expresiones de emoción y sin embargo la Biblia dice que son actividades del corazón, esto simplemente indica que el uso de corazón en la Biblia muchas veces se refiere a la parte emocional de la personalidad del hombre, en otras partes de la Biblia corazón se refiere a la voluntad del hombre, sus poderes voluntarios. Marcos 3:5 nos indica la tristeza de Jesús al ver la dureza de los corazones de aquellos quienes no quieren creer, ese mismo término se repite en Marcos, Juan y Romanos. La dureza del corazón simplemente significa una voluntad testaruda y llena de rebelión, es una descripción de aquellas personas quienes viven en rebelión contra Dios, es aquella persona que en el centro de su ser ha escogido ir en contra del Señor rechazando a Dios. Quiero que pienses en todo lo que hemos dicho, cuando la Biblia habla de corazón es un sentido religioso, en su sentido religioso está hablando de la mente, de las emociones y de la voluntad del hombre, está hablando acerca del centro y a la esencia de la personalidad del hombre. Lo que el hombre piensa, lo que ama, lo que odia y lo que tiene voluntad de hacer eso es lo que el hombre es, te digo que este espacio interno del hombre es un lugar de dimensiones sin límite, nadie puede comprender completamente los pensamientos, las emociones y la voluntad del hombre, solo Dios lo puede hacer y yo siento que la meta de madurez espiritual y perfección está en traer cada pensamiento a obediencia en Cristo, el amar a Dios con todo el ser y al prójimo como a uno mismo y hacer la voluntad de Dios con alegría y deleite, esto es una meta imposible y sin embargo tú y yo tenemos que buscar cómo alcanzarla. Diariamente comprendemos mejor las palabras del profeta Jeremías cuando dijo: “Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos”, las dimensiones del corazón humano son tan variables y profundas que cada uno de nosotros necesitaremos ayuda divina para poderlo explorar y conquistar. Vamos a orar. Padre, nos arrodillamos delante de ti para pedir tu ayuda, confesamos que somos maravillosamente hechos y tenemos capacidades como las tuyas de mente, emociones y voluntad. Al mismo tiempo confesamos que somos pecadores, en nuestros corazones hay pensamientos malos, nuestras mentes maquinan el mal, nuestras emociones aman lo que no deben amar y nuestra voluntad escoge las direcciones equivocadas y sin embargo nos regocijamos por la salvación que tú nos has dado en tu Hijo Cristo Jesús, ayúdanos ahora a explorar y conquistar las dimensiones del espacio interno de nuestros corazones y así controlarlo para tu honra y tu gloria, en el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.
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