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Escucha: Dios Habla
Dios Habla Por Medio De La Palabra Viva
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on May 13, 2021
May 07, 2021
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

Hebreos 1:1-4; Hebreos 1:2-4; Juan 1:1,2 y 14; 2 Corintios 5:19; Juan 17; 1 Juan 5:11 y 12; 1 Juan 5:10.

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4 hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos. Hebreos 1:1-4 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan 1:1,2 y 14 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 2 Corintios 5:19

Hebreos 1:1-4 nos da este testimonio del Señor Jesucristo, “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quién constituyó heredero de todo, y por quién asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos”. Esto es una descripción tremenda de nuestro Señor Jesucristo.   Este texto nos reta a investigar la descripción que nos da de Jesús y de postrarnos en adoración a sus pies. Sólo hay una parte de esta descripción que quiero que observemos hoy en nuestro estudio, es la frase que nos dice Dios, “en estos postreros días, nos ha hablado por el Hijo”. Pensemos un momento en eso, Dios se ha revelado a sí mismo en muchas maneras y formas, a través de muchas personas distintas, pero, cuando los últimos días vinieron sobre el hombre, Dios habló a través de su Hijo; no por medio de un profeta, ni por sueños o visiones, sino por medio de la presencia personal de su unigénito Hijo. Para que pudiéramos entender el gran significado de ese hecho, el Hijo nos fue descrito en Hebreos 1:2-4, “Él es el heredero de todas las cosas, el creador de mundos, el brillantez de la gloria y la imagen expresada de la persona de Dios”. Él mantiene unido al universo con su poder, Él borró nuestros pecados con el sacrificio que hizo por lo que hemos confiado en Él. Él ascendió al cielo y se sentó a la diestra de Dios mismo, tiene una posición en el cielo que es mayor que la de los ángeles y de los huestes celestiales, ese es el Hijo a través de quién Dios, nos ha hablado.   No es pequeña cosa cuando decimos que Dios nos ha hablado por medio de la palabra encarnada, la palabra encarnada es Dios mismo en carne humana, hablando a los hombres a través de la persona de Jesús de Nazaret. Consideremos la lectura que encontramos en Juan 1:1, 2 y 14, “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Observemos que la palabra “Verbo”, usado en el texto, comienza con una “V” grande o mayúscula, nos indica que verbo es más que una palabra que emite un sonido que nos relata un significado, es más que una palabra hablada como silla, libro o algo por el estilo. La referencia es a una palabra personal, un título dado al Hijo de Dios. El texto nos indica que el verbo, el Señor Jesucristo, estuvo desde el principio indicando su existencia eternal. Él estuvo con Dios indicándonos su comunión íntima con Dios, Él era Dios indicándonos su deidad, fue hecho carne indicándonos que Él que ya era, se hizo lo que no era. Voluntariamente y totalmente, se hizo hombre para caminar entre la humanidad. Aún en su estado encarnado vimos su gloria, indicando que el Cristo encarnado reveló a Dios de una forma que ningún otro podría revelarle. De hecho, la gloria de Dios resplandecía en la persona de Jesús, su gloria fue muestra de su relación única que el unigénito del Padre. Su ser estaba lleno de gracia y verdad. Y concluimos que el verbo fue una manifestación de la totalidad de su deidad, y no tan sólo una parte de su divinidad.   Esto se relaciona con los dos nombres dados a Jesús de Nazaret. El profeta Isaías, declaró que Él era llamado “Emanuel”, el ángel dijo ese pasaje de escritura a José, y sin embargo mandó a José en nombrar al niño “Jesús”, ¿Debería ser su nombre Jesús o Emanuel? Su nombre era Jesús, Él era Emanuel. Jesús significa “Salvador”, Emanuel significa “Dios con nosotros”. Su nombre era Jesús, pero todos los que le conocían, testificaban que Él era Emanuel. Su nombre es Jesús, pero Él es Dios con nosotros. Debemos entender esta verdad, Jesús no trajo el mensaje de Dios a los hombres; Él es el mensaje de Dios a los hombres. Su mensaje no está únicamente en lo que dijo, sino en quién Él es. Claro que sus enseñanzas son importantes, pero sin Él, y si Él no fuera Emanuel en su misma naturaleza, sólo hubiera sido otro profeta quien habló el mensaje de Dios a los hombres, Jesús era mucho más que eso. Él podría decir con toda verdad, tanto tiempo hace que estoy con vosotros ¿Y no me has conocido?, el que me ha visto a mí, ha visto al Padre, Yo y el Padre, uno somos.   La explicación de la Biblia, de la doble naturaleza de Jesús, el hecho de que era Dios y al mismo tiempo humano, se encuentra en 2 Corintios 5:19, “Dios estaba en Cristo”, y eso es. No existe distinción entre Dios y el Cristo encarnado a quien nosotros conocemos como Jesús de Nazaret. “Por cuanto agradó al Padre que en Él habitase toda plenitud, porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad. Aquel que era hombre entre los hombres, al mismo tiempo es Dios en carne humana”. Es un misterio asombroso, pero un misterio verdadero. Las palabras de Cristo encarnado van de acuerdo a su naturaleza divina. Una y otra vez, Él testificó que las palabras que Él hablaba eran las palabras de Dios, escuchemos su oración en Juan 17, “He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido que verdaderamente salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad”.   Las cosas que Jesús habló, las cosas que enseñó eran las mismas palabras y el mensaje de Dios, sus palabras iban de acuerdo a su naturaleza, la revelación de Dios al hombre. Por eso es que el Nuevo Testamento insiste, en que el hombre debe recibir a Jesús para poder recibir a Dios, no hay otro camino a Dios, Jesús mismo dijo, “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí”. Los apóstoles juntaron sus testimonios con el de Él cuando dijeron, “y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos”. 1 Juan 5:11 y 12, nos da otro testimonio de esta verdad, “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. 1 Juan 5:10 dice, “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo”. Jesucristo es el mejor y la última revelación de Dios. Aquellos quienes rechazan a Jesús, rechazan la revelación de Dios y recibirán castigo. Dios nos ha hablado por su Hijo, la palabra encarnada, ¿Cuál es tu relación con Jesucristo? ¿Has puesto tu fe en Él como tu único y suficiente Salvador? Recíbele en este preciso momento, vamos a orar.   Padre, nos inclinamos en adoración a Cristo Jesús, tu unigénito Hijo, sabiendo que en Él, Tú te has revelado en la manera más perfecta. Te damos gracias por Jesús, te damos gracias que podemos llegar a conocerte personalmente por medio de Él, ayúdanos a ser las personas que tú quieres que seamos, que demos testimonio de que somos tus hijos por medio de la fe en nuestro Salvador. En el nombre de Jesús te lo imploramos, Amén.

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