Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. Números 12:6 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Isaías 6:1 y 8 Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. Jeremías 1:7

Me alegro de que estén nuevamente conmigo hoy, y quiero decirles que el Dios a quien adoramos, es un Dios grande y maravilloso. Se ha revelado a nosotros de muchas maneras maravillosas, para que pudiéramos llegar a conocerle personalmente y tener una relación redentora, por medio de la gracia con Él.   Dios nos ha hablado de sí mismo en muchas formas, Él nos ha hablado sin palabras por medio de la naturaleza. La revelación de Dios por medio de la naturaleza es tan evidente, universal y completa, que la persona que rechaza esa revelación de Dios queda sin excusa. Pero Dios no solo ha usado una forma de revelación de sí mismo al hombre. De la manera en que Dios se ha revelado por la palabra no hablada, a través de la naturaleza, Él nos ha hablado directamente por medio de hombres y ángeles. A veces, las palabras que Dios habló fueron escuchadas con el oído humano. A veces, esas palabras fueron habladas al corazón, por medio de sueños y visiones. Siempre Dios se estaba comunicando con la conciencia del ser humano, por medio de palabras. Los sueños fueron el vehículo que Dios usó muchas veces, para dar a conocer su mensaje. Él prometió lo siguiente en Números 12:6, “Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él”, no cada revelación fue comunicada de esta manera, pero muchos mensajes sí lo fueron. Encontramos dos ejemplos significativos en el Nuevo Testamento, en el libro de Mateo, en donde Dios usó sueños para hablar, un ángel del Señor vino a José y le habló en un sueño diciéndole que tomara a María como esposa, aunque ella estuviera en cinta antes del matrimonio de ellos, porque ella llevaba al Santo Ser en su vientre. La Biblia es muy específica en decirnos, que un ángel se le apareció en sueños a José. José estaba tan convencido de que el mensaje era de Dios, aunque no tenemos ningún relato para indicar que Dios le había hablado anteriormente, que fue sin demorar, y tomó a María para ser su esposa. Después Dios le habló nuevamente a José en sueño, para instruirle de escapar con María y el niño, en vista de que Herodes quería matarle.   Pienso que esas son ilustraciones suficientes para indicar que Dios ha hablado con el hombre por medio de sueños. Dios también ha usado visiones para comunicar su mensaje a los hombres. Los profetas del Antiguo Testamento dieron testimonio repetidamente, de cómo Dios les había dado una visión para entregarles el mensaje que Él quería que ellos dieran al pueblo, o a personas en particular.   Las visiones grabadas en el libro de Daniel y en el libro de Ezequiel, son las más reconocidas entre nosotros. Isaías escribió una de sus visiones en el capítulo 6:1 y 8, “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”. El profeta Jeremías contó que él entro al ministerio, como resultado de una revelación, “Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes de que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”.   Teofanía es un método que Dios uso para revelarse al hombre. Teofanía es una aparición de Dios mismo, tal aparición se encuentra en Éxodo 3, donde Moisés estuvo en la presencia de Dios ante una zarza que ardía con fuego, pero no se consumía. Otro relato se encuentra en el capítulo 19 de Éxodo donde Moisés habló con Dios quien bajó sobre el Monte Sinaí en demostración en terremoto, fuego y humo y con sonido de trompeta. Esos fueron momentos muy especiales, sin embargo, fueron un método que Dios uso para comunicarse con el hombre. Mensajes vocales siempre acompañaban a los sueños, visiones y teofanías, en cada instante a Dios le agrado aparecer y hablar al oído o a la mente de la persona quien recibía la revelación. En cada uno Dios estaba hablando por medio de palabras expresadas.   Reiteración profética fue el método mayormente usado por Dios para comunicarse con el hombre en los días de la Biblia, el profeta Jeremías tuvo una experiencia que ilustra el mensaje vocal de cada uno de los mensajeros de Dios. Dios le dijo en Jeremías 1:7 “a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande”. Dios prometió mucho antes en Deuteronomio 18:18 lo siguiente, “Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare”. Aun el profeta que se había alejado del camino bueno a quien reconocemos por el nombre Balaam, reconoció la fuente de las palabras que él decía, él dijo en Números 24:13, “Si Balac me diese su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi arbitrio, más lo que hable Jehová, ¿eso diré yo?”. Todos los profetas del Antiguo Testamento declararon que sus mensajes eran de Dios, mientras que paso por las hojas de los libros proféticos les oigo hacer esta declaración una y otra vez. Isaías tuvo una visión que él vio, Jeremías fue un hombre a quien vino la palabra de Jehová, Ezequiel anuncia que los cielos le fueron abiertos y vio visiones de Dios, Daniel testificó de una visión que le vino de noche de parte de Dios, Oseas dijo que la palabra del Señor vino a él, Joel, Jonás, Miqueas y muchos profetas dieron testimonio de lo mismo. Gracias a Dios por su mensaje a los hombres en el idioma de los hombres por medio de las palabras que hombres hablaron, que privilegio es vivir en una era en donde ese mensaje ha sido dado, lo podemos estudiar y aplicar a nuestro diario vivir. La revelación de Dios mismo al hombre fue dada más perfectamente en la persona de Cristo Jesús. Hebreos 1:1-3 nos dice, “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”. Jesús dijo lo siguiente a los hombres en Juan 12:49 y 50 “Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho”.   En Juan 17:8 Jesús dijo al Padre, “porque las palabras que me diste, les he dado”. Al oír las palabras de Jesús y los profetas de Dios oímos las palabras de Dios mismo. Debemos hacer caso a estas palabras, el que escucha y hace caso obedeciendo sus palabras, tendrá la luz de la vida eterna con Él para siempre. El que desobedece y rechaza sus palabras va camino al juicio en donde será condenado por toda una eternidad. Escucha y obedece. Vamos a orar.   Padre gracias por darte a conocer, tú has hablado maravillosamente tu mensaje en nuestro idioma y no tenemos excusa si lo rechazamos, debemos obedecer, gracias por darnos tal revelación. Ayúdanos a vivir en la luz de lo que hemos aprendido, porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.