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El Hogar Celestial
El Hogar Celestial - Parte 4
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:31 Minutes
Listens:
1
Aired on Jun 11, 2020

Escritura

Apocalipsis 21:5; Apocalipsis 21:1-5; Éxodo 29:45; Marcos 15:38; Hebreos 9:8; Hebreos 10:19-22; Isaías 60:1; Apocalipsis 21:9-16; Apocalipsis 22:1-5; 1 Corintios 2:9-10

Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. (Apocalipsis 21:5) Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. 5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. (Apocalipsis 21:1-5) Y habitaré entre los hijos de Israel, y seré su Dios. (Éxodo 29:45)

Cuando Dios comenzó a explicarnos cómo era el cielo, puso delante de la relevación la declaración, “he aquí yo hago nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:5) Es como si Él nos dijera, la presente creación esta vieja y decaída y pronto la removeré. El destino eterno que tienes tú será una coa nueva y bella que nunca has conocido. ¿Cómo describe Dios lo que no se puede describir? Él usa términos que podemos entender y diseños simbólicos para que podamos si quiera intentar saber un poco de cómo será el lugar en donde iremos todos los redimidos. En Apocalipsis capítulos 21 y 22, Dios usa tres cuadros para darnos una idea de cómo será el cielo. Él nos habla de comunión perfecta, protección y provisión, bajo los símbolos de un tabernáculo, una ciudad y un jardín. Después, para asegurar nuestra fe nos dice, “estas palabras son fieles y verdaderas”. Vamos a leer Apocalipsis 21:1-5, “vi un cielo nuevo y una tierra nueva porque el primer cielo y la primera tierra pasaron y el mar ya no existía más. Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén descender del cielo de Dios dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran vox del cielo que decía “he aquí el tabernáculo de Dios con los hombres y Él morará con ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjuagará toda lágrima de los ojos de ellos y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor ni dolor porque las primeras cosas pasaron, y el que estaba sentado en el trono dijo, he aquí yo hago nuevas todas las cosas y me dijo escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas”. Ese es un cuadro de cómos será el cielo. La parte más importante de esa revelación es la declaración, “he aquí el tabernáculo de Dios con los hombres y el morará con ellos”. Parece ser una paráfrasis de Éxodo 29:45 que dice, “y habitaré entre los hijos de Israel y seré su Dios”. El propósito de hacer e tabernáculo en el desierto, era para ver que los Israelitas pudieran gozar de la presencia de Dios después de su liberación de Egipto. ¿Cómo será el cielo? Será como un gran tabernáculo en donde el pueblo de Dios pueda vivir en la presencia personal de Dios, disfrutando de una comunión ininterrumpida con Él. Piensa en eso, en ese tabernáculo antiguo testamentario, moraba la gloria de Dios. Sin embargo, Dios se manifestaba únicamente en el lugar santísimo en donde solo el sumo sacerdote podía entrar una vez al año. El pueblo sabía que Dios estaba ahí pero no podían ver a causa de la cortina o velo que estaba puesto ahí en medio. Ellos no podían verle personalmente. La misma condición prevaleció cuando construyeron el templo, entonces vino ese día cuando Jesús murió en la cruz y el velo se rasgó desde arriba hasta abajo, según Marcos 15:38. Eso significa que el camino hacia Dios estaba abierto para todo el que quería entrar y aún hoy día desea entrar (Hebreos 9:8 y Hebreos 10:19-22) Aun así, nuestro acceso a Dios está limitado por causa de nuestra carne, no será así cuando estemos en el cielo, la comunión será perfecta, viviremos en su tabernáculo. Apocalipsis 21-22 nos revela que no habrá templo en el cielo, la razón es sencilla, todo el cielo será su templo, su tabernáculo. No entraremos para después salir de la casa de Dios como hacemos aquí en la Tierra, todo el cielo es su casa y todos nosotros le adoráremos y tendremos comunión con Él, no importando el rinconcito en que estemos. También el cielo será como una ciudad, dando protección absoluta a todos sus ciudadanos, ¿cómo será esa ciudad? La gloria de Dios la atravesará, así como la luz se refleja a través de una piedra de cristal. La ciudad estará rodeada por un muro de jaspe con tres puertas en cada uno de sus 4 lados. La fundación del muero será construida de piedras preciosas como el zafiro, la esmeradla, el topacio y otras. La ciudad misma será de oro pero transparente sobre el vidrio. No habrá necesidad de la luz del sol ni de la luna, ni de luz artificial porque la gloria de Dios y el cordero de Dios brillarán en ella. Las puertas de la ciudad nunca se cerrarán porque habrá completa seguridad de día y la noche en el cielo ni siquiera existe. Los ciudadanos serán aquellos que tienen sus nombres inscritos en el libro de la vida, ¡Qué clase de ciudad! Tiene una armonía sin monotonía, una variedad sin igual y una unidad sin uniformidad, Su gloria será como la de una jovencita que viene a presentarse delante de su marido. Por fin se cumplirá la profecía de Isaías 60:1, “levántate, resplandece porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha caído sobre ti”. Hoy día nuestras ciudades son la maldición de nuestra sociedad, en ellas nacen los criminales, los líderes no sabe qué hacer para mejorar nuestra situación pero allá, la ciudad de Dios será el centro de la santidad, protección y vida en abundancia, El sr. H Stron dijo, “la representación del cielo como una ciudad parece sugerir seguridad de cualquier peligro, provisión para cualquier deseo, intensidad de vida, variedad de ocupaciones y una relación cercana los unos con los otros”. ¡Qué bueno poder ser ciudadano de esa bendita ciudad llamada cielo! Léase Apocalipsis 21:9-16. Apocalipsis 22:1-5 nos demuestra el tercer cuadro que Dios nos da para poder saber más o menos de cómo será el cielo. Después me demostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal que salía del trono de Dios y del cordero. En medio de la calle de la ciudad y a uno y otro lado del río estaba el árbol de la vida, que produce fotos, dando cada es su fruto. Y las hojas del árbol eran para la sanidad de las vacaciones y no habrá más maldición y el trono de Dios y del cordero estará en ella y sus ciervos les servirán y verán sus rostros y su nombre estará en sus frentes. No habrá ahí más noche y no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol porque Dios, el Señor, los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos. ¿Puedes ver ese cuadro? Existen 5 cosas que son necesarias para la felicidad del humano, agua, comida, salud, comunión y productividad. Esas 5 cosas esenciales en nuestra  felicidad se encuentran en el cielo. En cuanto al agua hay un río limpio de agua de vida resplandeciente como cristal. En cuanto a comida, el árbol de la vida que produce 12 frutos. En cuanto a salud y las hojas del árbol serán para la sanidad de las naciones. En cuanto a comunión y verán su rostro y en cuanto a productividad, y sus ciervos le servirán. ¡Sí! Habrá completa alegría cuando estemos en el cielo. La historia humana comenzó con el jardín del edén. En ese jardín estaba el árbol de la vida, un río grande y un alegre deseo de servir a Dios juntamente con la comunión que se tenía con Él. La historia humana terminará con un jardín, el jardín de Dios. La belleza del último será mil veces más resplandeciente que la del primero. ¿Cómo será el cielo? Será un lugar de perfección, perfecta comunión, perfecta seguridad, perfecta provisión, perfecto servicio y todo eso será eterno. Será como adorar a Dios en su tabernáculo, vivir con Él en su ciudad y caminar con Él en su jardín. En realidad, todo esto está más allá de nuestra imaginación, Primera de Corintios 2:9-10 dice, “cosas que ojo no vio ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le ama pero Dios nos las reveló a nosotros por el espíritu, porque el espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios. Padre, gracias por prepararnos tan precioso lugar a donde vamos a ir muchos de nosotros a morar contigo. Permite que muchos de nuestros amigos se preparen para ese viaje que vamos a hacer dentro de poco tiempo, ayúdeles a comprender su necesidad de Cristo, en el nombre de Jesús te lo pido, amén.

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