Copyright 2016-2019 Lifeword
El Hogar Celestial
El Hogar Celestial - Parte 3
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:31 Minutes
Listens:
1
Aired on Jun 10, 2020

Escritura

Deuteronomio 27:15; Salmos 11:4; Hechos 3:21; Hebreos 9:19-24; Juan 3:13; Hebreos 1:3; Hebreos 10:12; Hebreos 1:14; Mateo 18:10; Lucas 15:7-10; Isaías 6:3; Hebreos 2:9; Juan 14:3; Eclesiastés 12:7; Gálatas 5:21;

Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén (Deuteronomio 27:15) Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres. (Salmos 11:4) a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo. (Hechos 3:21)

Un amigo mío fue invitado por una persona para asistir a un banquete, la persona le dijo: “te encantará conocer a las personas que van a asistir” Mi amigo respondió, “¿de veras? ¿Quiénes son estas personas que van a estar presentes?”. Esa es una pregunta importante. Cuando consideramos nuestros destino eternal, sea el cielo o el infierno, sería bueno saber quiénes van a estar presentes. En el estudio de hoy vamos a escudriñar la Biblia para encontrar la respuesta a la pregunta, ¿quiénes estarán en el cielo? Uno espera tener buena compañía en el cielo. El cielo no sería el cielo si existiera en él un compañerismo corrupto, no. El cielo es un lugar maravilloso en donde el pecado no puede entrar pero, ¿quiénes nos harán compañía allá en el cielo? ¿Quiénes habitan en el cielo? La Biblia es clara en decirnos que Dios está en el cielo, el cielo es el hogar de Dios, es su palacio, es su casa, nunca ha habido un tiempo en la historia humana en que Dios no haya estado en el cielo. Tanto es su identificación con el cielo que Jesús mismo nos enseñó a orar diciendo, “Padre nuestro que estás en los cielos”. Él es nuestro padre celestial. Deuteronomio 27:15 expresa esta oración a Dios, “mira desde tu morada santa, desde el cielo y bendice a tu pueblo Israel”. Observemos que Moisés dijo que el cielo era la morada de Dios, desde luego Dios es santo, su morada también tiene que ser santa, no se puede malinterpretar lo que Moisés estaba diciendo, “Dios vive en el cielo”. Los salmistas del antiguo Israel declararon que la residencia de Dios estaba en el cielo, el Salmo 11:4 nos dice, “Jehová está en su santo templo, Jehová tiene en el cielo su trono”. El que desea acercarse a Dios, por lo consiguiente debe poner su atención y su afecto en las cosas celestiales. El testimonio no ha terminado todavía, Moisés, el de las leyes, enseñó que Dios moraba en el cielo. David el salmista dijo que Dios vivía en el cielo. Isaías el profeta engrandeció el testimonio de ellos por medio de decir las siguientes palabras en Isaías 61, “el cielo es mi trono y la tierra estrado de mis pies, dijo Jehová”. Toda la Biblia está de acuerdo en que Dios vive en el cielo. Con Dios el padre reina Jesucristo. Simón Pedro declaró que el cielo recibiría a Jesús hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas según Hechos 3:21. Jesús, nuestro sumo sacerdote, ha entrado hasta el cielo mismo para aparecer en la presencia de Dios de parte nuestra según Hebreos 9:19-24. Jesucristo no sólo fue al cielo después de haber cumplido su tarea de la obra redentora en la cruz y su resurrección, Él vino del cielo con el propósito de hacer esa labor de redentora (Juan 3:13). En su ascensión y coronación, Él simplemente regresó al lugar de donde había salido, ÉL pertenece al cielo, por eso es que Él, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la majestad en las alturas (Hebreos 1:3). Ahí está Él hoy, sentado a la diestra de su padre según Hebreos 10:12, “ven conmigo al cielo, no podrías tenerme mejor compañía, Dios y Jesús estarán ahí”. Una cantidad innumerable de ángeles estarán en el cielo también. Los ángeles son esos seres celestiales, espíritus sobrenaturales que son enviados a ministrar por aquellos que son salvos (Hebreos 1:14). ¡Qué maravilloso será poder ver a esos ángeles que estuvieron cuidándonos y ayudándonos mientras andábamos aquí en la Tierra! Los ángeles tienen conciencia de dos mundos, son enviados para ayudarnos a nosotros sin embargo, también tienen el privilegio de ver el rostro de nuestro padre celestial según Mateo 18:10. Cuando un pecador se arrepiente y acepta a Cristo como su salvador, son los ángeles en el cielo los que hacen fiesta y gozan en la presencia de nuestro Dios (Lucas 15:7-10). Los ángeles en el cielo están tan ocupados en alabar a Dios y en servirle que nunca tienen tiempo de aburrirse. Isaías los vio volando de un lado a otro diciendo, “santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos, toda la Tierra está llena de su gloria” (Isaías 6:3). Lea los capítulos 5-7 de Apocalipsis, "encontrarás a los ángeles sentados alrededor del trono, postrados de cara adorando diciendo, “el postrero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza”. ¡Cómo me gustaría tener el empleo que tienen los ángeles! Eso no es todo. En primer lugar, Dios estará en el cielo; en segundo lugar, los ángeles de Dios estarán en el cielo pero en tercer lugar, todos los salvos por todas las generaciones estarán también ahí. ¡Qué grato saber que cuando yo llegue al cielo estaré con Dios, con sus ángeles y con sus hijo redimidos!”. Los santos de Dios serán superiores a los ángeles de aquél entonces.  Cuando Cristo vino en carne fue hecho un poco menor a los ángeles para que así pudiera sufrir la muerte según Hebreos 2:9. El hombre pecador está mucho más debajo de los ángeles en categoría pero cuando Jesús salva a un hombre, esa persona redimida llega a ser superior a los ángeles. Hay unas palabras que se encuentran en un himno viejo que expresan mis sentimientos, “santo, santo, santo, es lo que cantan los ángeles y yo quisiera ayudarlos en hacer que eso suene por todo el cielo, pero cuando yo canto la historia de redención, los ángeles cesarán de cantar porque no pueden saber el gozo que la salvación trae a mi corazón”. Los ángeles son hijos de Dios por medio de la creación, ÉL los hizo, ellos le pertenece. El hombre no solo es creación de Dios sino que puede llegar a ser hijo de Dios por medio de la creación.  Dios hizo al hombre físicamente y después lo hizo espiritualmente en Cristo Jesús. Nosotros los creyentes somos mucho superiores a los ángeles porque no sólo fuimos creados como sus hijos sino que nacimos sus hijos. Siempre habrá alguien que dirá, “la Biblia no dice que uno va al cielo cuando muere”, no permitas que tal incredulidad te moleste, la Biblia no usa esas palabras pero enseña esa verdad. Jesús prometió prepararnos un lugar en la casa de su padre. Habiendo preparado ese lugar prometió que regresaría para llevarnos a ese lugar según Juan 14:3. ¿Dónde está Jesús? Está en el cielo a la mano derecha de su Padre. ¿A dónde irán los creyentes cuando Él viene por ellos? Ellos irán con Jesús para estar en la presencia personal de Dios, ahí es el cielo. El creyente va directamente al cielo al morir, el no queda dormido en la tumba hasta la resurrección. El cuerpo vuelve al polvo de donde vino y el espíritu va a Dios quien lo dio (Eclesiastés 12:7). El apartarse para estar con Jesús es lo que la muerte significa pare el cristiano. Te advierto, solo los salvos irán al cielo; los incrédulos no pueden entrar a la gloria de Dios. Pablo dijo en Gálatas 5:21 “Ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas, no heredarán el reino de Dios”. Jesús puede darte perdón aquí y el cielo allá, acéptale como tu salvador. Padre, con gran entusiasmo estamos esperando el día en que el Señor Jesucristo recibirá la palabra tuya de venir a traernos para estar contigo. Sólo una cosa nos desanima, hay tantos de nuestros amigos y familiares que aún no te conocen, ayúdanos a hablarles de la salvación que se encuentra en tu hijo para que ellos también puedan gozar juntamente con nosotros cuando estemos en tu presencia, en el nombre de Jesús te lo suplico, amén.

Otros archivos en esta serie