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El Hogar Celestial
El Hogar Celestial - Parte 2
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:31 Minutes
Listens:
1
Aired on Jun 09, 2020

Escritura

Marcos 14:62; Genesis 1:20; Genesis 1:20¸ Apocalipsis 6:13; Salmo 11:4; Juan 14:2; Mateo 18:1; Hebreos 11:10; Colosenses 1:11; 1 Pedro 1:4-5; Apocalipsis 22:2; Apocalipsis 7:16-17; Apocalipsis 21:4; Apocalipsis 21:1; Apocalipsis 20:14; 1 Corintios 15:26; Apocalipsis 21:23-25; Apocalipsis 7:16; Apocalipsis 21:25; Apocalipsis 21:27; Apocalipsis 22:3-5; Mateo 25:46; 2 Corintios 4:17; Hebreos 4:9; 1 Corintios 13:8-10; Hebreos 22:23; Juan 3:36

Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. (Marcos 14:62) Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. (Genesis 1:20) Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, (Marcos 13:24) y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. (Apocalipsis 6:13)

Hace mucho tiempo atrás tuve que cambiar de alojamiento, debido a que sentí el llamado del señor para hacerlo. Iba a cambiar de casa, ir de un país a otro en donde no hablaban el idioma que nosotros acostumbrábamos a hablar y en donde las costumbres eran totalmente distintas a las que teníamos. En cuanto se lo hice saber a mi esposa surgieron muchas preguntas en nuestras mentes, ¿cómo sería nuestro nuevo hogar? Yo intenté de la mejor forma posible describir el lugar en donde estaríamos trabajando, como sería la vida de las tiendas, las iglesias y todo lo que podía yo pensar para describir cómo sería nuestra vida ahí. Es natural que yo quiera tener las respuestas a todas las preguntas en cuanto a nuestro nuevo hogar, todos queremos saber del lugar en donde vamos a vivir, por eso es que hacemos preguntas en cuanto al cielo. En cuanto nos damos cuenta de que el plan de Dios, nuestro Padre, es llevarnos con Él al cielo, comenzamos a pensar en cómo será. Vamos a escudriñar la palabra de Dios para ver cómo será ese hogar celestial que está esperando a todos los que hemos creído en Cristo como nuestro salvador. Primeramente, vamos a acordarnos que la Biblia usa el término cielo, pero le da 3 distintas aplicaciones. La Biblia habla de las nubles del cielo en Marcos 14:62 y de las aves que vuelan en el firmamento del cielo (Génesis 1:20), ese es el primer cielo, esa expansión de aire en el cual vuelan los pájaros y se mueven las nubes. El segundo cielo es la expansión de espacio en donde están las estrellas (Marcos 13:24 y Apocalipsis 6:13). Pero existe un tercer concepto del cielo que es muy distinto a los otros dos, el tercer cielo es la presencia inmediata de Dios, “cuando oran los justos, Dios oye desde el cielo, su morada”, de acuerdo a Primera de Reyes 8:30. El salmista escribió bajo divina inspiración, “Jehová está en su santo templo, jehová tiene en el cielo su trono” (Salmo 11:4). Jesús nos enseñó a comenzar nuestras oraciones con las palabras “Padre nuestro que estás en los cielos”. EL cielo en donde el Padre está, ahí es donde vamos a estar nosotros sus hijos. No seremos seres espirituales que viajaremos por la atmósfera como lo hacen las aves y las nubes; no seremis viajeros en el espacio, quienes pasarán de planeta en planeta, no. En el cielo estaremos en la presencia de Dios, ese es el lugar al que nos referimos cuando preguntamos cómo será el cielo. Acordémonos que cuando Jesús habló del cielo lo llamó “un lugar”. El prometió, “voy pues a preparar un lugar para vosotros” (Juan 14:2). El cielo es un lugar definido, específico e identificable. La realidad del cielo es indicada por otros títulos que la Biblia usa para describirlo, Mateo 18:1, nos enseña que el cielo es un reino con un rey, Dios todopoderoso. Hebreos 11:10 lo describe como una ciudad con ciudadanos. Juan 14:2 lo llama “la casa de mi padre” que indica el hogar con un padre amante y sus hijos amados. Colosenses 1:11 lo declara como la herencia de los santos en luz, mientras que Pedro lo describe como una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe (Primera de Pedro 1:4-5). El doctor Lokier nos trae el pensamiento de que el cielo es el lugar en donde moran los justos. Él hace énfasis en que el cielo es una morada que está preparada para los justos, Jesús fue a preparar un lugar para nosotros. El cielo será la morada de los redimidos de todas las edades, el cielo es una morada paternal en vista de que será la casa de nuestro padre Dios. El cielo es un palacio, y su esplendor va más allá del poder de escribirlo. El cielo es morada agradable, de gozo sin igual y llena de gloria. El cielo será nuestra morada de Paz, no podrá entrara nada ahí para interrumpir con la tranquilidad. EL cielo es una morada permanente, ya no tendremos que mudarnos de un lado para otro, ni siquiera vamos a desear hacer eso. El cielo es una morada para miembros exclusivamente, los miembros siendo aquellas personas que tienen a Cristo como salvador personal. El cielo será una morada de perfección, todo lo que pudiésemos necesitar o desear, se encuentra ahí. Sólo hablar de ello me entusiasma, ¿y a ti? Lo maravilloso del cielo está basado sobre dos cosas: la presencia de todo lo bueno y la ausencia de todo lo malo. Existen numerosas declaraciones Bíblicas que son expresadas negativamente. Mientras que la Biblia nos asegura la presencia de Dios, los santos de todas las generaciones y de todo lo que pudiésemos necesitar o desear, también nos da una lista de cosas que no habrá ahí. No menos de 7 veces, la Biblia identifica las cosas que ya no existirán en el cielo, hagamos una lista de las cosas: (1) Ya no habrá enfermedad ni dolor (Apocalipsis 22:2). (2) No habrá más hambre ni sed (Apocalipsis 7:16-17). (3) Ya no habrá más llanto ni tristeza (Apocalipsis 21:4). (4) Ya no existirá el mal (Apocalipsis 21:1). (5) Ya no habrá muerte (Apocalipsis 20:14 y Apocalipsis 21:4 y Primera de Corintios 15:26). (6) Ya no existirá la noche (Apocalipsis 21:23-25). (7) Ya no existirá el pecado (Apocalipsis 7:16, 21:1, versículos 4, 25, 27 y capítulos 22 versículos 3-5). Con esa lista de cosas que ya no existirán, podremos vivir en un lugar de gran gozo, la presencia de otra cosa hará que el cielo sea un lugar de sumo gozo para el creyente y esa será la presencial personal de nuestro señor Jesucristo. Hace muchos años atrás, alguien escribió estas palabras, “la luz del cielo es el rostro de Jesús, la alegría del cielo es la presencia de Jesús, la melodía del cielo es el nombre de Jesús, la armonía del cielo es la alabanza a Jesús, el tema del cielo es el trabajo de Jesús, el empleo del cielo es el servicio a Jesús, la llenura del cielo es Jesús mismo. El autor de un himno escribió, cuando su rostro por gracia veré, eso mi gloria, mi gloria ha de ser. ¿Qué hay más allá de la muerte para el creyente en Cristo Jesús? El dejará al mundo para entrar a una esfera de radiante luz, una gloria eterna le dará la bienvenida a la presencia de Dios. Imagínate una ciudad celestial que no tiene necesidad del sol ni de la luna, porque la gracia de Dios y la gloria de Él la ilumina y el cordero de Dios es la luz de dicha ciudad. La lengua humana no puede describir la gloria del cielo, pero eso no importa porque, aunque no podemos describirlo, el cielo nos espera a todos los que hemos confiado en Jesús y vamos a compartir con Dios y con Jesús todo lo que en el cielo hay. El estado final de los justos, los que tienen a Cristo, es lo siguiente: tienen vida eterna según Mateo 25:46; tiene gloria según Segunda de Corintios 4:17; tendrán descanso según Hebreos 4:9; tendrán sabiduría según Primera de Corintios 13:8-10; santidad, Apocalipsis 21:27; servicio, Apocalipsis 22:3; sociedad, Hebreos 22:23 y comunión con Dios según apocalipsis 21:3. Será el cumplimiento de la perfección y de la santidad. La buena nueva del evangelio es que tú puedes ir al cielo cuando mueras. Uno no puede ir al cielo por haber hechos obras buenas y haber vivido una vida más o menos aquí en la Tierra. Es una relación con Cristo Jesús la que determina tu morada eternal. Si has confiado en Cristo como tu único y suficiente salvador, entonces está seguro tu destino al cielo. Si no has aceptado a Cristo como tu único y suficiente salvador, no hay forma en que puedas ir al cielo. Jesús mismo dijo, “el que cree en el hijo tiene vida eterna, pero el que rehúsa a creer en el hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre Él (Juan 3:36). Pon tu confianza en Cristo Jesús, arrepiéntete de tus pecados y pídele perdón. La fe en Jesús te dará entrada segura al cielo, Él te espera, ven a él en este mismo momento. Padre, existen tantas personas que no van a conocer lo maravilloso del cielo. En este momento te pido que ayudes a mis amigos que están escuchando este programa, tócales sus corazones y llámalos. Ayuda a mis hermanitos a dar el ejemplo que cada uno de nosotros debe dar como hijos tuyos, gracias por prepararnos un lugar en el cual podemos pasar toda la eternidad contigo. No tenemos palabas con que expresar nuestra gratitud, Te damos gracias en el nombre de Cristo, Amén.  

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