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Una Vida De Plenitud
Una Vida De Plenitud - Parte 5
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:30 Minutes
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Aired on Jun 05, 2020

Escritura

2 Corintios 9:8; 2 Corintios 6:1; Isaías 6:1-8; Mateo 9:37-38; Juan 4:35-36; Mateo 25:31-36; 2 Corintios 9:8; 2 Corintios 3:5-6

Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; (2 Corintios 9:8) Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. (2 Corintios 6:1) En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. 4 Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. 6 Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; 7 y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. 8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. (Isaías 6:1-8) Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. (Mateo 9:37-38) ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. 36 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. (Juan 4:35-36) Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartarálos unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. (Mateo 25:31-36) Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; (2 Corintios 9:8) no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, más el espíritu vivifica. (2 Corintios 3:5-6)

Se puede apreciar totalmente la escritura cuando comparamos un pasaje con otro, por ejemplo, vamos a comparar el pasaje de Segunda de Corintios 9:8 con el pasaje de Segunda de Corintios 6:1. El primer pasaje dice, “y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas, todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”. El segundo pasaje dice, “así pues, nosotros como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios”. El primer pasaje es una promesa, Dios dará suficiente gracia para que podamos vivir una vida productiva en el servicio de Dios y para con los hombres. El segundo pasaje es una amonestación, ten cuidado de no olvidarte de la razón por la cual Dios te dio su gracia, cuidado recibes la gracia de Dios en vano en otras palabras, ponla a buen uso. ¿Por qué es necesario que se nos amoneste de recibir en vano la gracia de Dios? Porque el cristiano debe ser acordado del propósito de Dios en salvarle, somos salvos para servir. Consideremos la experiencia del profeta Isaías, él nos habla de una visión que tuvo en el año del rey Usías inclusive, en el año en que el rey Usías murió. Dios se manifestó en toda su gloria y unos serafines volaban en su derredor diciendo, “santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos, toda la tierra está llena de su gloria”. El profeta exclamó, “¡Ay de mí que soy muerto! Porque siendo hombre inmundo de labios y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al rey, Jehová de los ejércitos”. Uno de los ángeles trajo un carbón encendido del alatar de Dios y tocó los labios del profeta en la visión y dijo, “he aquí que esto tocó tus labios y es quitada tu culpa y limpio tu pecado”. Lo que siguió, lo cuenta Isaías de esta manera, “después oí la voz del señor que decía: ¿a quién enviaré? ¿Y quién irá por vosotros?” Entonces respondí yo, “heme aquí, envíame a mí”. Este relato lo pueden encontrar en Isaías 6:1-8. Lo importante de ese relato es esto, después del lavamiento viene el llamamiento. Fue cierto en la experiencia del profeta, ha sido cierto en la experiencia de multitudes de los hijos de Dios y será cierto para ti también. Los hombres necesitan de la ayuda que nosotros les brindamos en servicio espiritual. Jesús comparó las necesidades del mundo con un campo listo para la ciega. Así como la siembra debe ser cosechada antes de caer al suelo, así mismo el hombre perdido debe ser guiado a Jesús antes de perderse en el infierno, esa necesidad es urgente. Jesús dijo en Mateo 9:37-38, “A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad pues al señor de la mies que envíe obreros a sus mies”. Jesús nos está señalando la necesidad de personas dedicadas al ministerio de ganar almas, Él nos dice que la cosecha espiritual es grande, sin embargo, son pocas las personas dedicadas a la labor de ganar a hombres y mujeres para Cristo. Por eso debemos pedir al padre celestial que nos de obreros y más obreros para la cosecha espiritual que tenemos por delante. En otra ocasión, Jesús nos da más de la misma enseñanza, Juan 4:35-36 nos dice, “no decís vosotros ¿aún faltan cuatro meses para que llegue la ciega? He aquí os digo, alzad vuestros ojos y  mirad los campos porque ya están blancos para la ciega, y el que ciega recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembre goce juntamente con el que ciega. Jesús dijo que el tiempo de la ciega es ahorita, la cosecha es grande y deberíamos estar trabajando ya, hay buen salario para quien está cosechando en la viña del señor. Nosotros servimos a Dios por medio de servir al hombre en el nombre de Dios, esa declaración contesta la pregunta cómo puedo servir a Dios. No hay servicio a Dios si no existe un ministerio a la gente en el nombre de Él. Algunos tienen el ministerio de predicar a grupos enormes de personas, otros predicarán a pequeños grupos, otros a individuales y algunos simplemente ayudan al hombre con sus necesidades físicas. Pedro servía a la humanidad cuando predicó su sermón en el Primer Pentecostés cristiano y 3000 personas fueron convertidas ese día. Pablo estaba sirviendo a Dios cuando Él habló a los atenienses, quienes eran personas de gran sabiduría y también cuando habló individualmente con el carcelero de Filipo. Andrés estaba sirviendo a Dios cuando trajo a su hermano a los pies de Cristo. Pero también 4 amigos servían a Dios cuando trajeron a un hombre enfermo para que Jesús lo sanara. Idorka servía a Dios cuando ella hacía ropa para las viudas que necesitaban de su ayuda. Esto debería darte ánimo porque esto quiere decir que aunque no sepas predicar, que aunque no puedas enseñar una clase de escuela dominical, tú siempre tienes un lugar para servir a la humanidad en el nombre de Dios. Jesús habló del día terrible de juicio en Mateo 25:31-36, “cuando el hijo del hombre venga en su gloria y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará en su trono de gloria y serán reunidas delante de Él todas las naciones y apartará los unos de los otros como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y podrán las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda, entonces le rey dirá a los de su derecho, “venid, benditos de mi padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me recogiste, estuve desnudo y me cubriste, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y viniste a mí. En el versículo que sigue, los amigos con quienes hablaba Jesús le preguntaron, ¿cuándo te hicimos estas cosas? Y Él les respondió en el versículo 40, “desiertos digo que en cuanto lo hicisteis, aun a esos de mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. Tú puedes servir a Dios efectivamente en un área de tu vida, por esa razón es que Él te salvó, para servirle. Hemos llegado al final de otra serie de estudios, hemos visto una vida de plenitud usando como texto Segunda de Corintios 9:8. Hemos aprendido 5 principios: en primer lugar, una vida de plenitud viene a través del hecho de que Dios vive en nuestras vidas; en segundo lugar, una vida de plenitud sólo es posible por medio de la gracia de Dios; en tercer lugar; una vida de plenitud está al alcance de cualquier persona por medio de la fe en Cristo Jesús; en cuarto lugar, una vida de plenitud significa que tenemos todo lo necesario, bajo cualquier circunstancia y en quinto lugar, una vida de plenitud significa que podemos servir a Dios por medio de servir a la humanidad en nombre de Él. Yo te ruego mi amigo, que recibas en estos momentos a Jesús. Encontrarás en Él todo lo que necesitas. Segunda de Corintios 3:5-6 dice, “no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios”. Padre, ayuda a mis amigos entender su necesidad de recibir a Cristo como su único y suficiente salvador. Espero que en estos mismos momentos alguien, en alguna parte, esté pidiendo tu perdón y la salvación de su alma. En el nombre de Jesús te lo ruego, amén.

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