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Una Vida De Plenitud
Una Vida De Plenitud - Parte 4
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:30 Minutes
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Aired on Jun 04, 2020

Escritura

Filipenses 4:19; Juan 10:10; Malaquías 3:10; Lucas 6:38; Hebreos 11:33-34; Deuteronomio 2:7; 1 Reyes 17:1-6; Mateo 14:20; Salmo 23:1; Salmo 36:25; Mateo 6:25-34; 2 Corintios 9:8;

Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. (Filipenses 4:19) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Juan 10:10) Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. (Malaquías 3:10) Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. (Lucas 6:38) que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. (Hebreos 11:33-34) pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado. (Deuteronomio 2:7) Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra. 2 Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: 3 Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. 4 Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. 5 Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. 6 Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo. (1 Reyes 17:1-6) Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. (Mateo 14:20) Jehová es mi pastor; nada me faltará. (Salmo 23:1) Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes. (Salmo 36:5) Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. (Mateo 6:25-34) Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; (2 Corintios 9:8)

Supongamos que tú tuvieras un acuerdo con un millonario de proveer todo el dinero necesario para que pudieras vivir confortablemente en este mundo, ¿eso sería un arreglo precioso, verdad? Sí, eso te suena bien. Piensa en esto, tú tienes una garantía aún mejor que esa, el Dios infinito creador del cielo y la tierra, ha prometido proveer todas tus necesidades. Filipenses 4:19 dice, “mi Dios pues suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Piensa en eso, Dios dice que Él suplirá todas tus necesidades y lo hará de acuerdo a la proporción de sus riquezas en gloria por medio de Cristo Jesús. ¿Cómo es que lo hace? Segunda de Corintios 9:8 lo explica de esta manera, ““y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que teniendo siempre en todas las cosas, todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”. Existen 6 puntos en ese versículo que quiero que observemos: (1) Dios provee toda gracia. (2) Dios provee siempre. (3) Dios nos da todo lo suficiente. (4) Nosotros llegamos a ser suficientes en todo. (5) Abundamos para toda buena obra. (6) Esto es para nosotros. Eso significa que cada hijo de Dios tiene los recursos para vivir la vida cristiana victoriosa, Dios lo ha garantizado. La vida misma del cristiano fue diseñada para ser abundante. Jesús dijo que Él vino a darnos vida y vida en abundancia según Juan 10:10. Por lo consiguiente, la vida cristiana normal es una vida victoriosa, Dios prometió que así sería. Para esas personas quienes han decidido caminar delante de él en obediencia y santidad, Dios ha prometido abrir las ventanas del cielo y derramar sobre ellos bendiciones hasta que sobreabunden (Malaquías 3:10). ¿Qué sentirías al ser tan bendecido que no tendrías lugar para todas las bendiciones que Dios te daría? Yo deseo vivir ese estilo de vida, ¿y tú? Muchas veces el señor provee por sus hijos a través de otras personas. Jesús dijo en Lucas 6:38, “Da y se os dará, medida buena, apretada y arremetida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma medida que medís os volverán a medir”. Da a Dios tu todo y Él te dará a ti su todo y claro está que tú serás el que saldrá ganando. Mi Dios pues suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria por medio de Cristo Jesús. La historia misma prueba como Dios hizo que su pueblo fuese suficiente en todo. Hebreos capítulo 11 nos da una lista de grandes hombres y mujeres quienes confiaron en Dios y recibieron la provisión de Él en sus vidas diarias. Después viene una lista de personas no nombradas. Pero escucha de todo lo que hicieron según Hebreos 11:33-24, “que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros”. Aún si leyéramos sólo casualmente entre las sagradas escrituras, encontraríamos que Dios siempre proveyó por los suyos. Dios dio agua de una roca, maná y codornices del cielo para que Israel no pereciera de sed y hambre en el desierto (Deuteronomio 2:7). Él mandó pájaros con comida para Elías (Primera de Reyes 17:1-6). Las multitudes que siguieron a Jesús tuvieron hambre pero Él les dio de comer, miles de ellos fueron dados de comer en Mateo 14:20. Así que los santos de todas las edades han aprendido que Filipenses 4:19 tiene razón, “mi Dios pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. La historia sagrada es testigo de la provisión de Dios. El testimonio de los santos de Dios es prueba de que Dios provee para sus hijos, el salmista en Salmos 23:1 dijo, “Jehová es mi pastor, nada me faltará”. No le faltará lo necesario durante su vida entera. Él concluye el Salmo con estas palabras, “ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días”. En otra parte David testificó, “joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan” (Salmo 36:25). Escucho la conversación de los hijos de Dios hoy día y he oído a uno tras otro contar cómo Dios los ha ayudado. Yo junto mi testimonio con el de ellos, Dios sí provee todo lo que necesitamos en proporción a las riquezas de su gloria y los provee por medio de Cristo Jesús, nuestro salvador. La enseñanza de Jesús asegura que Dios suplirá nuestras necesidades, Él nos dice que Dios proveerá todas nuestras necesidades físicas: comida, ropa y alojamiento, Él nos enseña de ello en Mateo 6:25-34. Jesús nos dice que no debemos preocuparnos de lo que comeremos o que vestiremos, Él nos enseña que Dios cuida aún de las aves, ¿cómo es que no cuidará de nosotros? Él nos habla de no preocuparnos, en vista de que la preocupación no tiene sentido, no se hace nada con preocuparse uno sino enfermarse, nos quita la paz de nuestras mentes, nos enferma emocionalmente y hasta hace que uno se enferme físicamente si es que la persona persiste en ella. La vida es más que la comida y lo que vestimos, el preocuparse por esas cosas es preocuparse por las cosas de menor importancia. Jesús dijo en Mateo 6:31-34, “no os afanéis pues diciendo qué comeremos o qué beberemos, o qué vestiremos porque los gentiles buscan todas estas cosas peor vuestro padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas, más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas esas cosas serán añadidas. Así que no os afanéis por el día de mañana porque el día de mañana traerá su afán, basta a cada día su propio mal”. Ahora regresemos a nuestro texto en Segunda de Corintios 9:8, “y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que teniendo siempre en todas las cosas, todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”. Alguien puede decir, “yo sé que Dios puede hacer las cosas, ¿pero las hará?” Para responder esa pregunta sugiero que tú hagas lo siguiente: (1) Recibe las promesas de Dios y cree en ellas. (2) Examine el récord de la historia y cree en ella. (3) Escucha el testimonio de los santos y cree en ellos. (4) Examine las enseñanzas de Jesús y cree en ellas. Cree, cree, cree, la fe va adelante, al final y en medio. Si tú crees, encontrarás que Dios suplirá todas tus necesidades. Padre, ayúdanos a confiar en ti, sabemos que tú tienes el poder de suplir nuestras necesidades, pero a veces somos faltos de fe y tratamos de hacer las cosas a nuestro modo. Señor, ayúdanos a confiar plenamente en ti para vivir esa vida victoriosa que puede ser nuestra si sólo nos ponemos en tus manos, en el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.

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