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La Medicina Para El Temor
La Medicina Para El Temor - Parte 3
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:31 Minutes
Listens:
1
Aired on May 27, 2020

Escritura

Génesis 37; Génesis 45:7; Mateo 2; Mateo 2:11; Éxodo 14; Éxodo 14:13-14; 2 Reyes 6:8-17; Juan 20:27; Hebreos 11:33-35

(Génesis 37) Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. (génesis 45:7) (Mateo 2) Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. (Mateo 2:11) (Éxodo 14) Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. (Éxodo 14:13-14) Tenía el rey de Siria guerra contra Israel, y consultando con sus siervos, dijo: En tal y tal lugar estará mi campamento. Y el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: Mira que no pases por tal lugar, porque los sirios van allí. Entonces el rey de Israel envió a aquel lugar que el varón de Dios había dicho; y así lo hizo una y otra vez con el fin de cuidarse. Y el corazón del rey de Siria se turbó por esto; y llamando a sus siervos, les dijo: ¿No me declararéis vosotros quién de los nuestros es del rey de Israel? Entonces uno de los siervos dijo: No, rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta. Y él dijo: Id, y mirad dónde está, para que yo envíe a prenderlo. Y le fue dicho: He aquí que él está en Dotán. Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad. Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo. (2 Reyes 6:8-17) Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. (Juan 20:27) que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; más otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. (Hebreos 11:33-35)

Hay una maravillosa doctrina bíblica llamada la Providencia de Dios. Un entendimiento de esa enseñanza puede quitarnos la carga del temor que llevamos día y noche. Yo sugiero que el remedio del temor no identificado se encuentra en la confianza que ponemos en la Providencia de Dios. La Biblia está repleta de ejemplos de la Providencia Divina, pero antes de que observemos esos ejemplos, pienso que es necesaria la definición de la palabra Providencia. Providencia significa, proveer para alguien. La Providencia es ese ministerio de Dios en dónde el provee todo lo que necesitamos, aún a veces antes de que lo necesitemos. Piénsalo; en vista de que Dios provee por nuestras necesidades, aún antes de que estas surjan, tenemos un buen fundamento para la paz y seguridad. No temas, confía en Dios quien provee todas nuestras necesidades. Génesis 37, es uno de los ejemplos más finos de la Divina Providencia de Dios: Los hermanos mayores de José, le vendieron como un esclavo a unos forasteros que pasaban por Palestina. José fue llevado a Egipto, otra tierra extraña, en donde fue comprado por un hombre noble para ser su siervo. José no entendía el propósito de todo lo que le estaba sucediendo. Sus hermanos no sabían que Dios estaba trabajando para el bienestar de ellos. Años después, cuando llegó el hambre a Palestina y los hermanos de José tuvieron que llegar a Egipto para comprar comida, José estaba en una posición alta dentro del gobierno egipcio, y con la autoridad que tenía pudo ayudarles. José les dijo, en Génesis 45:7, “Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra y para daros vida por medio de gran liberación”. Me pregunto: ¿A quién ha provisto Dios para suplir tus necesidades? ¿Quién será esa persona desconocida para ti, pero conocida a Dios, quien te ayudará en el no lejano futuro? No es necesario que los sepas. Es suficiente el confiar en que Dios así lo hará, créalo o no, Dios suple nuestras necesidades, aún antes de que lo necesitemos. ¿Se acuerda de esa bella mujer llamada Esther? Uno de los libros de la Biblia lleva su nombre. Dios la puso en el palacio del rey para que, por mano de ella, Él pudiera proteger a su pueblo. A causa de las oraciones de ella, el rey pasó toda la noche despierto sin poder dormir, y Dios le habló por medio de la crónica de su reino, la cual fue leída para que pudiera dormir. Ahora te pregunto: ¿A quién tuvo despierto Dios anoche para ayudarte? Ese mismo Dios que actuó en aquel entonces aún vive y actúa hoy. No intentes negarlo. Es cierto, créalo. Esa es la forma de vencer el temor y estar en paz. Tal vez tu temor viene a causa de la falta de recursos económicos. Lee Mateo 2 José y María vivían en Belén. El niño Jesús ya había nacido unos meses antes. De repente, el ángel del Señor se le presenta a José en un sueño y le instruye a huir con su familia a Egipto. Herodes esta consumido por un celo de odio al pensar que ha nacido un rey entre los judíos, y va a intentar matarle por medio de matar a todos los niños que hay en Belén. Pero, cómo va José a pagar el viaje tan largo a esa tierra lejana; cómo podrá él llegar hasta Egipto. Dios proveyó por el viaje, antes de que le fuera necesario hacerlo. Según Mateo 2:11, ciertos hombres llegaron de un lugar lejano, a la tierra de Palestina. Ellos habían estudiado las estrellas y se fijaron que había una estrella nueva en el cielo. Ellos fueron guiados por la estrella a Palestina, en donde encontraron a José, María y el Niño Jesús. Ellos pagaron homenaje al Niño Jesús, el que un día sería Rey, según los estudios que ellos habían hecho. Le presentaron regalos de oro, incienso y mirra. En la mente de ellos, ellos simplemente estaban haciendo reverencia a un niño rey por medio de los regalos. Pero en la providencia de Dios, ellos estaban proveyendo el financiamiento del viaje que la Santa Familia haría a Egipto. Ese es el cuido providencial que Dios tiene para con los suyos. Quién vendría en camino en estos precisos momentos, con la ayuda económica que tú necesitas. Por el momento, podría ser algún extraño que ni siquiera conoces. Pero Dios no te abandonará, Él proveerá.  Créalo y no temas. Lee Éxodo 14, para fortalecer un tanto tú fe. Moisés saca al pueblo de la esclavitud de Egipto. Ellos llegan a un lugar en el cual tienen al mar rojo, por un lado, montañas al otro lado y el ejército del faraón tras ellos. El único camino que les quedaba era, aparentemente, el que los regresaba a la esclavitud en Egipto. ¿Qué van a hacer? Si hubo algún tiempo de temblar y temer, era en ese entonces. Pero Moisés exhortó al pueblo: “No temáis, estad firmes y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros. Porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” Éxodo 14:13-14. Moisés levanto su mano con la vara de Dios sobre el Mar Rojo y las aguas se partieron. Israel fue librado. ¿Existen nubes hoy sobre ti? ¿Hay tempestades en tu alrededor? Esas nubes y esa tempestad pueden ser el método que Dios está usando para librarte. ¡Confía en Él y no temas! II Reyes 6:8-17, nos cuenta de cómo un ejército celestial rodeaba el lugar en que Elías se paraba. Ellos estaban allí para garantizar la protección de ese profeta. Sólo podían mirarse con el ojo de la fe, pero eran verdaderos y estaban ahí. Tenemos que aprender que no toda la esperanza de Dios es visible o tangible. A veces Él nos ayudará por medios que no podremos entender. Porque ni veremos, ni sentiremos, sólo sabremos que fue Dios el que no ayudó. Tenemos que aprender a confiar en el hecho de que Dios es el que nos cuida. Juan 20:27 dice: “No seas incrédulo, sino creyente” Aprendamos a no temer, aun cuando parece que no hay nadie a nuestro lado. Dios es fiel. El temor pudo haber estado en los corazones de aquellos tres hombres que fueron lanzados al horno de fuego. El propósito del rey era destruirles por medio de quemarlos vivos. Pero no sucedió así. Echaron tres hombres al horno, pero el rey vio a cuatro. Echaron a tres hombres atados de las manos al horno, pero el rey los vio sueltos y paseando. El cuarto hombre se parecía al Hijo de Dios, observó el rey. Dios había venido en rescate personal para sus ciervos en tiempo de necesidad. ¿Se ve imposible la situación que te confronta? ¿Parece no haber salida? ¿Ya te has dado por vencido, quedando sin esperanza? No te desesperes, Dios vendrá a tiempo, Él te librará. Descubrirás, así como lo hicieron los tres hebreos, que lo único que destruirá el fuego, serán las ataduras que te tienen esclavizados. Observemos esta lista del pueblo de Dios, encontrado en Hebreos 11:33-35, que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filos de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Un escritor dijo: No es un secreto lo que Dios puede hacer. Lo que ha hecho para otros, lo puede hacer para ti, también. Es cierto, créalo. El cuido Providencial de un Dios amante está extendido sobre ti. Tened paz y no temas. Padre, te damos gracias porque sabemos que tú suples nuestras necesidades, aún antes de que se nos vienen. Nos regocijamos en tener un padre amante como lo eres tú. Te amamos. Confiamos en ti. Descansamos en paz porque sabemos que estamos seguros en ti.  Gracias te damos en el nombre de Jesús, Amén

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