No apaguéis al Espíritu. (1 Tesalonicenses 5:19) Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio, el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, (1 Corintios 2:9-16) Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, (2 Timoteo 3:16) Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. (Juan 16:12-15) Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: (Hechos 15:28) Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso. (Hebreos 13:17) Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. (Hechos 20:28) Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. (Gálatas 5:16:17) Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. (Gálatas 5:25)

¿Te ha dicho alguien alguna vez que Dios, el Espíritu Santo, la terca persona de la Santa Trinidad te ama? Me siento culpable de la negligencia de esta verdad en mi propio ministerio. Yo he predicado muchas veces de como Dios, el Padre, ama a la humanidad hasta el punto de que envió a su único hijo para morir por ella. He predicado de como Dios, el Hijo, nos ama hasta el punto de que fue a morir en la cruz del Calvario en nuestro lugar. Pero nunca he predicado del amor que Dios, el Espíritu Santo, tiene para la humanidad hasta el punto de poner al alcance de cada creyente, la suficiencia de Dios, luchando diariamente para dirigirnos en la verdad aún después que nosotros, vez tras vez, le negamos el control sobre nuestras vidas. No hay necesidad de temer el ministerio del Espíritu Santo porque Él te ama al igual que el Padre y el Hijo. I Tesalonicenses 5:19 nos dice, “no apaguéis al Espíritu” ¡Qué declaración más extraña! ¿Será posible que el humano mortal pueda apagar al Espíritu de un Dios inmortal? Sí, es posible. Por eso es que la Biblia nos dice, “no apaguéis al Espíritu”. ¿Qué significa apagar al Espíritu? La palabra es comúnmente usada en nuestro vocabulario, es un término que, en este caso, describe la resistencia de una persona al Espíritu Santo, la cual hace que su voluntad e influencia sea amenguada en la vida de uno. “No apaguéis al Espíritu” ha sido explicado de varias maneras, el Espíritu trabaja en el creyente animándolo al crecimiento espiritual pero ese trabajo del Espíritu puede ser apagado por un espíritu de error en el creyente. ¿Cómo exhorta el Espíritu Santo su divina enseñanza en la vida del cristiano? Su liderazgo puede tomar varias formas. El Espíritu Santo tiene su influencia en el creyente por medio de la palabra de Dios, Él fue efectivo en revelar las cosas de Dios a la mente del hombre según I Corintios 2:9-16. Él fue efectivo en inspirar a los escritores de las Sagradas Escrituras para que lo que ellos escribieran en lengua humana, fuera la verdad exacta comunicada de Dios (II Timoteo 3:16). Él es efectivo en iluminar la mente del hombre mientras interpreta el libro que viene de Dios y contiene la verdad de Dios (Juan 16:12-15). El Espíritu de Dios habla al hijo de Dios por medio de la palabra de Dios. Los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis, contienen una copia de 7 cartas enviadas a las 7 congregaciones cristianas en la antigua provincia de Asia, el contenido de esas cartas fue dictado por el glorificado Señor Jesucristo y escrito por el apóstol Juan. Sin embargo, cada carta concluye con esta declaración, “el que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Las palabras eran las palabras exactas del Señor Jesucristo, pero era el Espíritu quien había hablado a los corazones de los hombres a través de ellas. Tú respondes al liderazgo del espíritu cuando escuchas y obedeces las verdades encontradas en la Biblia. Tú apagas al Espíritu cuando eres negligente en obedecer sus amonestaciones a la conducta justa y a la creencia de la verdad. El Espíritu Santo influye al creyente por medio de impresiones que vienen desde el interior de su ser. La Biblia no habla en términos específicos concerniente a cada detalle de la vida diaria. En esas ocasiones, en las cuales no sabemos qué hacer, podemos ser atentos a la quieta voz del Espíritu Santo, el Espíritu tomará los principios generales de la Biblia y hará apto al cristiano humilde para saber qué hacer en dada situación. Los cristianos quienes participaron en un gran concilio realizado en Jerusalén para considerar si los gentiles convertidos a Cristo tenían que ser hechos prosélitos al judaísmo, experimentaron ese ministerio del Espíritu, ellos discutieron a favor y en contra y luego llegaron a una decisión. Ellos estaban tan seguros de que habían tenido la dirección de Dios en el asunto que dijeron estas palabras sobre su decisión, “porque ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros, no imponeros ninguna carga más de estas cosas necesarias” Hechos 15:28. Tú puedes experimentar una impresión en el interior de tu ser que te indica que debieras tomar cierta acción, por ejemplo, la de hablarle a cierta persona de Cristo o de entrar en una actividad especial de la iglesia. El seguir dicha impresión, es seguir la voluntad de Dios; el hacerse para atrás, es apagar al Espíritu que mora en ti. El Espíritu Santo influye a los creyentes por el ejemplo y las amonestaciones de líderes espirituales y de hermanos mayores en la fe que han sido maduros en las cosas de Dios. El oficio del pastor fue puesto en la iglesia para dar dirección al pueblo de Dios. Dios da este reconocimiento de la autoridad y responsabilidad de este oficio en Hebreos 13:17 “obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta para que lo hagan con alegría y no quejándose, porque esto nos es provecho”. Tu pastor es tu líder espiritual, el pastor la iglesia, la cabeza humana de la congregación, él ha sido puesto ahí por el Espíritu Santo de Dios según Hechos 20:28 “para guiarte en asuntos espirituales”. Su misión de liderazgo espiritual que Dios ha puesto sobre los cristianos es agradable al Espíritu Santo. La rebelión contra dicho liderazgo o aún el ignorar las amonestaciones de dicho liderazgo espiritual, apagan la influencia bendita del Espíritu de Dios. Mucho del ministerio del Espíritu Santo es ejercido de una forma quieta y no espectacular. En cualquier tiempo del día puede ser que el Espíritu te impresionen a orar por alguna persona en particular, mientras ejerces tus tareas diarias puede ser que el Espíritu te impresione para hablarle a alguien de Cristo Jesús, puede ser que sientas el deseo de llamar a algún hermano por teléfono, animándole por algún motivo u otro. Tal vez sientas el deseo de visitar a algún amigo en particular para hablar de Jesús o simplemente para tener más comunión con él, todas esas formas pueden ser el método que el Espíritu usará para ministrar a otros, no te rehúses a estos sentimientos. Hemos llegado al quinto y último estudio de como andar en el Espíritu, hemos repasado cinco principios que pueden llevarnos al andar en el Espíritu. Vamos a repasarlos una vez más: (1) Estar consciente de la presencia del Espíritu Santo en tu vida. (2) Estar continuamente entregado al control del Espíritu Santo en tu vida. (3) Estar constantemente sensitivo a la dirección del Espíritu Santo en tu vida. (4) Estar atento para no afligir al Espíritu Santo por tu forma de vivir. (5) Estar siempre a la disposición del Espíritu Santo durante el resto de tu vida. Gálatas 5:16-17,25 nos dice “digo pues, andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne, porque el deseo de la carne es contra del Espíritu y el del Espíritu es contra la carne, y estos se oponen entre sí para que no hagáis lo que quisiereis, si vivimos por el Espíritu andemos también por el Espíritu”.