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Andando En El Espíritu
Andando En El Espíritu - Parte 4
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:31 Minutes
Listens:
1
Aired on May 21, 2020

Escritura

Efesios 4:22-32; 2 Timoteo 2:22; 1 Corintios 6:18; Hebreos 6:18; 1 Pedro 2:11; Gálatas 5:17; Romanos 8:13; Filipenses 1:27; Gálatas 5:25

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. (Efesios 4:22-32) Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. ( 2 Timoteo 2:22) Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. (1 Corintios 8:18) para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. (Hebreos 6:18) Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, (1 Pedro 2:11) Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. (Gálatas 5:17) porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. (Romanos 8:13) Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, (Filipenses 1:27) Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. (Gálatas 5:25)

Aquí tenemos una pregunta que merece una respuesta, ¿Cómo puedo caminar o andar en el Espíritu? Tenemos una respuesta directa de Dios en Efesios 4:22-32 “en cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre que está viciado conforme a los deseos engañosos y renovaos en el Espíritu de vuestra mente y vestíos de nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje haciendo con sus manos lo que es bueno para que tenga que compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracias a los oyentes y no contristéis al Espíritu santo de Dios con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordioso perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. La clave de ese pasaje es la primera parte del versículo 30 dice, “y no contristéis al Espíritu santo de Dios”. Expresado como un principio podríamos decir, estar atento para no afligir al Espíritu. El significado verdadero de ese principio ha sido expresado de muchas maneras: no pongas triste al Espíritu, no debes afligir al Espíritu, no ofendas al Espíritu, etc. El pecado que existe en la vida del cristiano hace todo eso al Espíritu, lo aflige, lo entristece y lo ofende. El que desea andar en el Espíritu debe tener cuidado, tratando de mantener su vida limpia y libre de pecado. El pecado en la vida del cristiano entristece al Espíritu y afecta su comunión con el creyente. Examine la lista de pecados dados en Efesios 4:22-32, parece que esos son los pecados que contristasen al Espíritu Santo, ¡Qué lista más sorprendente! No incluye el terrible pecado de la blasfemia en contra de Dios o de la herejía de doctrina, seguro que esos pecados pondrían triste al Espíritu, sin embargo, esta lista trata con cosas que la mayoría de cristianos ni siquiera toman en cuenta. Los pecados nombrados en esta lista de cosas que afligen al espíritu son cosas que las personas cometen el uno contra el otro. ¿Cuáles pecados son los que afligen al espíritu de Dios? El pecado de la mentira, enojo, robo, vocabulario sucio y después esta lista de cosas que encontramos en el versículo 31: amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia, ¡Qué sorpresa! Todos esos pecados son de un mal espíritu que existe en las personas, son pecados sociales en contraste a pecados sexuales o pecados espirituales. ¿Por qué hace Dios énfasis en los pecados sociales que surgen de un espíritu amargado y no perdonador en vez de hacer énfasis en los pecados que son realmente malos? Yo creo que es porque estamos más en peligro de cometer esos pecados en contra del Espíritu, en vez de algunos pecados grandes de la carne. Una persona que nunca pensaría en blasfemar a Dios por medio de hablar mal de Él no encuentra tan difícil hablar mal de alguien hecho a la imagen de Dios. Una persona que jamás mataría a otro puede guardar rencor en contra de otro por muchos años, sin embargo, esas cosas pequeñas son peligrosas para la vitalidad espiritual de uno. Acuérdate de las declaraciones en los cánticos de Salomón, “son las pequeñas zorras las que arruinan las viñas”. En el sentido espiritual, esos pecaditos que nosotros no consideramos gran cosa son los que nos quitan la vitalidad espiritual y nos detienen de andar en comunión con el Espíritu Santo de Dios. No hay indicación en la Biblia de que Dios hace clasificaciones de pecado, sean pecados grandes o pecados pequeños. No existe la enseñanza de que algunos pecados son malos y otros no tan malos, pecado es pecado. Cualquier indicación de hacer lo malo demuestra que el señorío de Cristo ha sido rehusado por el corazón humano, eso hace que cada pecado sea un asunto de seriedad. Busca la forma de evadir cualquier tipo de pecado, ese es el deseo del Espíritu Santo para nosotros. EL apóstol Pablo en II Timoteo 2:22 aconseja, “huye de las pasiones juveniles”.  A los creyentes de la Iglesia en Corinto les escribió diciendo, “huye de la fornicación” I Corintios 6:18. Hebreos 6:18 nos dice que debemos acudir a Dios y en Él refugiarnos. La mejor forma de evadir el pecado es por medio del huir, huye de cada pecado porque cualquier pecado te puede causar daño espiritual. I Pedro 2:11 nos dice, “amados, yo os ruego como extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”. Ahí está la explicación del porqué es malo y peligroso el pecado en cuanto a tu bienestar espiritual concierne. Pablo nos dijo que los deseos de la carne batallan contra el alma, cualquier pecado puede batallar contra tus intereses espirituales. Gálatas 5:17 nos dice, “porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la carne, y estos se oponen entre sí para que no hagáis lo que quisieres”. El pecado batalla contra tu alma, es una batalla continua. Los deseos de la carne se oponen en una campaña activa para conquistarte y dominarte, cada indulgencia sensual que tú permites en tu vida te hiere en el Espíritu. Romanos 8:13 nos amonesta “porque si vivís conforme a la carne, moriréis. Más si por el espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”. Carne y espíritu, satanás y Dios, están luchando por el control de tu vida. Tú determinas por un acto de tu voluntad cuál de ellos reinará en ti. El dejarse llevar por el pecado es sufrir la derrota de la guerra espiritual, el entregarse a Dios es ser victorioso en la guerra espiritual. ¿Qué es lo mejor que podría suceder en la vida del cristiano? Sería que la voluntad de Dios fuera hecha en su vida diaria. ¿Cómo puede llevarse a feliz término esto? Sería posible si el cristiano pudiera aprender a huir del pecado y correr a Dios cada vez que el pecado se le presente. Vigila bien todos los hábitos de tu vida, vigila tu carácter, tus palabras, tus acciones y tus actitudes, se honesto con todos y contigo mismo en la privacidad de tu corazón. Filipenses 1:27 dice, “solamente que os comportéis como es digno del evangelio”, y eso te llevará a dos consecuencias benditas: primero, andarás en el Espíritu de Dios y segundo, tu influencia brillará como luz en la oscuridad, como vivo testimonio de Cristo Jesús. Tú deseas andar el espíritu, ¿No es así? Claro que sí. Entonces debes seguir estas sugerencias: (1) Estar consciente de la presencia del Espíritu en ti cada día. (2) Ser sensitivo a la voluntad de Dios comunicada a ti a través del Espíritu. (3) Estar totalmente entregado al control del Espíritu en cada situación. (4) No afligir al Espíritu por medio de pecar. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu, (Gálatas 5:25).

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