Copyright 2016-2019 Lifeword
Andando En El Espíritu
Andando En El Espíritu - Parte 3
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:31 Minutes
Listens:
0
Aired on May 20, 2020

Escritura

1 Pedro 2:11; Gálatas 5:17; Gálatas 5:16; Gálatas 5:24; Gálatas 5:25; 1 Reyes 19; Hechos 8:27; Hechos 8:29; Romanos 8:14

Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, (1 Pedro 2:11) Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. (Gálatas 5:17) Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. (Gálatas 5:16) Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. (Gálatas 5:24) Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. (Gálatas 5:25)

Hay una guerra espiritual que está ocurriendo a través de toda la creación, es más abierta y severa que cualquier confrontación militar entre las naciones de la tierra. La Biblia reconoce la realidad de esa guerra y dirige a los soldados cristianos en el camino de la victoria espiritual. Dios amonesta a los cristianos en I Pedro 2:11 “que os abstengáis de los deseos de la carne que batallan contra el alma”. Él explica en Gálatas 5:17 “porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, y estos se oponen entre sí para que no hagáis lo que quisiereis”. ¿Cómo puede el cristiano reconocer la victoria espiritual en dicha guerra? Dios nos aconseja en Gálatas 5:16 “andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne y la victoria será tuya”. Las palabras son enfáticas, dice Dios, “andad en el Espíritu y bajo ninguna circunstancia debes satisfacer los deseos de la carne”: El andar en el Espíritu de Dios nos da victoria total, como que si la carne fuera crucificada con todos sus deseos según Gálatas 5:24. Este es el camino de la victoria total, “si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” Gálatas 5:25. Es imperativo que el cristiano viva la forma de vida que llamamos andando en el Espíritu. ¿Qué significa andar en el Espíritu? Significa vivir en aquella relación con Dios que resulta en el control del Espíritu de Dios en cada área de nuestras vidas. Hemos llegado a la tercera consideración de cómo andar en el Espíritu. El primer principio que discutimos fue, estar consciente de la presencia del espíritu en tu vida; el segundo principio fue, estar continuamente entregado al control del Espíritu sobre tu vida; el tercer principio es, estar constantemente sensitivo a la voluntad del Espíritu en tu vida. Este tercer principio reconoce que para andar en el Espíritu significa el discernir la mente y voluntad del Espíritu Santo en cada situación y de seguir el camino que nos señala. Considera esta declaración, el no ser sensitivo, cancela el control del Espíritu. A propósito, uso la expresión “sensitivo a la mente del Espíritu” porque el Espíritu comúnmente nos guía a través del uso de métodos callados y no bulliciosos. El ser insensible a la influencia callada del Espíritu, es no discernir y seguir su dirección. Aprenda una lección de la experiencia del profeta Elías en I Reyes 19, “él había ganado una gran victoria para el señor en el monte Carmelo. Fuego había caído del cielo consumiendo el sacrificio que ellos habían mojado tres veces, exonerando lo majestuoso de Dios y deshonrando a los profetas de Baal. Jezabel, la reina pagana de Israel, mandó a decirles que ella se aseguraría de su muerte antes de que pasaran 24 horas. Elías huyó por su vida, se fue del norte de Israel hasta el sur de Judá, ahí en el desierto se sentó bajo de un árbol y le pidió a Dios que le quitara la vida. En ese punto es que podemos aprender una lección de cómo Dios les habla a los hombres y el por qué debemos estar sensitivos al Espíritu. Dios habló a Elías, primeramente, hubo un viento terrible, el cual sopló con tanta fuerza que las montañas temblaban, pero Dios no estaba en el viento. Después hubo un terremoto, el cual parecía hacer temblar toda la tierra, pero Dios no estaba en el terremoto. Después del terremoto hubo un fuego, pero Dios no estaba en el fuego. Después del fuego hubo un silbo apacible, una voz quieta y era la voz de Dios. No tienes que ser sensitivo para discernir la presencia de una tempestad, ni de un temblor ni de un fuego, esas manifestaciones son tan evidentes a la carne que el uso del Espíritu no es necesario. Pero Dios no habla comúnmente a través del sentir de la carne, sino con una voz apacible al espíritu humano. Dios nos habla hoy, así como a Elías, en tiempo pasado por medio de esa voz apacible. Pero más específicamente, ¿Qué significa el estar constantemente sensitivo a la mente del Espíritu? Significa estar abierto a las impresiones de dirección que Él nos da. Significa hacer de inmediato todo lo que el Espíritu nos dirige a hacer. Algunas veces la dirección del Espíritu puede estar en contra de lo que nos dicta la sabiduría humana, considera el caso de Felipe, él estaba en Samaria en una misión de predicar, Dios estaba bendiciendo el mensaje del evangelio con milagros de sanidad y el exorcismo de demonios. Multitudes de personas estaban respondiendo con fe a la predicación del hombre de Dios, Santiago y Juan llegaron desde Jerusalén para investigar la situación y pusieron su apruebo sobre el ministerio que se estaba llevando a culminación. De repente, el espíritu instruye a Felipe de dejar el avivamiento que se estaba llevando a cabo y de ir a una región desierta al sur de Palestina, una región llamada Gasa, ¡Qué extraño! Pareciera que el espíritu estaba sacando a Felipe del lugar en donde obviamente debía estar para enviarle a un lugar en donde obviamente no debía estar, pero el Espíritu no siempre dirige conforme a la comprensión humana. Felipe era sensitivo a la mente del Espíritu. La Biblia nos dice en Hechos 8:27, “entonces él se levantó y fue”. El secretario de la tesorería de la nación de Etiopía iba en retorno de Jerusalén a su propia casa, el Espíritu dijo a Felipe en Hechos 8:29 “acércate y júntate a ese carro”, Felipe se juntó al carro del etíope en obediencia al mandato del Espíritu. Cada cristiano puede seguir el ejemplo de Felipe en el estar sensitivo, comprender y ser obediente a la dirección del Espíritu santo de Dios. Sensibilidad a la mente del Espíritu, demanda una sumisión completa de uno mismo, Romanos 8:14 nos dice “porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios”. Ese término guiado, traducido quiere decir, estar bajo el control de otro. Existen 5 palabras griegas para la palabra “guiado” pero el Espíritu escogió esa para demostrar estar bajo su control. El ser guiado por el Espíritu es como un viento apacible que impresiona el corazón del cristiano. Aunque apacible es majestuoso y divino. La dirección del Espíritu merece obediencia inmediata. Amado cristiano, cultivemos una sensibilidad a la dirección del Espíritu Santo, hagamos la petición en nuestras oraciones, de ser sensitivos a la mente del Espíritu. Mientras vamos cultivando el discernimiento espiritual vamos conociendo con seguridad la voluntad y el propósito de Dios en nuestras vidas. El resistir al Espíritu Santo destruirá la sensibilidad al Espíritu, así como aparecen los callos en las manos del que hace trabajo manual, así también aparecerán callos espirituales para que uno no sienta la dirección del Espíritu Santo. Acuérdate de esto, el andar en el Espíritu es necesario para tener victoria sobre los deseos de la carne. El ser sensitivo a la mente del Espíritu es necesario para andar en el Espíritu. La conclusión lógica es entonces, que la victoria de uno sobre la carne será en relación a su sensibilidad para poder discernir la mente del Espíritu Santo. Sensibilidad a la mente del Espíritu es esencial, puede ser cultivada y es la clave de la victoria cristiana. Como nos dice en Gálatas 5:16 y 25, “andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”.

Otros archivos en esta serie