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Andando En El Espíritu
Andando En El Espíritu - Parte 1
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:31 Minutes
Listens:
1
Aired on May 18, 2020

Escritura

Gálatas 5:16-18; Gálatas 5:25; Lucas 24:49; Isaías 44:3; Joel 2:28-29; Hechos 10:38; Juan 7:39; Juan 14:16-17; Hechos 2:1-4; Juan 3:5; Juan 17:2; Apocalipsis 3:20; 1 Juan 3:24; 1 Juan 4:13

Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. (Gálatas 5:16-18) Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. (gálatas 5:25) He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. (Lucas 24:49) Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; (Isaías 44:3) Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. (Joel 2:28-29) cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. (Hechos 10:38 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. (Juan 7:39) Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. (Juan 14:16-17) Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. (Hechos 2:1-4) Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. (Juan 3:5) cómo le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. (Juan 17:2) He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. (Apocalipsis 3:20) Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. (1 Juan 3:24) En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. (1 Juan 4:13)

“Digo pues, andad en el espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne, porque el deseo de la carne es contra el espíritu, y el del espíritu es contra la carne y estos se oponen entre sí para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el espíritu, no estáis bajo la ley. Si vivimos por el espíritu, andemos también por el espíritu” (Gálatas 5:16-18,25). Un imperativo divino está puesto en el corazón de cada quien, por mandato de las sagradas escrituras, Dios demanda que cada quien viva una forma de vida, la cual Él llama andar en el espíritu. Con esto nos viene una pregunta seria, ¿Cómo puedo andar en el espíritu? La respuesta de esa pregunta será el interés de nuestro corazón en las siguientes 5 visitas que compartiremos. Compartiré contigo 5 principios que harán más clara la manera de andar en el espíritu. Estos son los 5 guías: (1) Estar consciente de la presencia del espíritu. (2) Estar continuamente entregado al control del espíritu. (3) Estar constantemente sensitivo a la mente del espíritu. (4) Estar atento para no afligir al espíritu. (5) Estar siempre dispuesto a no resistir al espíritu. Siguiendo estos 5 guías, podrás mantenerte en el camino de Dios por medio de andar en el espíritu. Considere el primer principio espiritual, para andar en el espíritu debes estar consciente de su presencia. ¿Has sido ignorado por alguna persona? ¿Has estado con alguien pudiendo sentir todo el tiempo que esa persona no deseaba que estuvieras ahí? Si es así, entonces puedes comprender lo que siente el Espíritu Santo cuando el cristiano ignora su presencia en los asuntos diarios. El cristiano no debe ignorar la presencia personal del Espíritu Santo, el espíritu es absolutamente esencial para la vida y salud espiritual en esta dispensación. Una dispensación es un periodo de tiempo en el cual Dios trata con la humanidad después de un asunto particular. El período en el cual vivimos hoy ha sido llamado por muchos nombres, ha sido llamado “La edad eclesiástica”, “La edad de gracia”, “El tiempo de los gentiles”, y por muchos títulos similares. El nombre que yo prefiero para esta dispensación es “La dispensación del Espíritu Santo”. Tú y yo estamos viviendo en una edad de mucha bendición, desde la venida del espíritu en el primer pentecostés cristiano, grabado en Hechos capítulo 2. Hemos estado viviendo en La edad del Espíritu Santo, el Espíritu estaba presente antes del pentecostés, pero su ministerio fue engrandecido después del pentecostés. Un ministerio que llena de poder al pueblo de Dios (Lucas 24:49). Esta dispensación del Espíritu Santo fue prometida mucho antes de que comenzara, Dios prometió por medio del profeta Isaías, “porque yo derramaré agua sobre sequedad y ríos sobre la tierra árida. Mi espíritu derramaré sobre tu generación y mi bendición sobre tus renuevos” Isaías 44:3. También prometió por medio del profeta Joel, en Joel 2:28-29, “y después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros ancianos soñarán sueños y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los ciervos y sobre las ciervas derramaré mi espíritu en aquellos días”. Muchas generaciones pasaron, pero la promesa de Dios no se cumplía, Jesús vino, Dios en carne, y Dios lo ungió con el Espíritu Santo y con poder según Hechos 10:38. Pero la promesa del derramamiento del Espíritu no se cumplía, Jesús llegó a la hora de su muerte y sufrimiento vicario, con un deseo de que sus discípulos pudieran entender lo que iba a suceder. El Espíritu Santo sería dado de acuerdo a la promesa del padre cuando el hijo de Dios fuera glorificado después de su muerte y resurrección (Juan 7:39). Jesús dijo estas palabras la noche en que lo traicionaron, la noche antes de su crucifixión, “y yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para que esté con vosotros para siempre, el espíritu de verdad, al cual el mundo no le puede recibir porque no le ve ni le conoce, pero vosotros le conocéis porque mora con vosotros y estarán en vosotros” Juan 14:16-17. Él fue crucificado, sepultado y resucitado y apareció muchas veces a sus discípulos. Por fin, el tiempo de su ascensión al Padre estaba a mano, Hechos 1:4 dice “y estando juntos, les mando que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual les dijo oísteis de mí”. Estas son sus palabras exactas, he aquí, “yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros, pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” Lucas 24:49. El Espíritu vino, así como Jesús lo prometió. Jesús ascendió al cielo y tomó su lugar a la mano derecha del Altísimo. Al poner su petición, y de acuerdo a su plan eternal, el Padre envió al Espíritu, Hechos 2:1-4 nos relata la ocasión, “cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del espíritu santo y comenzaron a hablar en otras lenguas según el espíritu les daba que hablasen. La promesa fue cumplida, el espíritu había venido”. El Espíritu Santo toma residencia permanente en cada uno de los hijos de Dios. Una persona que ha sido salva, tiene al Espíritu viviendo por dentro. La morada del Espíritu, que significa que el Espíritu Santo vive o mora en el espíritu humano, es la experiencia universal del pueblo de Dios. Cada cristiano ha recibido el Espíritu, lo recibió al momento de su salvación y nunca podrá ser separado de Él, ¡Gloria a Dios! Multitudes de creyentes no se dan cuenta de que el Espíritu de Dios está viviendo su vida en ellos. Como algunos de los discípulos en Éfeso, si nosotros le preguntáramos ¿Recibisteis al espíritu santo cuando creísteis? Ellos tendrían que responder, “ni siquiera hemos oído del Espíritu Santo”. Los cristianos necesitan aprender la verdad bíblica, de que el ser salvo significa recibir el Espíritu de Dios. ¿Cómo puede uno andar en el Espíritu si ni siquiera está consciente de la presencia del Espíritu? Sería imposible. Asegúrate de una vez y para siempre, el Espíritu Santo obró un milagro de gracia al momento de tu conversión cuando fuisteis nacido del Espíritu a la familia de Dios (Juan 3:5). Tu recibiste vida espiritual y eternal al momento de tu conversión según Juan 17:2, la vida eterna no fue un regalo de Dios aparte de sí mismo, sino que fue el Espíritu de Dios entrando a tu espíritu humano para vivir la vida de la eternidad en el contexto del tiempo, la vida de Dios en tu cuerpo humano (Apocalipsis 3:20, I de Juan 3:24 y I de Juan 4:13). Si tú eres un creyente, tú tienes al Espíritu de Dios viviendo incesantemente en tu cuerpo, no ignores su presencia divina, dale la bienvenida como al huésped más honrado e invítale a hacer su ministerio en tu vida. El estar consciente de la presencia del Espíritu Santo es el primer paso que tienes que tomar para andar en el espíritu.

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