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Convicción De Pecado
Convicción De Pecado - Parte 3
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:30 Minutes
Listens:
5
Aired on May 13, 2020

Escritura

Romanos 5:12; Génesis 1:26-27; Génesis 2:7; Génesis 2:18-22; Génesis 2:17; Génesis 3:6; Isaías 64:6; Jeremías 13:23; Juan 3:5-7

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. (Romanos 5:12) Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Romanos 1:26-27) Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. (Génesis 2:7) Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. (Génesis 2:18-22) más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. (Génesis 2:17) Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. (Génesis 3:6) Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. (Isaías 64:6) ¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal? (Jeremías 13:23) Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. (Juan 3:5-7)

En Romanos 5:12 leemos, “Por tanto como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. El texto nos declara plenamente y con claridad, la causa del pecado en el humano hoy día. Ya hemos estudiado la Biblia en cuanto a la naturaleza del pecado, de que es un acto de maldad, una actitud y condición delante de Dios y ya hemos visto que todos somos culpables de pecado. A nuestra mente nos viene la pregunta, ¿Por qué? Romanos 5:12 y muchos otros versículos en las sagradas escrituras, nos dirán por qué todos hemos pecado y por qué estamos destituidos de la gloria de Dios. Todos descendemos de una pareja original, Adán y Eva. Dios en forma de un milagro creativo, formó a ambos con sus manos. Pueden leer del incidente en Génesis capítulo 2. El hombre fue creado conforme a un plan y propósito deliberado de Dios, “entonces dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó” Génesis 1:26 y 27. El hombre fue hecho por el trabajo deliberado de Dios, Génesis 2:7 dice, “entonces Jehová, Dios, formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente”. Génesis 2:18-22 nos dice, “y dijo Jehová, Dios, no es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea para él. Entonces Jehová hizo caer sueño profundo sobre Adán y mientras este dormía, tomó de sus costillas y cerró la carne en su lugar y de la costilla que Jehová, Dios, tomó del hombre, hizo una mujer y la trajo al hombre”. El hombre fue creado en inocencia y santidad verdadera, él tenía comunión con Dios en cuya imagen fue creado, todo era ideal pero entonces el hombre pecó, vino el diablo y levantó preguntas en cuanto a la palabra de Dios, valientemente negó la palabra de Dios y dijo que Dios les había mentido a causa de motivos egoístas, tratando de alejar el hombre y a la mujer de una cosa que sería en beneficio de ellos. Dios había dicho en Génesis 2:17, “más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Pero después que Eva tuvo su conversación con el diablo, vio la mujer que el árbol era bueno para comer y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría y tomó de su fruto y comió y dio también a su marido, el cual comió, así como ella” Génesis 3:6. Esa desobediencia voluntaria al claro mandato de Dios fue la caída de toda la raza humana, eso es lo que llamamos la depravidad (depravación) total inherente. Vamos a encontrar la definición de esas tres palabras: depravidad (depravación), total e inherente, para que sepamos lo que sucedió a la humanidad entendiendo la seriedad del pecado y de la necesidad del perdón de Dios. Depravidad (depravación) significa ser corrupto, la doctrina de la depravidad (depravación) es la que enseña que la naturaleza del hombre ha sido entenebrecida, contagiada de enfermedad y llena de muerte. Su voluntad es débil y su conciencia está nublada. La naturaleza menor en él domina a la mayor. Él está sujeto al pecado para desear al pecado, para gozar del pecado y para rehusar el dejar al pecado para regresar a Dios. La depravidad (depravación) no significa que un hombre es tan malo como podría ser pero que sí es malo. Su mente, sus emociones y su voluntad, son débiles al pecado, para que él escoja al pecado aun cuando sabe que no lo debería hacer. La depravidad (depravación) total significa que cada ser humano sufre bajo esta enfermedad. Significa que cada parte de la persona, su mente, emociones, voluntad y cuerpo, son torcidas y debilitadas por el pecado. El resultado es que todos escogen al pecado y por lo consiguiente, son culpables delante de Dios. Como nos enseña Romanos 5:12, “por tanto como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, ha si la muerte pasó a todos los hombres por cuanto todos pecaron”. La depravidad (depravación) inherente significa que recibimos nuestra debilidad, así a el pecado, por nuestra naturaleza humana. Así como las personas nacen con ciertos genes que determinan el color de sus ojos y pelo, la complexión de su piel, etc., así también nace con una debilidad hacia el pecado. No es que uno es neutral hasta que escoge pecar, existe una debilidad en su naturaleza que garantiza que él pecará, por eso es que la Biblia dice, “por cuanto todos pecaron”. Cada humano normal tiene que encontrarse con este problema del pecado para tener paz con Dios. Pecamos porque somos pecadores, hacemos porque somos. Esa es una verdad que debemos realizar, no es hacer lo malo lo que hace que uno sea pecador, es su naturaleza pecaminosa la que hace que él produzca hechos de maldad. Un árbol de duraznos produce duraznos porque es un árbol de durazno; no es un árbol de duraznos solo cuando tiene duraznos en sus ramas, es un árbol de duraznos todo el tiempo, aun si no da fruto, la naturaleza determina el fruto. Ese principio es igual en cuanto a lo espiritual, tú y yo hacemos cosas malas porque hay algo malo en nuestro espíritu humano. Aunque la persona no haya hecho muchas cosas malas, aún es depravado y debe buscar a Dios. Entiende que no recibimos culpa de pecado de Adán y Eva; lo que recibimos de ellos fue una debilidad y una tendencia hacia el pecado. Sólo somos culpables por los pecados que nosotros mismos cometemos, pero somos débiles al pecado y ciertamente pecaremos. Isaías 64:6 nos dice, “si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia y caímos todos nosotros como la hoja y nuestras maldades nos llevaron como viento”. Por eso es que necesitamos desesperadamente a Dios, por eso es que Jesús murió por los pecadores, por eso es que el arrepentimiento del pecado y la fe en Cristo Jesús es el único camino a la paz. Pero ¿Cómo puede uno cambiar su naturaleza? Jeremías 13:23 dice, “¿Mudará el etíope su piel y el leopardo sus manchas? ¿Así también podréis vosotros hacer bien estando habituados a hacer mal?” Permite que una persona cambie su estilo de vida y ya verá que, si lo hace por voluntad propia, será difícil. Permite que él intente cambiar su naturaleza, que determina su estilo de vida, y verá que es una tarea imposible. Cambiamos nuestras acciones por medio de cambiar nuestra naturaleza. Jesús llamó a ese cambio de naturaleza, “nacer de nuevo”. En Juan 3:5-7 leemos, “respondió Jesús: desierto, desierto, te digo, que el que no naciere de agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios; lo que es nacido de la carne, carne es y lo que es nacido del espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije, os es necesario nacer de nuevo”. ¿Has nacido de nuevo? Jesús dice que si no naces de nuevo no puedes ver el reino de Dios. Para nacer de nuevo tiene que haber una experiencia en la cual tú vuelves de tus pecados a Dios, tú trasladas toda tu confianza que tienes en las personas y en cosas y lo depositas en Dios quien te amó tanto que entregó a su hijo unigénito para morir por ti. Tú te entregas totalmente a Él, y Él te recibe. En ese mismo instante, el Espíritu de Dios toma morada en tu espíritu humano y permanece ahí para siempre. La vida de Dios se vivirá en tu cuerpo humano, una vida eterna que nunca conocerá la muerte, todos tus pecados son perdonados para siempre y nunca tendrás que encarártelos, ni en el tiempo presente, ni por la eternidad. Eres hecho un hijo de Dios y recibes las bendiciones que vienen con ese título, yo te aconsejo que nazcas de nuevo, en este mismo momento.

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