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Santos
Santos - Parte 5
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:30 Minutes
Listens:
1
Aired on May 01, 2020

Escritura

Juan 17:1-26; Lucas 22:31-32; Hechos 12; Romanos 15:30; Efesios 1:15-23; Filipenses 1:9-11; 1 Timoteo 2:1-2; Juan 14:13-14; 1 Timoteo 2:5; Romanos 8:26-27; Juan 16:27; Efesios 6:18.

Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos. Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

Estaba visitando en una casa cuando vi un pequeño adorno sentado en una mesa, como me atrajo la atención me acerqué para examinarlo. Descubrí que era una oración para aquellos quienes manejan automóviles, a mi sorpresa, descubrí que la oración estaba dirigida a San Cristóbal con la creencia de que él es el santo patrón de los viajeros y que tiene poder para proteger a aquellos quienes viajan. Eso nos hace preguntar, ¿cómo se relacionan los santos de Dios con nuestras oraciones? Qué necesitamos ayuda para tener vida de oración efectiva Ni hay que decirlo, pero ¿tienen el poder, aquellos a quienes llamamos santos para interceder por nosotros en nuestras oraciones? Escrudiñemos la Biblia para encontrar la respuesta a esa pregunta. Dios se complace cuando los cristianos vivos oran el uno por el otro, eso es lo que llamamos oración de intercesión y la Biblia aprueba y anima a cada cristiano a practicarla. Las peticiones que uno hace por sí mismo y para sus propias necesidades, son distintas a las peticiones hechas de nuestra parte para otros, peticiones que hacemos para el bien de otros lo llamamos intercesión. Jesús dio el ejemplo de la oración de intercesión, Juan 17 relata su oración al Padre en la cual él le pide al Padre de guardar a todos los que han creído en Él. Él le dijo a Simón Pedro personalmente, “he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo, pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte” (Lucas 22:31-32). Sí, Jesús intercede por nosotros. Cada cristiano como un creyente sacerdote, tiene el derecho de aproximarse a Dios en bienestar de sus propias necesidades o en bienestar de las necesidades de otros. La iglesia primitiva oró a Dios por el bienestar de Simón Pedro cuando estaba preso y Dios le libró (Hechos 12). El apóstol Pablo escribió a los cristianos en Roma estas palabras, “Pero os ruego hermanos, por nuestro señor Jesucristo y por el amor del espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios” (Romanos 15:30). Él aseguró a muchos cristianos que él oraba por ellos cada vez que ellos venían a su mente, pidiéndole a Dios a trabajar en sus vidas y animándolos al crecimiento espiritual (Efesios 1:15-23 y Filipenses 1:9-11). El ministerio de la oración intercesora debe incluir todos los hombres, reyes y los que están en eminencia (I Timoteo 2:1-2). Jesús prometió contestar las oraciones dirigidas a su Padre en su nombre (Juan 14:13-14), esa es la base de nuestras oraciones intercesoras. ¿Qué significa eso para nosotros? Significa que los cristianos pueden orar los unos por los otros mientras están viviendo aquí en el mundo, acercándose a Dios por medio de Jesucristo. La Biblia no enseña que un cristiano muerto tenga el poder para representar a los vivos en la tierra ante el trono de Dios en otras palabras, no tenemos enseñanza bíblica ni un solo versículo en el cual encontramos que un cristiano en el cielo puede interceder por un cristiano en la Tierra. No existe un principio en la Biblia ni un ejemplo en la Biblia que nos guíe a creer en semejante doctrina. ¿Adónde comenzó esa creencia de que un cristiano no viviente puede representar delante de Dios a los cristianos que aún viven? Comenzó fuera de la Biblia, comenzó por falta de conocimiento o por falta de confianza en el trabajo intercesor de Jesús de parte de su pueblo en la Tierra. Dios el Hijo y Dios el Espíritu interceden por su pueblo que viven en la Tierra delante de Dios el Padre y ningún otro puede hacerlo. I Timoteo 2:5 dice “porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. Piensa en eso, ¿cuántos dioses hay? Hay un solo Dios, ¿Cuántos mediadores hay entre Dios y los hombres? ¿Hay un solo mediador entre Dios y los hombres? ¿Quién es ese mediador entre Dios y los hombres? Jesucristo hombre, Dios no lo puede poner más claro, ¿verdad? Si hay un solo mediador, ese mediador es Cristo Jesús. Entonces, no podemos depender de santos, ángeles, la Virgen María o ninguna otra persona para representarnos allá. Es una perversión de enseñanza bíblica, el enseñar que los santos que han muerto pueden representar a los vivos delante de Dios, y que pueden ayudar a que sus oraciones sean más efectivas. Romanos 8:26-27, enseña que el espíritu santo también intercede por nosotros mientras vivimos en el mundo. Muchas veces el cristiano no sabe orar bien o efectivamente. Nosotros oramos, el espíritu santo toma nuestra oración y lo arregla de tal forma que es aceptable a Dios. El presenta nuestras oraciones en el nombre de Jesucristo, no creas que Dios se atrasa en contestar nuestras oraciones, Jesús dijo en Juan 16:27, “y yo os digo que rogaré al padre por vosotros pues el padre mismo os ama”. A Dios el padre le encanta oír nuestras oraciones y contestarlas, somos ayudados por Dios el Hijo y Dios el Espíritu para que nuestras oraciones sean más efectivas y nuestras contestaciones más seguras. Con semejante relación con Dios, un padre que nos ama y que se deleita en contestar nuestras oraciones, un salvador que nos ama y nos representa en su propio nombre, y un espíritu divino quien nos ama y nos ayuda a presentar nuestras oraciones de forma agradable a Dios padre, no necesitamos el ministerio intercesor de santos, ángeles o de ningún otro. Los cristianos que vivimos oramos por los santos pero no a los santos, una parte de la armadura del cristiano con la cual él lucha valientemente contra los huestes del enemigo, es la oración intercesora. Efesios 6:18 dice, “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el espíritu y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos. Notemos los tipos de oraciones que el cristiano puede orar, oraciones y súplicas, oraciones para uno mismo y peticiones para otros. ¿Por quiénes debemos hacer súplicas?  El apóstol Pablo dice, “por todos los santos”, eso quiere decir que cada santo de Dios, dándonos a entender de los cristianos que ahora viven en el mundo necesitan que sus compañeros cristianos oren por ellos, pero nadie necesita de un cristiano que ya ha muerto, ore por ellos. El ministerio de la oración de los santos termina cuando somos trasladados de la tierra al cielo de esta manera, llegamos al fin de nuestro estudio bíblico concerniente a los santos de Dios. Repasemos un poco: (1) ¿Quiénes son los santos? Un santo es cualquier persona que ha confiado en Cristo como su salvador personal. (2) ¿Qué hace que uno sea un santo? Uno llega a ser santo cuando se arrepiente de sus pecados y deposita su fe en Cristo llegando a pertenecerle a Dios, está puesto en Cristo y es hecho morada del Espíritu Santo. (3) ¿Cómo deben comportarse los santos? Los santos de Dios deben guardar sus vidas, hechos y actitudes, conducta y carácter y vivir como es digno de su profesión mientras luchan por crecer en gracia. (4) ¿Cómo es usado el término santos en la Biblia? Es aplicado al grupo entero de cristianos, no a creyentes individuales y nunca es usado como parte de un título para indicar a una persona de más espiritualidad que los demás, haciéndole digno de reverencias. (5) ¿Cómo se relacionan los santos con nuestras oraciones? No pueden interceder por nosotros después de haber muerto. Por lo consiguiente, los santos que están en la Tierra deben orar los unos por los otros, dependiendo plenamente en el Señor Jesucristo al presentarnos delante de Dios. (6) ¿Cómo puedo ser yo un santo de Dios? Tú puedes ser un santo de Dios si te arrepientes de tus pecados y confías en Cristo Jesús, pidiéndole que te perdone de tus pecados y rogándole que sea el salvador de tu vida. Oremos. Padre, gracias por este privilegio sin precio que nos has dado, gracias por dejarnos ser tus santos aún en esta vida, ayúdanos a hablar con denuedo tu palabra, en el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.

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