Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo os saludan. para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.

La idea popular de la santidad es tan distinta a la enseñanza de la Biblia, que es difícil mantener una perspectiva bíblica cuando hablamos de santos. Se requiere un acto de voluntad por medio del cual uno se acuerda seguidamente de ese término cuando lo escucha o cuando lo usa al hablar. Tal vez ayudaría en clarificar el asunto si repasamos el uso del término santo en el Nuevo Testamento. Una cosa que impresiona al verdadero estudiante de la Biblia es que el uso de la palabra santos está grandemente limitado en las sagradas escrituras a la par de cómo es usado en esta generación actual. Somos mucho más libres en el uso de la palabra santos hoy, que en el caso del tiempo neotestamentario. El término santos se encuentra unas 60 veces en una versión del Nuevo Testamento, ¿qué limitaciones tiene en cuanto a su uso en comparación a su uso hoy día? La palabra santos en la Biblia no se refiere a personas individuales sino a todo el pueblo de Dios. El término ocurre solo una vez en su forma singular en comparación con 59 veces en su forma plural. El uso singular de ese término se encuentra en Filipenses 4:21 en el idioma inglés, en donde si lo tradujéramos directo al español leería, “saludad a cada santo en Cristo Jesús”. Aún en el inglés, lo único que hace que el término sea singular es la palabra cada que lleva por delante, denotando que Pablo quería saludar a cada uno de los santos individualmente. De acuerdo con otras enseñanzas del nuevo testamento, es razonable concluir que Pablo estimaba a todos los creyentes en Filipos como santos de Dios y simplemente quiso saludar a cada uno individualmente. Uno busca en vano encontrar el uso de la palabra santo en su forma singular en el Nuevo Testamento; todas las personas de Dios son llamados santos y por lo consiguiente, el término se usa más en plural que en su forma singular. Santos nunca es usado en la escritura inspirada como nombre propio, ni como parte de un título que se le otorga a un cristiano individual en otras palabras, no se encuentra una referencia bíblica en cuanto a San Pablo, San Juan o San Pedro. En ninguna parte la Biblia se encuentra el uso de la palabra santo como un nombre o parte de un título. Seguramente alguien no estará de acuerdo, dirá “pero en mi Biblia dice el Evangelio según San Mateo”, o algo así. Eso es cierto, pero recuerda que los títulos de los libros no forman parte del texto inspirado; hombres añadieron títulos a los libros de la Biblia para indicar su autor y su contenido, pero no es parte del texto inspirado; la inspiración divina de los libros de la Biblia no principia sino con el primer versículo del texto, en ninguna parte se encuentra la palabra santo como parte de algún nombre en el texto inspirado. Hermano o hermana, fueron los términos más comúnmente usados para referirse a un compañero cristiano en el nuevo Testamento, esos fueron los únicos títulos usados o necesitados. Hablando en lo singular, un cristiano era llamado hermano o hermana; hablando en lo plural, cristianos eran llamados santos. Santos no es una palabra aplicada a un cristiano que ha muerto en honor a un mérito especial que lo hace digno de reverencia o veneración, no obstante, a la afamada opinión y práctica de lo contrario, no existe ninguna mención de un cristiano que haya sido llamado santo por algún mérito especial que tuvo antes de morir en el Nuevo Testamento. En la común práctica de nuestro tiempo, esa es la única forma en la cual dicho término es usado; ese no era el caso en la práctica primitiva de los cristianos, ni tampoco es justificado por la palabra de Dios en este tiempo presente. La única referencia de santos después de la muerte es a aquella que se encuentra en I Tesalonicenses 3:13 en donde indica lo siguiente: “en la venida de nuestro señor Jesucristo con todos sus santos”. También hallamos otro versículo que trata de los santos después de la muerte en Mateo 27:52 que dice, “y muchos cuerpos de santos que habían dormido se levantaron, siguiendo la resurrección de Jesús”. Pero notarás que no es una referencia personal a creyentes como individuos, sería igual a que dijéramos “Él vendrá con todos los creyentes o con todos los cristianos”. En llamar santos a los creyentes muertos no indicamos ningún título de reverencia, santos en la Biblia nunca es usado para señalar a una persona de santidad superior, mérito especial o disciplina personal; a lo contrario, uno es santo por la gracia de Dios y no por esfuerzo personal de servicio por recompensa. La naturaleza humana siempre quiere tomar crédito por lo que hace y después pretender que no es así, Dios ya ha resuelto ese problema en I Corintios 1:29-31, “a fin de que nadie se jacte en su presencia más por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, Él cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención para que como está escrito, el que se gloríe, gloríese en el Señor”. La salvación no es por obtención humana, pero por divina gracia. Un creyente llega a ser santo en el momento que es salvo, antes de que haya hecho ninguna obra especial para merecerlo, él es un santo porque ha sido escogido fuera del mundo y hecho un hijo de Dios, es una relación y no un mérito, la que hace que uno sea santo por eso es que santos nunca es usado en la Biblia para indicar a alguna persona que es de santidad superior o porque tiene alguna habilidad que ha heredado. Santos nunca es usado en la Biblia para referirse a alguna persona que ha sido apartado para veneración religiosa o anarquía eclesiástica. Las únicas personas que son reconocidas hoy día como santos son aquellos que han sido canonizados por la anarquía de la iglesia católica romana, esa no era la forma en que uno llegaba a ser santo en los tiempos bíblicos, la Biblia no hace referencia de ninguna ceremonia que designaba a uno de los hijos de Dios como un santo de Dios al contrario, una persona era reconocida como santo mientras aún vivía, no habían requisitos de milagros, no tenían que ver si sus oraciones serían contestadas por la intercesión de él, todo eso lo ha añadido la tradición a las enseñanzas de la Biblia, es una añadidura que ha nublado la verdad de las enseñanzas bíblicas y que ha guiado a muchas personas a malinterpretar este asunto. Considere los hechos basados en la Biblia: (1) Cada creyente en Cristo Jesús era considerado un santo en el tiempo del Nuevo Testamento. (2) Los creyentes eran llamados santos mientras que aún vivían, pero no usualmente después de muertos. (3) Ningún creyente fue llamado santo como que fuese su nombre o parte de un título que tuviera. (4) El término santo indicaba que uno era cristiano y no excepcionalmente santo. (5) Santos podían hacer intercesión el uno por el otro, por medio de Jesús, mientras vivían aquí en la tierra, pero no hay indicación de intercesión después de la muerte. No es sabio el pasar más allá de las enseñanzas de las sagradas escrituras en vista de que podemos ser arrastrados a creer en un error espiritual. Vamos a orar, “¡Padre, ¡qué privilegio el que tenemos al poder llamarnos santos de Dios! Sabemos que no lo merecemos y que no somos dignos, pero nos regocijamos en el hecho de que tú, has declarado esta verdad por medio de tu gracia. Ayúdanos a vivir dignos de este llamamiento, santo como hijos fieles y testigos para Cristo Jesús, en el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén”.