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Santos
Santos - Parte 3
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:30 Minutes
Listens:
3
Aired on Abr 29, 2020

Escritura

Romanos 16:2; Filipenses 1:27; Filipenses 2:12-13; Efesios 2:10; Efesios 1:1; 2 Corintios 5:17; 1 Corintios 2:16; Romanos 5:5; 2 Pedro 3:18; Filipenses 3:13-14; 1 Pedro 2:1-2;

que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo. Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Hemos visto una gran distinción entre las ideas populares de lo que hace que uno sea un santo y entre lo que la Biblia enseña en cuanto al asunto. La idea popular es que uno llega a ser santo a través de vivir una buena vida y disciplinada. La Biblia declara que uno llega a ser santo por la gracia de Dios, la cual le salva y le hace su hijo. La idea popular es que uno, en cierto punto de su vida, llega a ser cristiano y después de que ha crecido en madurez de gracia, llega a ser un santo. La Biblia declara que uno es Santo en el momento que es salvo, aún antes de tener la oportunidad de crecer en gracia. La idea popular es contraria a la Biblia muchas veces en cuanto al asunto de la santidad. Debemos guardarnos siempre de que la idea que la santidad en el nuevo testamento fuera el resultado de santidad personal o de carácter excepcional o por algún acto de buena conducta. Uno era y es un santo no por lo que hace; pero por lo que es. Pero eso abre la puerta para otro problema potencial, uno no es santo por la manera de portarse, pero no debe pensar que su comportamiento es sin importancia para el santo de Dios. Conducta es importante, por eso el nuevo testamento nos dice que caminemos como es digno de los santos en Romanos 16:2. El santo debe actuar como digno de lo que es, debe hacer que su conducta camine de acuerdo con la relación que tiene con Dios. Filipenses 1:27 hace esta admonición a los santos “solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo para que estéis firme en un mismo espíritu combatiendo unánimes por la fe del evangelio”. La conducta cristiana es simplemente hacer lo que Dios ha puesto en ti, por eso es que la Biblia nos dice, “ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer por su buena voluntad” (Filipenses 2:12- 13). La Biblia dice en Efesios 2:10, “porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. El propósito de Dios en nuestra salvación y el trabajo de Dios en la vida del cristiano, son las razones por las cuales debemos entregar nuestras vidas con devoción a una conducta santa. ¿Cómo deben portarse los santos? La Biblia responde con dos principios primordiales: primero, los santos deben velar por sus vidas y mantener una conducta honorable y segundo, lo santos deben crecer hacia una madurez espiritual que no tiene fin. Considere esas dos proposiciones, los santos deben velar por sus vidas y mantener una conducta honorable, la epístola de Pablo, el apóstol a Éfeso fue dirigida a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso (Efesios 1:1). Pero la epístola está llena de amonestaciones a estos santos de vivir honorablemente, el capítulo cuatro de Efesios es una apelación extendida para que vivan una vida cristiana honorable, comienza con estas palabras: “yo pues preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados”. Los versículos que siguen describen ese andar que sería digno de ellos. Ese andar sería con humildad, mansedumbre, paciencia, soportación, unidad, crecimiento espiritual, un vocabulario limpio, misericordia, perdón, etc., ¡qué lista de virtudes cristianas! Ahora notemos que los santos que estaban en Éfeso, no se habían perfeccionado en estas cosas, sino que estaban siendo exhortados a cultivar y crecer en esta manera de vivir. Efesios capítulo 5 continúa con el mismo tema, “sed pues imitadores de Dios como hijos amados”, luego les dice que quiten de ellos toda inmundicia. En vez de hacer esas cosas, ellos deben cultivar un andar con Dios, redimir el tiempo, entender la voluntad de Dios, ser llenos del espíritu, expresar gracias y alegría a Dios, someterse los unos a los otros, etc., etc. Observa que dichas cosas no describían lo que los santos en Éfeso eran sino lo que debían de llegar a ser, ¿ves? Ellos llegaron a ser santos cuando fueron aceptados por Dios el Padre como sus hijos amados, cuando ellos fueron puestos en Dios el Hijo al instante de la salvación y cuando recibieron al Espíritu Santo en el momento de su conversión, ya eran santos, sólo era asunto de que ellos necesitaban vivir conforme a lo que ya eran. El carácter debe regular la conducta, así que, habiendo venido a ser una nueva criatura en Cristo Jesús, (II Corintios 5:17), se espera del cristiano que viva conforme a su nueva vida. Actitudes deben influenciar nuestros hechos, habiendo recibido la mente de Cristo (I Corintios 2:16), y al amor de Dios (Romanos 5:5) al momento de la conversión, se espera del cristiano que manifieste en hecho lo que ha llegado a ser, por esa razón el santo debe regular su vida. El santo debe continuar en su crecimiento de gracia hacia una madurez espiritual, el santo no es tan maduro espiritualmente para poder dejar de crecer en gracia, la amonestación, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro señor y salvador Jesucristo, (II Pedro 3:18), fue dirigida a los santos de Dios, aún los santos pueden y deben seguir creciendo hacia la madurez espiritual, aun el gran apóstol Pablo reconoció la necesidad del continuo crecimiento espiritual para su propia vida, después de un cuarto de siglo, en el cual Dios le había usado para establecer iglesias, ganar almas, escribir escrituras inspiradas y muchas cosas maravillosas, él escribe, “hermano, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado, pero una cosa hago, olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está adelante prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento del Señor en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14). Si Pablo necesitaba crecer espiritualmente, ¿en qué posición quedamos tú y yo? Dios sabía que los santos necesitarían ayuda en crecer espiritualmente por eso fue que puso apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, ¿para qué fin? Para equipar a cada creyente para el servicio de otros, con el fin de edificar a la iglesia. Eso significa que tu pastor y tu maestro bíblico, están siendo usados por Dios para ayudarte en crecer espiritualmente. La palabra de Dios, la Santa Biblia, es una gran ayuda a tu crecimiento, Dios te exhorta de esta manera en I Pedro 2:1-2, “desechando pues toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidia y todas las detracciones, desead como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”, ¡qué dieta más bendita para ayudar al deseo del cristiano en crecer en Cristo como es digno de un santo de Dios! ¿Qué hemos encontrado en esta porción de nuestro estudio? Primero, que cada creyente en Cristo Jesús es un santo de Dios. Segundo, que los santos de Dios deben cuidar sus vidas, hechos y actitudes y vivir de acuerdo a la bendita potencia que ya les pertenece y tercero, que el santo de Dios puede crecer más y más en la gracia de nuestro Dios y ser mejor calificado para servirle. No es suficiente, por lo tanto, que uno solo sea salvo y vaya al cielo cuando muera; mientras está en la tierra debe comportarse como es digno de un santo. Vamos a orar. Padre, hemos agarrado una pequeña visión de la divina potencia que es nuestra como santos de Dios, ¡cómo deseamos crecer plenamente en la madurez espiritual de Cristo Jesús! Gracias por darnos el poder para crecer en Cristo. Deja que cada creyente se entere de esta potencia que le pertenece, en el nombre de Jesús oramos, Amén.

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