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Santos
Santos - Parte 2
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:30 Minutes
Listens:
4
Aired on Abr 28, 2020

Escritura

Deuteronomio 7:6; Judas 1:1; 1 Corintios 1:30; 1 Pedro 2:9; 1 Pedro 1:2; Filipenses 1:1; 1 Corintios 1:2; 1 Corintios 3:1-3; Romanos 15:16; 1 Pedro 1:2; Colosenses 1:13; Juan 3:5; Efesios 1:12-14; Juan 4:14; Juan 7:37-39; Juan 16:13-16; Hechos 13:2 y 16:6,7; Romanos 16:2; Efesios 5:3.

Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo: Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;

Por muchos años ha sido mi costumbre iniciar mi correspondencia con las palabras “salutaciones cristianas,” parece ser una forma apropiada de saludar a otro cristiano al escribirle. Sería igualmente apropiado extender nuestras salutaciones a una congregación de creyentes en Cristo Jesús, con las palabras “a los santos en” no importa cuál sea el lugar. Hemos hallado que el ser un cristiano es ser un santo de Dios, en cuanto al vocabulario del nuevo testamento concierne. Vamos a investigar más cuidadosamente este asunto en contestación a la pregunta, ¿qué hace que uno sea un santo? Para contestar esa pregunta es esencial que guardemos una verdad básica en nuestras mentes, tenemos que guardarnos de la idea de que la santidad en el nuevo testamento llegó a ser el resultado de carácter personal o de implicación aprobada de obtención moral lograda por un hombre. Uno llega a ser santo de Dios por un hecho de Dios, no por obtención personal ni por ceremonias que otros hacen en su nombre. Santos lleva la idea de una relación, no carácter o conducta conforme a la Biblia, significa aquellos que han sido apartados para Dios y únicamente para él. Existen tres ideas básicas en el nuevo testamento que explican lo que hace que uno sea un santo de Dios. En primer lugar, uno llega a ser santo de Dios cuando le pertenece a Dios el padre, Deuteronomio 7:6 describe al pueblo de Dios así, “porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios. Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial más que todos los pueblos que están sobre la tierra”. ¿Qué es lo que hace que esta gente sea un pueblo santo para Jehová? No es por el mérito personal, como explica Moisés en el versículo 7 del mismo capítulo; es un hecho de Dios en el cual Él escoge a su propia gente, Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial. Lo que Moisés explicó en cuanto al antiguo Israel como el pueblo escogido de Dios, se puede decir también concerniente a los cristianos de hoy porque ellos componen el Israel espiritual de Dios. Judas 1 dice, “a los llamados santificados en Dios padre y guardados en Jesucristo”. Eso se puede decir no de unos cuantos creyentes, pero de todo cristiano. Cada uno y todos los que han recibido a Cristo Jesús como salvador, son santificados por Dios padre. Dicho acto de santificación los hace ser santos. Los creyentes son puestos en Cristo Jesús a la hora de su conversión, eso es lo que los hace ser salvos. “Dios ha hecho que Cristo sea sabiduría, justificación, santificación y redención a todos los que están en Él” (I Corintios 1:30). El que le pertenece a Dios el padre entonces, es santificado en Cristo y ha llegado a ser un santo de Dios. Si ya estás confiando en Cristo Jesús como salvador personal, eres un hijo de Dios; si eres un hijo de Dios, eres uno de sus santos, ¡qué ocasión de alegría! El término Santo es usado en el nuevo testamento para describir a la comunidad cristiana como aquellos quienes han heredado los privilegios de un pacto entre un pueblo santo y un Dios santo, aquellos que son llamados linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios (I Pedro 2:9). Son también llamados santos porque ellos son elegidos según la presencia de Dios Padre en santificación del espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo (I Pedro 1:2). En segundo lugar, uno llega a ser un santo de Dios cuando está en Dios el hijo. El apóstol Juan Pablo dirigió su epístola a los filipenses de esta manera, “a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos con los obispos y Diáconos” (Filipenses 1:1). ¿A dónde estaban esos santos a quien él se dirigía? Estaban en Cristo Jesús, aunque vivían en Filipos, es estar en Cristo lo que hace que uno sea un santo de Dios. “En Cristo” fue uno de los términos favoritos del apóstol Pablo para describir al cristiano, en no menos de 164 veces en las 13 epístolas que se le atribuyen del nuevo testamento, Pablo hace referencia a que los cristianos estando en Cristo. Si el ser un santo quiere decir estar separado para el uso únicamente de Dios entonces todos los que están en Cristo son santos apartados para su servicio. I Corintios 1:2 describe a los creyentes en Corinto de esta manera, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, ¿Cuál fue la manera, el lugar y la causa de su santificación? Están en Cristo. Lo mismo tiene que decirse de todos los que estamos en Cristo, el estar en Cristo es ser salvo, el estar en Cristo es ser santificado. Aquellos quienes son salvos son santos de Dios porque han sido santificados en Cristo Jesús; santos no son personas que moralmente son perfectos, sino que son personas apartadas para Dios. I Corintios 1:2 dice de esos cristianos santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos y sin embargo el capítulo 3:1-3 habla de como ellos son carnales y necesitan madurar espiritualmente, separación y no perfección es la marca de un cristiano, todo el que esta en Cristo Jesús está separado para Dios. En tercer lugar, uno llega a ser un santo de Dios cuando el recibe al Espíritu Santo, Romanos 15:16 dice que el creyente es santificado por el Espíritu Santo. I Pedro 1:2 dice, elegido según la presencia de Dios padre en santificación del espíritu. Es el trabajo del espíritu santo de acuerdo con el propósito de Dios el padre y sobre el mérito de Dios el Hijo que hace que uno sea un santo de Dios, ese trabajo se lleva a culminación al instante de la salvación cuando uno es trasladado del poder de la oscuridad al reino del Hijo de Dios Colosenses 1:13. Cada bendición que Dios tiene para sus hijos amados, son comunicadas a través de la persona y el trabajo del espíritu santo, el creyente nace del espíritu Juan 3:5, es sellado con el espíritu Efesios 1:12-14, habitada por el espíritu santo Juan 4:14 y Juan 7:37-39, enseñado por el espíritu santo Juan 16:13-16, guiado por el espíritu Hechos 13:2 y 16:6 y 7, etc. Cada ministerio de Dios el padre y Dios el hijo se lleva a feliz término a través del espíritu santo, no nos debe sorprender el saber que la Biblia nos dice que los cristianos son santificados por el espíritu; es la presencia del espíritu santo en el creyente lo que le hace único y lo separa para demostrar que es un hijo especial de Dios. Es importante que entendamos que uno es santo por la relación que tiene con Dios y no por su carácter superior ni por su buena conducta. La Biblia exhorta a los santos a vivir vidas santas pero el énfasis está en que deben vivir santamente porque ya son santos y no porque podrán llegar a ser santos a través de vivir santamente. Una apelación a la buena conducta del cristiano es expresada en la Biblia en Romanos 16:2 y Efesios 5:3 en donde nos dice que debemos actuar como es digno de los santos. Es una conducta honorable la que sigue después que uno llega a ser uno de los santos de Dios, ¿cómo uno llega a ser un sano de Dios? La Biblia replica que uno es un santo cuando: (1) Le pertenece a Dios. (2) Está en Cristo. (3) Ha recibido al Espíritu Santo. Eso significa que cada persona salva es un bendito santo de Dios. Padre, te damos gracias y te alabamos porque a través del arrepentimiento de nuestros pecados y nuestra fe en Cristo Jesús, hemos llenado los requisitos para ser santos de Dios. Por medio de nuestra conversión cristiana hemos llegado a ser tus hijos, estamos en Cristo y hemos recibido el Espíritu Santo, ¡oh, cuán grande es tu gracia! Deja que multitudes de personas tengan este privilegio hoy, en el nombre Jesús. Amén.

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