Copyright 2016-2019 Lifeword
El Precio de la Salvación
Simple, Pero No Barato
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Feb 13, 2023
Feb 13, 2023
Duración:
00:14:30 Minutes
Vistas:
13

Escritura

Romanos 3:10-12; Romanos 5:1

Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Romanos 3:10-12 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

Iba camino a Huejutla, Hidalgo, México; para predicar una campaña evangelística, en celebración del aniversario de la Primera Iglesia Bautista en Huejutla; cuando mis amigos de la frontera me indicaron que yo no tenía los documentos para continuar mi viaje. Intenté lo mejor posible explicarles la urgencia de mi viaje, pero ellos me explicaron que no importaba quien era yo, ni cuál era mi misión, si yo no tenía los documentos correctos, no me iban a permitir cruzar la frontera para llevar a término mi misión. Al principio me molesté con ellos, ya tenía tiempo de no ver a mis hermanos de Huejutla, sentía una gran responsabilidad de predicarle a mis amigos Hidalguenses, para que pudieran aceptar a mi Señor como Salvador, y yo no era una persona mala que iba a perjudicar el bienestar del país; pero luego, vi la situación a la luz del evangelio, ¿cuántas personas quieren entrar al cielo, pero no tienen en orden sus documentos? Vamos a tomar tiempo en este estudio, para hablar sobre algunas razones, por las cuales necesitamos de Jesús. Existen un sinnúmero de razones por las cuales necesitamos de Él, pero vamos a concentrarnos en cinco razones principales.   Vamos a observar que necesitamos de Jesús, porque, en primer lugar: No somos justos; en segundo lugar: No entendemos lo espiritual; en tercer lugar: No buscamos a Dios; en cuarto lugar: Nos hemos desviado del camino correcto, y en quinto y último lugar: No sabemos hacer el bien. Necesitamos comprender desde el principio que solo hay una manera en que el hombre puede entrar al cielo: Es por medio del arrepentimiento de los pecados, y fe en la persona de Cristo Jesús; si una persona quiere entrar por otro medio, será lanzado fuera, por no tener los documentos correctos; claro está que el hombre puede intentar hacer trampas, y entrar por sus propios medios, pero no logrará alcanzar su objetivo. El que logre entrar al cielo, lo alcanzará de la misma manera que todos, Fe en la persona de Cristo Jesús; y es por eso que tú necesitas de Jesús, porque sin Él, todos moriríamos en nuestros pecados y nos iríamos al infierno, para entrar al cielo uno tiene que ser justo. No estoy hablando de personas que se llamen Justo; como decir Justo González o Justo Martínez, estoy hablando de personas que no hacen injusticias y que son justas. No puede haber imperfecciones en el cielo, no puede haber en el cielo, personas injustas que entran ilegalmente como suele suceder aquí en la tierra. Solo puede haber personas justas y es aquí donde nosotros tenemos nuestro problema; porque Romanos 3:10-12, nos da una descripción de la humanidad, escucha lo que dice: “Como está escrito: No hay justo, ni aún uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”.   Esta descripción es realmente deprimente, lo triste del asunto es que tú y yo estamos incluidos en esta lista, toda la humanidad está incluida en esta lista; por eso es que necesitamos de Jesús, ¿por qué? Porque solo Jesús puede quitar nuestras imperfecciones y hacernos justos delante de Dios. Solo su justicia es aceptada por el Padre. Pero, no hay que aceptar mi palabra sobre este asunto, vamos a la Biblia para ver lo que nos dice: Romanos 5:1, dice: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Ya observamos que la Biblia dice que: “No hay justo, ni aún uno”, pero vemos en este versículo que, aunque no somos justos, podemos ser justificados, ¿cómo? pues el versículo dice que es por medio de fe en Cristo Jesús, dice que podemos tener paz para con Dios, por medio de ser justificados, por fe en la persona de Cristo Jesús. El problema que tenemos es que no somos justos, somos pecadores, y la paga del pecado es separación eterna de Dios, es el infierno, es pagar el castigo de nuestra rebelión con Dios contra el creador del universo, lo que necesitamos para poder escapar del castigo es justificación, ¿cómo podemos justificarnos? Bueno, podríamos intentar justificarnos por buenas obras, eso sería una manera de lograr la paz con Dios; pero lo triste es que, por ser pecadores, contaminamos todo lo que tocamos con nuestro pecado. Tú bien sabes lo que sentirías si una persona llena de llagas contaminantes se presentara ante ti con un plato de comida; aunque tuvieras hambre no te lo comes por temor a contaminarte, debido a la persona quien te lo trae, más bien el plato de comida te daría asco, no es diferente para con Dios. Isaías 64:6, dice en parte, “Si bien todos nosotros somos suciedad, y todas nuestras justicias como plato de inmundicia”. Dios dice que nosotros somos sucios y que nuestras obras son como trapos sucios, así que podemos descartar el intentar justificarnos por buenas obras; quizás podríamos apelar a los sentimientos de María, la madre de Jesús, o a los apóstoles, especialmente los que tuvieron problemas como nosotros; tal vez ellos podrían dar a Dios una buena palabra de parte nuestra, intercediendo, así como mediadores por nosotros, seguramente Dios los escucharía a ellos. Lo malo con este plan es que no viene de Dios, es un plan nuestro, y Dios no hace las cosas porque a nosotros nos parezca que así debieran ser. ¿Crees que Dios hubiera enviado a Cristo a morir en la cruz, si el hombre pudiera ser justificado por medio de María o los santos? ¡No!, Dios envió a Jesús porque era la única manera en que nosotros podríamos alcanzar la salvación. La Biblia enseña claramente en 1 Timoteo 2:5, que “hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”.   Dios quiere hacer las paces con el hombre, Él desea que todos sean salvos y tengan el conocimiento de la verdad, Él ha hecho todo lo que puede hacer para que el hombre pueda salvarse de su triste situación. Jesucristo pagó la consecuencia de los pecados de todos aquellos quienes le reciben como Salvador y los espera con los brazos abiertos; lo único que nosotros tenemos que hacer para ser justificados, es sentir profundo pesar por haber hecho mal en nuestras vidas, pedir perdón e invitar a Jesús a entrar en nuestro corazón para ser nuestro Salvador, al hacer esto, seremos justificados, no por algo que nosotros hemos hecho, sino por lo que Jesús hizo por nosotros. Solo tenemos que depositar nuestra fe completamente en el Hijo de Dios. Cuando hacemos esto, nuestra relación con Dios es restablecida y tenemos paz para con Él, pero existe alguien quien no quiere que tú seas justificado con Dios. No desea que seamos justificados porque entonces nuestra alma pertenecería a Dios y ya no habría manera de llevarnos con él al infierno. Satanás nos dirá que no somos tan malos como las demás personas. Nos dirá que debemos intentar vivir lo mejor que podamos y que quizás Dios se va a compadecer de nosotros, él nos dirá que busquemos justicia en la religión, María, los santos, buenas obras y en cualquier otra cosa con tal de que no busquemos a Jesús. Como conoce nuestro orgullo, nos dirá que no necesitamos de Jesús, que lo que podemos lograr a solas lo debemos buscar y debemos tratar de vivir un poco mejor que las demás personas, él sabe que no queremos humillarnos y reconocer que somos pecadores, él sabe que no queremos dejar el pecado y reconocer lo que es, el veneno que nos separa eternamente de Dios enviando nuestra alma directamente a las llamas del infierno, ¿Sabes qué?, tú necesitas a Jesús, yo necesito a Jesús. Le necesitamos porque no somos justos, le necesitamos porque solo hay una persona quien puede restablecer paz entre nosotros y Dios, y esa persona es Jesús. Yo ya deposité mi fe en Jesús, yo ya he sido justificado delante de Dios, ahora hay paz entre mí y Dios. ¿Cómo lo logré? Lo logré de la única manera en que se puede, me arrepentí de mis pecados reconociendo que había hecho mal a Dios, le pedí perdón e invité a Jesús a entrar a mi corazón, Él entró y me salvó y hoy soy justo delante de Dios por los méritos de Cristo, mis documentos están en orden, soy ciudadano legal de la patria celestial, ¿Y tú?   Vamos a orar. Padre, te damos gracias por el Señor Jesús, quien nos ha hecho justos delante de ti, pero ¿sabes qué? Padre, muchos de mis amigos no han sido justificados todavía están luchando en sus pecados sin reconocer el peligro que corren, yo te suplico que envíes a tu Espíritu Santo para abrirles el comprender, para que puedan dejar de intentar justificarse a sí mismos, hazles comprender que necesitan de Jesús, para que vengan a Él lo más pronto posible, te lo suplico en el nombre de Jesús. Amén.

Otros archivos en esta serie