Copyright 2016-2019 Lifeword
Trabajando Unánimes
¿Cómo Asegurarse De Cooperar?
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Dic 30, 2022
Dic 26, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
Vistas:
0

Escritura

Juan 17:20 y 21; Mateo 22:29.

Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. Juan 17:20 y 21 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. Mateo 22:29

Seguro está, que, si deseamos terminar bien, tenemos que comenzar bien. Grandes cantidades de dinero han sido desperdiciadas por personas que iniciaron la construcción de un edificio, sin planear bien, para tener luego que derrumbarlo todo, sencillamente porque no servía. Lo mejor hubiera sido sentarse, tomar las cosas con calma, y pensar las cosas una por una, hasta saber exactamente lo que se iba hacer. De esta manera se hubiera podido tomar en cuenta los puntos positivos y negativos, para realizar un mejor trabajo.   Las cosas no pueden hacerse de una sola vez; hay que hacerlas paso por paso, asegurándose de que todo está bien establecido, antes de continuar. Una persona no abre de una sola vez, una cadena de fábricas. Primero establece una fábrica, se asegura de que funciona, y luego abre otra. Pero si la primera no funciona, no toma el paso número dos, antes de fijarse en lo negativo del negocio para hacer mejoras. Lo mismo es en la vida cristiana, a veces nos lanzamos a hacer cosas sin fortalecernos primeramente en el Señor. Todos hemos visto como algunas denominaciones entran a algún lugar, edifican un enorme y precioso templo antes de tener gente con que llenarlos. Pocos meses después, tienen que venderlo a un negocio, sencillamente porque no pudieron pagar los gastos del mantenimiento del edificio. Mejor les hubiera sido comenzar en una casa, por humilde que fuera, y una vez que tuvieran gente, ir edificando de acuerdo al crecimiento de su congregación. Realmente es inteligente tomar los pasos debidos y hacerlos uno por uno. En nuestros pasados estudios, hemos estado hablando acerca de trabajar unidos, porque ese es el deseo de nuestro Señor. Hemos visto que, si vamos a conquistar el mundo para Cristo, vamos a tener que vencer esta montaña de egoísmo, que existe entre cristianos. Vamos a tener que reconocer que Jesús está al tanto de lo que hacemos. Vamos a tener que reconocer que el mundo nos está viendo y necesita una imagen clara de lo que realmente es el cristianismo. Vamos a tener que agarrar la visión de lo que podríamos hacer si trabajáramos unidos. Y vamos a tener que asegurarnos de cooperar con el plan de nuestro Señor. De este último paso es que quiero que hablemos hoy, porque es importante que tú y yo entendamos que es nuestra responsabilidad delante de Dios, cooperar con el plan de Jesucristo, no importa lo que a nosotros nos parezca mejor. Antes de continuar, quiero que vayamos a nuestro texto en Juan, capítulo 17, para leer los versículos 20 y 21; dice así: “Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. Quiero que nos fijemos en la urgencia de ser uno. Jesús quiere que seamos uno. Y para que esto pueda suceder, es sumamente necesario que nosotros cooperemos. Sin nuestra cooperación, nunca llegaremos a ser uno. Y eso nos trae a nuestro problema. ¿Qué tenemos que hacer para asegurar nuestra cooperación? Y es aquí donde yo tengo que especificar la urgencia de este estudio. En realidad, no importa si has estado de acuerdo con todo lo que he enseñado en estos programas radiales. Todos tenemos derechos a discrepar en nuestras opiniones, pero de algo podemos estar seguros, sólo tú y yo sabemos si estamos bien con Dios o no. Yo no voy a hacer las cosas sólo porque veo a otras personas hacerlas así. Yo quiero asegurarme de que yo estoy permitiendo al Espíritu Santo dirigirme, sin importar lo que digan los demás. Pero para que el Espíritu Santo pueda dirigirme en lo correcto, yo tengo que basarme en algo, y ese algo es la Palabra de Dios. Si nosotros estamos siguiendo las enseñanzas de una persona, tenemos que estar seguros de que esa persona pueda basar sus enseñanzas sobre algo sólido, y lo único sólido que tenemos, es la Biblia. Y tú puedes estar seguro de que el Espíritu Santo no te llevará en contra de lo enseñado en las Escrituras, porque Él mismo inspiró lo que está dicho en ellas. Ahora, ¿vamos a respetar esos versículos, o no? ¿Vamos a cooperar con la enseñanza y el plan de Jesús? O vamos a decir: “No me importa lo que dice, yo siento esto y voy a hacerlo porque sale de mí el hacerlo”. Recuerda que también la Biblia nos enseña a saber discernir entre espíritus. De una cosa puedes estar seguro, el Espíritu Santo no te hará hacer algo que va en contra de su misma Palabra, y si Él establece reglas, Él quiere que sean obedecidas. El ir en contra de estas reglas, no es estar lleno del Espíritu Santo; esto es ir en contra de Él; esto no es cooperar con Él. Todo esto lo he dicho porque, si va a haber cooperación entre nosotros, debemos tener como base principal, la Palabra de Dios. No vamos a jugar de acuerdo a mis reglas, ni las tuyas. Vamos a cooperar siendo obedientes a los principios establecidos en la Biblia. Por eso es que Jesús nos dice que escudriñemos las Escrituras. A los saduceos les dijo en Mateo 22:29, “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”. Uno puede leer las Escrituras y ser ignorantes de lo que enseña. Los saduceos eran estudiantes de las Escrituras, pero ellos eran ignorantes en cuanto a ciertos principios señalados. El problema que tenemos los cristianos es que conocemos un poco acerca de las Escrituras, pero somos ignorantes acerca de esto. Acordémonos de los hermanos de Berea, y lo que la Biblia dice acerca de ellos en Hechos, capítulo 17, versículo 11, “que ellos eran más nobles, que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, para ver si estas cosas eran así”. O sea, que esos hermanos escuchaban atentamente, pero ellos no iban a aceptar lo que uno decía, simplemente porque sonaba bonito. Ellos iban a ir a las Escrituras, para ver si se podía respaldar la enseñanza con la Palabra de Dios. Lo que estoy intentando establecer, es que, si vamos a asegurar nuestra cooperación en contestación a la oración que Jesús hizo por nosotros, vamos a tener una base principal sobre la cual pararnos, y esa base debe ser la Palabra de Dios. Escucha los que dice Apocalipsis 12:11, en cuanto a nuestra lucha en contra de Satanás: “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Notemos que, en primer lugar, estamos unidos por la poderosa sangre de Cristo Jesús, de ello no hay duda. Pero la siguiente cosa que vemos, es que vencemos por la palabra de nuestro testimonio. Y, ¿por qué es tan poderosa la palabra de nuestro testimonio? Pues, porque se basa en la palabra de Dios. Nosotros damos testimonio de que la Biblia es la verdad, y las enseñanzas establecidas en la Biblia, son las que debemos pronunciar en palabra y en hechos. Y, ¿cuál fue el tercer punto para vencer al enemigo? Menospreciaron sus vidas hasta la muerte. No hay lugar para orgullo y envidia dentro del cristianismo. Nosotros necesitamos recordar que lo único importante es que Cristo viva su vida en la nuestra, porque nuestra vida le pertenece a Él. Así que, si veo que estoy equivocado en mi forma de pensar, debo crecer espiritualmente y cambiar, para así asegurar mi cooperación, para el avance del reino de Dios. Vamos a orar. Padre, te suplicamos que nos ayudes a entender la urgencia del estudio de hoy. El Diablo ha descendido sobre nosotros con gran ira, sabiendo que su tiempo es corto. Ayúdanos a ser diligentes en cooperar con los principios establecido en tú Palabra, para así poder ser uno. Es importante que el mundo crea que tú enviaste a Jesús, para ser el Salvador. Ayúdanos porque te lo suplicamos en el nombre de Jesús. Amén.

Otros archivos en esta serie