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Animo A Las Tropas Cristianas
Debemos Pelear Para Ser Recompensados
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Nov 25, 2022
Nov 20, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

2 Timoteo 2:1-7; Mateo 6:5 y 7.

Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. 2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. 3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo. 2 Timoteo 2:1-7 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. 7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. Mateo 6:5 y 7

En nuestros últimos estudios nos hemos hecho la pregunta: “¿Qué le diría Jesús a las tropas cristianas si los reuniera juntos en un solo campo militar para animarles en lanzar el último ataque contra Satanás antes de llevarnos a todos al cielo?”, encontramos en 2 Timoteo 2:1-7 palabras que el Apóstol Pablo dirigió a su joven discípulo Timoteo. Timoteo era joven en la fe, un soldado sin experiencia, para animarle en su lucha contra el enemigo Pablo le dio muy buenos consejos que quizás eran las palabras que Jesús nos expresaría para animarnos en nuestra lucha. Vamos ahora al texto para leerlo y repasar algunas cosas que ya hemos visto antes de entrar al pensamiento de hoy, 2 Timoteo 2:1-7 dice: “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo”. Ya hemos visto en esta serie de estudios que hemos titulado “Palabras a las tropas cristianas” que Dios quiere que entrenemos a otros, en nuestro cuerpo físico no vamos a estar para siempre y es necesario que alguien continúe con el trabajo de engrandecer el reino de Dios una vez que nosotros hemos ido con el Señor, es necesario que cada soldado sea preparado para servir a máxima capacidad, esto requiere mucho entrenamiento, hay mucho más a la vida cristiana después de haber recibido a Jesús. El Señor quiere que entendamos que cuando nos paremos por la justicia, para luchar a favor de Dios, que vamos a ser perseguidos. Ninguno que entra a la batalla espiritual está exento de ser herido, cuando uno se mete a la guerra contra Satanás debe comprender que las cosas no van a ser fácil, Jesús nunca prometió que lo sería, si nos unimos a Jesús en la lucha contra el diablo vamos a tener que sufrir. Nuestro general también quiere que entendamos que no debemos enredarnos en los asuntos de la vida de tal manera que no podemos luchar con todas nuestras fuerzas para engrandecer el reino, muchos cristianos hoy día están enredados en negocios, poniendo más interés en asuntos materiales que espirituales, ese es un grave error pues, lo material o físico pronto se acabará, más deberían estar poniendo la mirada en las cosas de arriba y no en las cosas terrenales, deberían estar bien metidos en la batalla y no deberían permitir que cosas del mundo les quite la atención de su propósito existencia, deberían honrar y glorificar a Dios por medio de engrandecer su reino, Jesús también quiere que sepamos que como soldados debemos luchar legítimamente, seguro está que Satanás no lo hará pero nosotros sí debemos hacer las cosas de acuerdo a lo establecido por Dios. Hay muchos que están en el ejército del Señor y están luchando pero lo hacen ilegítimamente pues, hay algunos quienes pelean para obtener la salvación o para mantener la salvación o simplemente por ganancia propia, quienes hacen esto luchan ilegítimamente, el verdadero soldado del Señor lucha porque ya es salvo, no lucha para sí mismo sino para la honra y gloria del Señor, lucha para librar a otros de las garras de Satanás, lucha para engrandecer el reino de Dios pero su lucha no es una lucha personal de autosatisfacción o para ganancia propia, y esto nos trae a la última cosa que pienso que Jesús haría ver a sus tropas para animarles en el último ataque contra Satanás, lo encontramos en el versículo 6 de nuestro texto, dice: “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero”. En varias ocasiones me he dado cuenta de personas que han sido recompensados por cosas que realmente ellos no hicieron pero tal cosa no sucederá dentro de las tropas del Señor, Jesús conoce bien a sus soldados, aquellos quienes han luchado para ser vistos por los hombres tendrán su justa recompensa delante de los hombres pero aquellos quienes han luchado por el puro amor a Dios aunque no hayan recibido ninguna recompensa por personas humanas no irán sin el reconocimiento del Señor, tal es el principio enseñado por Jesús en Mateo 6:5 y 6, el gran maestro dice: “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”, no quiero que nos fijemos en la parte de la hipocresía enseñado en este texto sino en el hecho de que no hay nadie que no será recompensado por el Señor aunque otras personas no se den cuenta de lo que uno hace, uno no tiene que ser reconocido por otros para poder ser reconocido por el Señor, Dios bien sabe todas las cosas que hacemos porque a Él nadie le engaña, existen muchas personas quienes han gozado de los esfuerzos y recompensas de otros en este mundo, hay muchas personas que viven a costillas de otras personas en este mundo pero la enseñanza de Jesús en nuestro texto es: si quieres participar de la recompensa tiene que trabajar primero. En 1 Corintios 3:9-15 encontramos las siguientes palabras: “Nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios (edificio de Dios). Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno miré cómo sobreedifica. Si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque, así como por fuego”. Debemos tomar en cuenta que la recompensa no es salvación, estos versículos lo aclaran, dice que uno sufrirá pérdida si bien él mismo será salvo, pero no recibirá recompensa, ¿por qué? Porque no hizo nada. Los soldados que luchan valientemente son heridos en batallas, han salvado vidas, van a recibir medallas por su fiel servicio pero aquellos quienes se sentaron con los brazos cruzados para esperar el regreso del Señor quejándose todo el tiempo por el mal trato que estaban recibiendo, criticando a los que estaban haciendo un intento de servir y excusando su falta de interés por ayudar a avanzar el reino del Señor no van a recibir medallas ni reconocimiento por fiel servicio, en aquel día cuando nos paremos frente a nuestro Salvador tendrán que bajar la cabeza en humillación por no haber participado en la lucha. Por eso es que 1 Juan 2:28 nos dice: “Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados”. Hermanito combatiente, si no estás haciendo nada por avanzar y engrandecer el reino de Dios aquí en la tierra yo quiero animarte a tomar tu espada y comenzar a pelear en la batalla, prepárate, estudia la Palabra, pídele a Dios que te guíe en un ministerio y ponte a trabajar, pienso que esto es lo que Jesús nos diría si nos estuviera hablando para animarnos al ataque en contra de Satanás, recuerda: “El labrador para participar de los frutos debe trabajar primero”. Vamos a orar. Padre, en estos momentos vengo ante tu trono para pedirte que nos despiertes y nos hagas comprender la urgencia de este mensaje, no debemos ser oidores olvidadizos sino hacedores de tu Palabra, muchos de los soldados han estado tomando una siesta toda su vida militar, es tiempo que nos levantemos y conquistemos a este mundo para Cristo, ayúdanos a realizar nuestros deberes como soldados responsables y no como personas que no les importa lo que sucede, avívanos porque te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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