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Animo A Las Tropas Cristianas
Sufriremos Tiempos Difíciles
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Nov 22, 2022
Nov 20, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

2 Timoteo 2:1-7; Juan 15:18-20.

Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. 2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. 3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo. 2 Timoteo 2:1-7 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. 19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. 20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Juan 15:18-20

Imaginémonos que estamos todos los soldados del Señor parados frente a Él en un enorme campo de batalla, estamos vestidos de nuestra armadura de gala, nuestros escudos brillando en el sol, nuestras espadas desenvainadas en victoria esperando dar otro golpe contra las huestes de Satanás. Estamos reunidos para recibir palabras en nuestro Señor Jesucristo, palabras de ánimo antes de entrar al último ataque ofensivo contra el enemigo, si este escenario se llevara a cabo, ¿cuáles serían las últimas palabras del Señor Jesús antes de enviarnos a la batalla? Si tienes tu Biblia quiero que me acompañes al libro de 2 Timoteo capítulo 2 para leer conmigo los versículos 1 al 7, en estos siete versículos encontraremos cinco consejos que pienso que el Señor nos daría, leamos: “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo”. En nuestro último estudio llegamos a la conclusión de que la primera cosa que Jesús nos haría ver sería la necesidad de entrenar a los nuevos reclutas, hablamos del hecho que la iglesia está fallando en el área de discipulado y por eso ahora son pocos los que tienen capacidad de servir con entusiasmo al Señor, pero hoy quiero que hablemos de la segunda cosa que Jesús nos haría ver, se encuentra en el versículo 3 de nuestro texto, dice: “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado”. Son muchos los que prometen una vida sin problemas después de aceptar a Jesús, pero al observar lo enseñado por las Escrituras veremos qué tal no es el caso, Jesús dice que cualquiera que se una a Él viviendo en justicia será perseguido, en Juan 15:18-20 encontramos las siguientes palabras del Señor: “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán”. En Juan 16:33 el maestro nos dice: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Fíjate bien en las palabras en el mundo tendréis aflicción, Jesús no nos dice que tal vez tendremos aflicción, Él lo asegura. Tienes que reconocer que nuestro Señor no nos mentirá, no nos promete ni nos ofrece vanas expectaciones, Él nos dirá lo que es y cuando te unes al ejército del Señor es mejor que comprendas que vas a ser perseguido, vas a sufrir, nadie entra a una guerra sin correr el riesgo de ser herido o muerto y pobre de aquel que no se prepara debido a que piensa que es indestructible, acordémonos de 1 Corintios 10:12 que nos dice: “Así que el que piensa estar firme, mire que no caiga”. Jesús tuvo que sufrir la consecuencia de meterse en la lucha para librarnos de las llamas del infierno, Él aceptó el reto de salvarnos y dejando la seguridad del cielo vino al campo de batalla llamado Planeta a tierra y luchó por unos treinta y tres años en contra de la maldad enfrentándose muchas veces con Satanás mismo y derrotándole cada vez. Pero no se escapó Jesús de ser herido, el profeta Isaías nos habla de nuestro campeón, escuche sus palabras en Isaías 53:3-5: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de Él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros lo tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. El Señor Jesucristo para librarnos de nuestra triste situación tuvo que batallar hasta la muerte y no una muerte sencilla falto de dolor, sufrió la muerte más cruel de su tiempo, fue azotado y golpeado más allá del reconocimiento y luego clavado a una cruz y todo esto lo sufrió injustamente para obtener nuestra redención, para que tú y yo pudiéramos gozarnos de la vida eterna y escapar del infierno. No seamos tan ignorantes como para creer que Satanás se va a quedar inmóvil al empezar nosotros a luchar en su contra, él es mucho más astuto y más fuerte que nosotros, claro está que al entrar a batalla contra un enemigo tan potente vamos a ser golpeados, ni lo dudemos, sin embargo, reconozcamos también que nuestra lucha no irá en vano y que la recompensa que recibiremos sobrepasará cualquier sufrimiento que pudiéramos tener que tolerar. En más de una ocasión he tenido que ayudar a un joven que fue expulsado de su casa por haber aceptado a Jesús como su Salvador, yo tuve la dicha de nacer en una familia cristiana donde mis padres me enseñaron del amor de Dios, a los siete años de edad yo recibí a Dios en mi vida uniéndome a su ejército, nadie me corrió de mi casa, cuando acepté más bien mis padres se alegraron en gran manera, no he tenido que pasar el ser rechazado por mis familiares debido a mi fe en el Señor. Yo admiro el valor y el sacrificio que otros han hecho por dar a Jesús primer lugar en sus vidas, al mismo tiempo les recuerdo que estamos en batalla y a veces las cosas se ponen muy pero muy difíciles. Jóvenes, al unirse al ejército del Señor por medio de arrepentimiento y fe en Jesús serán ridiculizados por sus amistades, al dejar de fumar, tomar y bailar para dedicarse a las cosas de Dios perderán el compañerismo de sus amistades, yo comprendo lo que es estar enamorado de una jovencita pero tener que aguantar un desprecio por no acompañarla a fiestas y bailes, yo sé lo que es ser puesto a un lado por compañeros alumnos en la escuela por no participar con ellos en sus travesuras estudiantiles, todo eso sí lo sufrí pero, ¿sabes qué? Nunca hubiera cambiado posiciones con ellos, yo sé lo que tengo en Cristo Jesús y no estoy dispuesto a cambiar con nadie en ninguna parte del mundo. Es cierto que sufriremos en la batalla, no debemos dudarlo, yo he sido herido cantidades de veces y conozco a otros que han tenido que sufrir mucho más que yo en la lucha contra Satanás, pero si me preguntaras si vale la pena yo te diría que sí. Una vez el apóstol Pedro le dijo a Jesús: “He aquí nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”, Jesús en Marcos 10:29-30 le respondió: “De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, con persecuciones y en el siglo venidero la vida eterna”, Jesús no nos esconde el hecho de que vamos a ser perseguidos pero si nos asegura el hecho de que vale la pena. Mi hermano soldado, quizás tú has estado afligido por tener que soportar aflicción últimamente, quiero que reconozcas que en toda guerra hay heridos y muertos, ya no te aflijas, levántate como soldado valiente y continúa tu lucha, la victoria es nuestra y no debemos darnos por vencidos, nunca. Vamos a orar. Padre, te pedimos que nos des el valor que necesitamos para poder soportar cualquier problema o aflicción que Satanás pudiera traer a nuestras vidas, es necesario que comprendamos que no estamos en una zona de paz sino en un campo de batalla y que vamos a ser perseguidos y golpeados si es que no nos rendimos al enemigo, ayúdanos en mantenernos siempre listos y preparados para pelear. Señor, avísanos cuando estamos por caer en una emboscada del enemigo, protégenos y danos el poder que necesitamos para luchar varonilmente porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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