Copyright 2016-2019 Lifeword
¿Que Debo Hcer? Parte I
Estoy Aburrido
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Oct 20, 2022
Oct 16, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
Vistas:
1

Escritura

Juan 10:10; Colosenses 3:17.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Colosenses 3:17

En nuestra sociedad, una de las cosas que más nos afecta es el aburrimiento. Aparentemente no hay nada nuevo qué hacer, nos metemos a una rutina y eso es lo que hacemos día tras día, semana tras semana, mes tras mes. Algunas personas me dicen “Hermano Ricardo, si yo hiciera algo como lo que haces tú, podría ser feliz. Tienes un ministerio radial, es emocionante. ¡Eres famoso! Y si yo tuviera algo así yo no estaría aburrido”. Pero mírame, amigo, quiero decirte que te equivocas. Aun cosas emocionantes pierden su atracción para el individuo con el tiempo. Cuando yo inicié este ministerio era cosa de gran gozo, tenía un sin número de temas que deseaba compartir, pero el tiempo va pasando, y diariamente me levanto y digo “Señor, ¿de qué voy a hablar hoy?”. En cuanto a la fama, la mayoría de las personas cuando me llegan a conocer personalmente no me dicen “¡Que gusto conocerte, hermano Ricardo! ¡Cómo nos gusta su programa!”. Lo que me dicen es “Yo a usted no me lo imaginaba así”. Diariamente me levanto como a las cinco de la mañana, y esté de vacaciones o no, tengo que preparar mi mensaje radial, porque si no, no hay programa. Aun el trabajo del Señor puede llegar a ser asunto de aburrimiento, si uno no tiene cuidado. Al hablar de aburrimiento estamos hablando de una actitud hacia lo que hacemos. En nuestra sociedad, cada empleo se vuelve rutinario, pero no es la rutina la que produce el aburrimiento, sino la actitud de uno hacia la rutina. Por ejemplo, la ama de casa puede considerar sus hijos como una trampa, o los puede ver como un privilegio de formar las vidas de una nueva generación. El marido puede pensar en su empleo como un monstruo monótono, o como algo muy insignificante que él hace para llevar a una empresa al éxito. Yo puedo pensar en este programa radial como una carga que me desvela, o como un instrumento que Dios utiliza para alcanzar las almas para Jesucristo, y que ayuda a mis hermanos a crecer espiritualmente. Todo está en la actitud que tenemos hacia el trabajo o las cosas que hacemos. El alumno puede pensar en la escuela como un lugar donde sus padres lo mandan para castigarle, o puede pensar en ella como un lugar de entrenamiento donde se va a preparar para tener un futuro brillante. Todo depende de nuestra actitud. Lo malo del aburrimiento es que, si uno no trata con ello correctamente, se enfermará físicamente. Algunos de los síntomas emocionales del aburrimiento son: desesperación, depresión, pesimismo y últimamente, suicidio. La mayoría de los doctores prescriben un cambio de rutina cuando uno está aburrido. Uno podría jugar algún deporte, volver a la escuela para estudiar, cualquier cosa para salir de la rutina y obtener un cambio. Esto traerá un alivio temporal, pero luego la cosa que uno hace para salir de la rutina se vuelve rutinaria y nos encontramos metidos en la misma situación. Lo que tenemos que hacer es cambiar de actitud, no de rutina. Tenemos que luchar para obtener una mentalidad diferente a la que tenemos. El aburrimiento es la causa de mucha de la violencia que se lleva a efecto en nuestro mundo hoy día. El ladrón dice “¿Para qué voy a matarme trabajando en esta fábrica aburrida, cuando puedo robar un banco una sola vez y regresar a casa un hombre rico?”. El elemento de peligro, aun la amenaza de tener que ir a la cárcel si lo agarran, añade un poco de excitación a la vida, la cual es preferible a estar sudando en esa fábrica aburrida. El aburrimiento también causa problemas espirituales, pues el individuo comienza a culpar a Dios por su aburrimiento. El individuo comienza a pensar que Dios es un ser distante que poco se preocupa por la vida del hombre. Algunos hasta sienten que el aburrimiento es una cruz que Dios les ha impuesto. Nuevamente, el hacer cambios bruscos en la vida de uno puede traer alivio momentáneo, pero luego el cambio se vuelve rutina y el aburrimiento regresa; tenemos que obtener un cambio de actitud. En primer lugar, uno debe reconocer que el plan de Dios para la vida de uno no incluye aburrimiento. Algunos piensas que Dios está allá arriba, viajando de nube a nube, buscando a cristianos felices para hacerles miserable su vida. Jesús dice en Juan 10:10: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Dios, como nuestro Padre, desea lo mejor para nosotros. Quiere para nosotros una vida llena de propósito y dirección. El propósito de Dios en cuanto a la salvación no es para hacernos miserables, nosotros somos quienes nos hacemos ese daño. Su propósito, es darnos una razón para vivir, pero Dios suple nuestras necesidades donde estamos. Él no nos promete un empleo más excitante, no nos promete un nuevo lugar donde vivir, donde los vecinos son más amables, no nos promete un compañero de matrimonio quien nos entienda mejor, no nos promete más dinero para poder comprar más cosas materiales. Estas cosas no son la solución al problema, lo que hace Dios es que nos da una nueva perspectiva concerniente a la vida. Cuando recibimos a Jesús, Él nos da un pensar nuevo, nuevas emociones y una nueva voluntad. Estas cosas nos permiten ver al mundo y a la vida desde otro punto de vista. Dios nos da nueva vida, no nuevas circunstancias. En segundo lugar, uno debe reconocer que puede ser la voluntad de Dios que tú estés en un lugar que tú consideras aburrido. Felipe había ido a Samaria a empezar una campaña evangelista, cientos están recibiendo al Señor, pero Dios le dice: “Felipe, quiero que vayas al desierto”. Felipe pudo haber dicho: “Pero Dios, ¿qué pasa? Aquí en la ciudad soy famoso, cientos me reconocen aquí. ¿Qué voy a ir hacer al desierto? ¿Voy a predicarle a las lagartijas?”. Pero fue al desierto, y con gozo, porque sabía que Dios quería que estuviera ahí. El profeta Elías había salido de la oscuridad hasta llegar a la corte del rey Acab. Era un varón reconocido por todo el pueblo de Israel, a él también lo envió Dios al desierto, lo puso a la orilla de un arroyo y ahí lo tuvo por meses. Por meses pasó sentado a la par del arroyo a solas, lo único excitante que le sucedió es que los pájaros le traían comida. Sin embargo, Elías no se quejó porque sabía que Dios le había puesto ahí, no entendía por qué, pero sabía que era la voluntad de Dios. Tú me dices “Ricardo, yo vivo en un pueblito donde nunca sucede nada. Trabajo en un lugar aburrido con personas comunes y corrientes”. Pero ¿qué tal si yo te dijera: “Dios te ha puesto allí porque tiene un plan que debes desarrollar”? ¿Te sentirías mejor? Claro que sí. Imagínate lo que sucedería si tú comenzaras a servir a Dios en ese lugar aburrido. Se volvería en un lugar excitante. En tercer lugar, uno debe personalizar su trabajo. Muchos de nosotros sentimos que solo somos un número, una pieza que sobra, pero eso no es cierto. Dios tiene un plan para tu vida y todo lo que haces, debe ser hecho para Él. Tú trabajas para Dios. Si eres jardinero, haz tu trabajo para Dios. Si eres cocinero, haz tu trabajo para Dios. Sea lo que sea, debes hacerlo para Dios. Colosenses 3:17 nos dice: “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios por medio de él”. Y al hacer tu trabajo para el Señor, como es para Él, debes hacerlo de todo corazón. Colosenses 3:23 dice: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”. Por eso es que los cristianos debieran ser los mejores trabajadores que hay, porque lo que hacen, lo hace para el Señor. Cuando ves al trabajo desde este punto de vista, el aburrimiento tiene que huir. Hemos hablado de tres pasos que podemos tomar para vencer al aburrimiento en nuestras vidas. Número uno, reconocer que el plan de Dios para nuestra vida no incluye aburrimiento. Número dos, que, aunque pensemos que el lugar donde estamos es aburrido, puede ser la voluntad de Dios que estemos ahí. Debemos cambiar de actitud concerniente al lugar, y convertirlo en un lugar excitante. Y número tres, debemos personalizar lo que hacemos. Debemos entender que el trabajo que hacemos es importante, porque no es para cualquier persona que lo estamos haciendo, lo estamos haciendo para Dios. Vamos a orar. Padre muchos de nosotros luchamos con aburrimiento en nuestras vidas. Ayúdanos a meter en nuestras mentes las verdades que hemos estudiado hoy, para obtener una diferente perspectiva concerniente a lo que hacemos. Ayúdanos porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

Otros archivos en esta serie