(Centro De Vida)
Escritura
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. 1 Corintios 13:11 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. Lucas 2:52
No importa la edad física que tenga uno al recibir a Cristo en su corazón nace de nuevo, puede ser viejo físicamente pero nuevo espiritualmente, puede ser adulto físicamente pero un bebé espiritualmente, así como el recién nacido necesita de mucha atención el nuevo creyente también necesitará de una ayuda especial, esta verdad desanima a muchos hermanos en la fe, muchos hermanos reciben a Cristo ya cuando son adultos, luego llegan al templo y ven a jóvenes y niños hablar de la Biblia y testificar de Cristo, oyen a otros orar con facilidad y se sienten mal pero no deben sentirse mal, lo que está sucediendo es normal, uno debe comprender que aún es nuevo en el Señor y que tendrá que pasar por todas las etapas de crecimiento, así como el recién nacido no puede salir corriendo del hospital el recién nacido en Cristo tampoco, primero tendrá que gatear, luego caminar y hasta después podrá correr, no debe desesperarse, debe tomar las cosas con calma y pacientemente esperar en el Señor, poco a poco irá creciendo, irá desarrollando en la vida espiritual y pronto podrá caminar pero tendrá que comprender que tendrá que pasar por las etapas de crecimiento. 1 Corintios 13:11 dice: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; más cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño”. El nuevo creyente en Cristo tendrá que comprender que por el momento él está ignorante de muchas cosas, tendrá que hacer preguntas las cuales pueden sonar infantiles a los que ya tienen tiempo de estar en las cosas de Dios, va a cometer errores que cristianos maduros no cometen, al testificar de su Salvador se va a sentir mal cuando le hacen preguntas que él todavía no puede explicar pero no debe desanimarse, pronto llegará el día en que obtendrá madurez espiritual, no me importa lo que digan otros la madurez espiritual no se obtiene de día a noche, uno tiene que crecer a madurez espiritual y esto se logra únicamente por medio del estudio de la Palabra, oración y obediencia a Dios, aún nuestro Señor Jesucristo tuvo que crecer en sabiduría, no es algo que le vino momentáneamente, escucha lo que dice Lucas 2:52, “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres”. Así que el nuevo creyente no debe afligirse, algún día será hombre en las cosas del Señor, el bebé espiritual crecerá, pero mientras es niño tendrá actitudes y manierismos de un bebé espiritual. Una de las cosas que les suceden a los bebés espirituales es que todo les llama la atención, así como el recién nacido es atraído por cosas brillantes y es capaz de meter cualquier cosa en su boquita así también los bebés espirituales son vulnerables a cualquier cosa que aparenta ser bueno y se ve bonito, esto representa un grave peligro para el recién convertido a Cristo, ¿por qué? Pues, porque aún no tiene madurez espiritual para poder discernir o distinguir entre lo que es de Dios y lo que es falso, él no sabe que Satanás se viste como ángel de luz, él no sabe que hay lobos que se visten de ovejas y es aquí donde los cristianos, donde la iglesia no están cumpliendo con la gran comisión. Cristo instituyó a la iglesia para que pudiéramos cuidarnos los unos a los otros, no puedo decirte cuánto me enojo al darme cuenta de una madre que abandona a su bebé, se me sube la sangre pero no es exactamente lo mismo cuando nosotros dejamos a un recién nacido a la merced de Satanás, nacen a la familia de Dios y nosotros, la iglesia, tenemos la responsabilidad de proteger y cuidar de ese bebé hasta el día en que pueda defenderse a sí mismo, el mandato del Señor Jesús según Mateo 28:19 es de ir y hacer discípulos bautizándoles y enseñándoles a que guarden las cosas que él nos ha mandado y lo siento, hermano, pero todo esto no se lleva a término en el momento que uno recibe a Cristo, esto requiere tiempo y energía y dedicación. La Biblia nos enseña que hay falsos maestros y nosotros como hermanos mayores tenemos que proteger a los recién nacidos de sus engaños y mentiras, las cuales llaman la atención del recién nacido por los colores brillantes con que son presentados, como enseña Romanos 15:1 nosotros “los que somos fuertes, debemos soportar la flaqueza de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos”. Tenemos que recordar que al crecer este niño espiritual bajo nuestra protección aprenderá que él también tendrá algún día la responsabilidad de cuidar de otros que nacen a la familia de Dios y quienes no son lo suficientemente fuertes para luchar por sí solos. Muchas veces el recién nacido tendrá que crecer por sí solo, ¿por qué? Pues, porque no tiene hermanos mayores, tal vez tengan años de estar en la iglesia, pero son cristianos anormales pues, todavía tienen que tomar leche debido a que no han crecido y no pueden masticar comida sólida, Pablo habló de estos hermanos en 1 Corintios 3:1-3, estas son sus palabras: “De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales”. Es un verdadero pesar, pero tal es la situación de la vasta mayoría de los hijos de Dios. ¿Por qué? Quizás porque no tuvieron a nadie quien se preocupara dentro de la iglesia por el bienestar espiritual de ellos y ahora lo que hacen es exactamente lo que les fue enseñado: nada. El niño cristiano tendrá que hacer un esfuerzo propio para poder crecer, tenga o no tenga la ayuda de otros, seguro está que al tratar de caminar se va a caer y se va a golpear, al principio podrá apoyarse en ciertas cosas para ayudarse, los hermanos podrán darle la manita para ayudarle en dar sus primeros pasos pero no le van a cargar el resto de su vida, llegará el día en que él tendrá que aceptar sus responsabilidades y puesto dentro de la familia, tiene que ver siempre adelante con paciencia y pronto llegará el día en que tendrá la capacidad para dirigir a otros en el camino del Señor, me acuerdo cuando era niño de ocho años que pensaba que nunca llegaría el día en que podría tener un carro y licencia de manejarle pero llegó el día y eso está muy allá en el pasado, el niño en Cristo debe entender que lo importante es obedecer a Dios y que el crecimiento vendrá, seguro está que va a caer, esto es inevitable pero al caerse no debe darse por vencido sino que debe levantarse, sacudirse el pantalón e intentarlo otra vez, debe llevar la vista siempre al frente, lo que sucedió en el pasado las caídas le pueden servir de experiencia para no tropezar en el futuro pero no debe dejar que la caída sirva para que no vuelva a tomar paso al frente. El Apóstol Pablo habla de ello de la siguiente manera en Filipenses 3:13 y 14, “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado (hablando de la perfección); pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. En conclusión, acordémonos de la persona que recibe a Jesús como Salvador nace a la familia de Dios, no nace con una madurez espiritual tendrá que crecer en las cosas del Señor, mientras que está tierno en las cosas del Señor necesitará la ayuda de Dios quien trabaja a través de sus hijos mayores, el diablo hará todo lo posible por destruir la vida del recién nacido y claro está que en sus primeros años es cuando está más indefenso la criatura, sin embargo, el recién nacido no debe decepcionarse, debe luchar por obedecer a Dios y comprender que algún día será un cristiano maduro quien podrá aceptar sus responsabilidades como hijo de Dios y ayudar a sus hermanos menores. Hermano, si eres un recién convertido y te sientes mal porque te falta mucho en conocimiento de las cosas de Dios no te desanimes, sigue adelante confiando en Dios y sabiendo que si eres obediente crecerás y pronto estarás ayudando a otros cumpliendo el propósito por el cual Dios te ha llamado. Vamos a orar. Padre, cierto que como hijos tuyos tenemos que crecer a una madurez espiritual, te damos gracias por tu Espíritu, tu Palabra, la oración, y hermanos y hermanas quienes están dispuestos a ayudarnos en crecer. Padre, gracias por la esperanza de saber que podemos crecer en tu amor y que podemos tener tu fuerza para vencer al mundo, ayúdanos a crecer de manera que ayudemos a otros en conocerte, te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
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