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Perdóname Señor
Pero Envía A Alguien Mas
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Oct 08, 2021
Oct 05, 2021
Duración:
00:14:30 Minutes
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7

Escritura

1 Samuel 15:22 y 23; Isaías 46:10 y 11

Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey. 1 Samuel 15:22 y 23 Que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; 11 que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré. Isaías 46:10 y 11

Hoy terminamos nuestra serie de mensajes sobre excusas que damos para no servir al Señor, espero que todos hayamos aprendido lecciones muy valiosas, hoy llegamos al último mensaje de esta serie. Es fácil para nosotros esperar que otra persona demuestre profunda dedicación al Señor, pero no es fácil realizar esa misma dedicación para nuestra propia vida, necesitamos llegar al entendimiento de que una entrega personal a Dios es el corazón de la religión cristiana, el verdadero cristiano reconoce a Dios como su Padre, a Jesús como su Salvador y Señor, esto hace que el cristiano sea un siervo de Dios. Demasiadas veces decimos que deseamos ser entregados a Dios cuando profundamente en nuestros corazones estamos diciendo: “no”, alguien me podría decir: “yo nunca haría eso, además Dios nunca me ha llamado a ser pastor, evangelista o misionero”, tal declaración me indica que esta persona no entiende en realidad lo que es la vida cristiana, es cierto que Dios selecciona a ciertas personas para trabajos especiales pero cada creyente tiene el llamado a servicio, al corazón de cada creyente llega la pregunta: “¿Quién se consagrará a sí mismo a mí, el Señor?” y Dios espera que cada creyente responda: “Heme aquí, envíeme a mí”. Cuánto me alegro de que multitudes de personas respondan con este espíritu, pero hay otros que se hacen para atrás, tratando de excusarse de sus responsabilidades para con Dios en servicio, cuando las excusas no son aceptadas algunos se entregan mientras que otros rehúsan obedecer, es a este acto de rebelión que nos queremos dirigir nosotros en el estudio de hoy, observemos a aquellas personas quienes dicen: “Perdóname Señor y envía a otro”. Dios manifestó suficiente gracia al hablar con Moisés sobre el monte Horeb ante la zarza que ardía con fuego, pero no se consumía, Dios dijo: “Moisés, yo te he escogido para que saques a Israel, fuera de la esclavitud en Egipto”, Moisés respondió con una serie de excusa el por qué él no podría hacerlo, pero Dios tuvo una respuesta para cada una de sus excusas y le esforzó a escuchar el llamado. En primer lugar, Moisés dijo: “Personalmente soy inferior”, Dios respondió: “Yo estaré contigo”; en segundo lugar, Moisés dijo: “Mi conocimiento de Dios es muy limitado” y Dios le respondió: “Yo te revelaré que soy quien soy”, Moisés dijo: “La gente no creerán que tú me has enviado”, Dios le dijo: “Yo te permitiré hacer milagros que los convencerá”, Moisés dijo: “Tengo un impedimento en el hablar pues soy tartamudo”, Dios respondió: “Yo estaré con tu boca y te diré qué decir”. Finalmente, Moisés ya no encontraba excusas, en su desesperación él dijo: “Ay Señor, envía, te ruego por medio del que debes enviar”, ahora esto suena como que, si Moisés estaba dándose por vencido, pero sin embargo él no estaba diciendo: “Señor, escoja al que quieras enviar y si soy yo, pues iré”. Moisés no estaba diciendo eso, lo que Moisés estaba diciendo era: “Señor, escoja al que quieras y envíalo, pero no esperes que vaya yo”, Moisés le dijo: “Yo no iré”. Por eso no nos sorprendemos al leer en el siguiente versículo: “Entonces Jehová se enojó contra Moisés”, imaginémonos que audacia de pecado el de aquel hombre que rechaza el llamado de Dios. Cuando hace esto, él está diciendo: “Yo rehúso oír”, tal cosa podríamos esperar de un incrédulo, esperaríamos eso del faraón de Egipto quien dijo: “¿Y quién es Jehová que yo deba de obedecer su voz?”. Pero no esperaríamos esto de una persona que es hijo de Dios por medio de la fe en Cristo Jesús y sin embargo muchos quienes profesan ser cristianos responden negativamente al llamado de Dios Padre y esto es algo trágico que nunca debiera suceder, ¿Qué tan serio es la obediencia a vista de Dios? Es tan serio que Él lo llama “rebelión”, ¿Qué tan serio es el pecado de la rebelión? 1 Samuel 15:22 y 23 nos dicen: “Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como el pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación” La adivinación y la idolatría llevaban pena de muerte en el antiguo Israel, por lo consiguiente llegamos a la conclusión por medio de la palabra que la rebelión en contra de la santa voluntad de Dios merece el castigo más severo. Dios no trae justicia inmediata sobre el rebelde, Él da tiempo para arrepentimiento, Él trata de convencer una y otra vez por medio de su espíritu, Él llama, espera y vuelve a llamar, si el hombre responde al llamado en arrepentimiento pues todo está bien, si él no responde afirmativamente al llamado, él va a sufrir pérdida. Debemos aprender temor al decirle “no” a Dios, su misericordia hace tardar su juicio, pero seguramente el juicio vendrá sobre el desobediente y rebelde. El rechazar el llamado de Dios es decir que Él se ha equivocado en escoger a uno, debemos tener cuidado de no caer en este grave error, Dios no comete equivocaciones, Dios sabe bien lo que hace aún antes de la fundación del mundo. Desde el principio Él declara lo que sucederá al final, Él puede decir todo lo que sucederá, Isaías 46:10 y 11 dice: “Digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré”. ¿Podría equivocarse Dios en llamar a alguien para servicio? Nunca. Romanos 11:29 dice: “Irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”. Si íbamos a hacer un largo viaje en automóvil primero buscaríamos un mapa y lo estudiaríamos, designaríamos lugares de interés para visitar, puntos de descanso y haríamos reservaciones donde iríamos a pasar la noche, antes de iniciar el viaje planearíamos todo donde pretenderíamos irnos, haríamos y cuánto tardaríamos ¿Acaso Dios haría menos? ¿Acaso el universo no tuvo que planearse? Dios también trabaja conforme a sus planes, y si nosotros tenemos un lugar en ese plan de Él no deberíamos pecar en contra de Él por medio de retirarnos del ministerio que Él nos ha asignado dentro de su ministerio redentivo al hombre, al hacer esto cometeríamos un grave error. El rechazar el llamado de Dios es decir que no importa si desagradamos a Dios o no, nunca debiéramos retar a Dios, sería imposible ganar; Jonás lo intentó y después de tres días y tres noches en la panza de un gran pez él estaba dispuesto a hacer la voluntad de Dios. Nosotros debemos responder efectivamente y reponer ese orgullo que tenemos con humildad en obediencia. Santiago 4:6 nos dice: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”. Fijémonos en la verdad del Salmos 76:7 “Tú, temible eres tú; ¿Y quién podrá estar en pie delante de ti cuando se encienda tu ira?”. El profeta Nahúm dijo: “¿Quién permanecerá delante de su ira y quién quedará en pie en el ardor de su enojo?” La respuesta obvia es que nadie puede arriesgar el desagrado de Dios sin arriesgar gran pérdida, no debemos ser descuidados en lo que hacemos, debemos entregarnos a Él. Bueno y finalmente ¿Qué pasó con Moisés? Se hizo para atrás, poniendo sus excusas, pero al fin obedeció. Éxodo 4:20 nos dice: “Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano”. ¿Qué sucedió después? Pues, después de una serie de milagros en juicio sobre Egipto, Moisés sacó al pueblo de Israel de su esclavitud, así como Dios lo había dicho. Dios era capaz, Moisés se entregó y Éxodo fue el resultado. Dios es demasiado bueno con nosotros, tal vez alguien que ha escuchado el mensaje de hoy haya estado huyendo de Dios, tal vez has presentado tus excusas o has rebelado directamente en contra de su voluntad, puedes arrepentirte, puedes regresar a Dios en paz, puedes entregarte a Él y llegar a ser una bendición para otros en el nombre de Jesús, entrégate, Él te dirá las palabras de Josué 1:5 “Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé”. Vamos a orar. Padre, gracias te damos por tu maravilloso amor, Padre ha habido veces en mi vida cuando yo te he sido infiel, yo he presentado mis excusas y he sido rebelde a tu llamado. Gracias por ser misericordioso Señor, gracias por darme otra oportunidad y te pido que me ayudes a estar siempre entregado a tu voluntad, pues sé que puedo hacer todo lo que tú quieras que yo haga. No puedo hacerlo solo, pero sé que tú me darás la capacidad para cumplir todo lo que pongas delante de mí, en el nombre de Jesús oro. Amén.

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