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El Hombre Que Agrada A Dios
Cuida De Su Compañía
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on May 05, 2021
May 01, 2021
Duración:
00:14:30 Minutes
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Escritura

Salmos 15; Salmos 15:1; Salmos 15:2; Salmos 15:3; Salmos 15:4; 2 Corintios 6:14-18; Romanos 6:16; Proverbios 24:24.

Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? Salmos 15:1 El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón. Salmos 15:2 El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino. Salmos 15:3

Gracias por estar otra vez conmigo hoy, seguimos en el capítulo 15 de los Salmos y llegamos a la tercera respuesta que el Salmos nos da a la pregunta, Jehová, ¿Quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?   Antes de contestar la tercera pregunta, repasemos por un momento, Salmos 15:1 pregunta quién puede habitar en paz en la presencia de Dios, Salmos 15:2 dice que es el que recto en su conducta, Salmos 15:3 nos dice que el que es caritativo con su prójimo y ahora el Salmos 15:4 añade, que el que desea ser aceptable a Dios, debe tener cuidado en escoger sus amistades. Estos son los primeros 3 de 5 principios que el Salmos 15 nos da para tener paz con Dios.   Leamos bien el versículo 4, “aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, pero honra a los que temen a Jehová”. El versículo nos da una cualidad positiva y negativa de la persona que agrada a Dios. Negativamente, el menosprecia a las personas malas; positivamente, Él honra a una persona buena y justa. Tal actitud no está basada en juzgar a las personas de acuerdo a la carne, sino de acuerdo a los principios de la santidad de Dios expresados en la Biblia. Lo que hace el versículo 4, es llamar la atención al ejercicio del discernimiento moral, el distinguir entre el bien y el mal, el aprobar lo bueno y rechazar lo malo, es una capacidad que Dios ha dado al hombre, los animales no tienen este poder de discernimiento. Si el hombre rechaza o rehúsa a practicar esa habilidad que Dios le ha dado, se pone al mismo nivel de los animales. Dios aceptará a la persona quien pone en práctica el discernimiento espiritual entre cosas buenas y cosas malas.   Todas las personas no siguen esos requisitos, algunas personas pretenden que no existe distinción entre bien y mal, excepto esa distinción que la persona hace en su propia mente. Algunas sustituyen el bien por el mal y el mal por el bien, Dios tiene palabras fuertes en contra de los que hacen tal cosa. Leamos lo que dice Isaías 5:20 y 21, “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!”. Dios condena a tales personas.   Me es difícil imaginar a una persona con la audacia de cambiar la evaluación de Dios, ¡Qué espíritu de contradicción debe tener la persona que llama sucio lo que Dios ha limpiado o viceversa! La persona no debe justificar lo que Dios ha condenado, ni puede rechazar lo que Dios ha aprobado, tal persona no será aceptada en paz delante de Dios. Quiero decirles un principio básico que es enseñado a través de toda la Biblia, el que camina con Dios se separará del pecado. 2 Corintios 6:14-18 nos enseña este principio de tal manera, que todo queda aclarado, “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con él incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo, y yo os recibiré y seré para vosotros por Padre y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso”. El principio básico, bíblico de la separación del pecado, es necesario si el hombre desea agradar a Dios.   No es fácil separarse de los pecadores, existe una presión constante en la vida del creyente para comprometer sus convicciones, bajar sus principios y vivir como los pecadores, Él no debe permitir que eso suceda. Romanos 6:16 dice, “¿no sabéis que, si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia?” Romanos 6:12-14 dice, “no reine pues el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias, ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad sino presentaos vosotros mismos a Dios, como vivos de entre los muertos y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia, porque el pecado no se enseñoreará de vosotros”. No es fácil separarse de los pecadores, pero es imperativo para la vida cristiana. Dios menosprecia a la persona vil. Existe una diferencia entre menospreciar y condenar, el texto no da licencia al creyente para condenar a las personas cuya conducta no es suficiente buena para ellos, el énfasis está sobre una actitud que produce un carácter de santidad, el menospreciar a una persona vil significa rehusar su forma de hacer las cosas, o sea, no estar de acuerdo con su actitud o acciones.   El creyente no participa en su maldad, pero al mismo tiempo, extiende su amor a la persona con lástima, Dios menosprecia el pecado y sin embargo extiende redención al pecador. El creyente no debe honrar al que no es digno de honra, la honra se debe dar a los que temen al Señor. Tenemos que comprender que el pecador vestido de seda, es menos merecedor de la honra que el santo vestido de trapos. Las autoridades gubernamentales deben ser obedecidas y respetadas por la posición que tienen en el gobierno de los humanos, pero aquellos quienes viven mal, no deben ser respetados aquí, así como si fueran hombres de Dios.   Debemos cuidarnos de los engañadores. Jesús dijo que habían lobos vestidos de ovejas, algunas personas pretenden ser piadosos hasta acabar con su trabajo. El creyente debe ser como su Señor y no medir a las personas por las apariencias externas, sino por lo que son espiritualmente por dentro. Desgraciadamente, aún existen engañadores en el campo religioso, la protección del cristiano en contra de impositores y engañadores espirituales, es la palabra de Dios y el Espíritu Santo quien le dará la interpretación verídica. Debemos tener cuidado en cuanto a nuestra actitud hacia el bien y el mal, Proverbios 24:24 nos dice, “El que dijere al malo: Justo eres, los puebles lo maldecirán y le detestarán las naciones”. Ambos, Dios y el hombre, aprueban lo bueno y rechazan lo malo vestido de lo bueno, tengamos cuidado. ¿Quieres ser aceptado por Dios? Pongamos entonces en orden nuestras prioridades, rechacemos lo malo, no importa en qué forma venga, aceptemos y aprobemos lo bueno en todo lugar y bajo cualquier circunstancia. Con esta actitud manifestaremos nuestra alianza con Dios y nuestra lealtad hacia Él. Tal persona será aceptada delante de Él y morará en paz delante de su presencia. Vamos a orar. Padre, necesitamos tu ayuda divina para discernir entre lo bueno y lo malo, y para aprobar lo que te agrada y rechazar lo que no te agrada, nuestras mentes tan pequeñas no pueden hacer estas distinciones sin tu ayuda, gracias por el espíritu Santo, quien nos guía en el camino de la santidad y ayúdanos en prestar atención a su voz de dirección. En el nombre de Jesús oramos, Amén.

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