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El Hombre Que Agrada A Dios
Es Fiel A Su Palabra
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on May 06, 2021
May 01, 2021
Duración:
00:14:30 Minutes
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Escritura

Salmos 15; Lucas 16:10-13; 1 Corintios 4:1 y 2; Romanos 15:2.

El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. 11 Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? 12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? 13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Lucas 16:10-13 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. 2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 1 Corintios 4:1 y 2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Romanos 15:2

Algún tiempo atrás, un hombre estaba siendo demandado en una corte, siendo acusado de estafar en asuntos de negocio, él declaró su inocencia de haber sido estafador, pero admitió que él era un mentiroso psicopático. Nadie respeta la palabra de una persona en quien no se puede confiar, nadie quiere hacer negocios ni tener compañerismo con tal persona y eso es verdad, aunque uno sea cristiano o no. En vista de que eso es así con el hombre, ¿Cuánto más ha de ser para con Dios? Cuando el Salmos 15 nos hace la pregunta, ¿Cuál es el carácter de la persona quien es aprobada por Dios y quien tiene acceso a su presencia? La respuesta incluye el requisito de veracidad. Dios acepta al hombre que, aun jurando en daño suyo, no por eso cambia. Dios acepta al hombre fiel a su palabra.   Se dice del hombre de honor que su palabra es un pacto, eso significa que su promesa es como un contrato legal que si se rompe trae penalidades severas. Un hombre fiel, dará su palabra y la cumplirá, aunque vaya en contra de sus buenos intereses, cumplirá su palabra, aunque salga perdiendo.   Cierto hombre tenía un yerno que era carpintero, el hombre quería hacer algo bueno para su yerno y la familia de él, y le dio unos planes para una nueva construcción y le dijo que edificara la construcción de acuerdo a los planes. El yerno aceptó el trabajo. Mientras construía, el yerno avaro decidió obtener algo de ganancia personal con el proyecto, él usó materiales inferiores en vez de los que le fueron indicados, usó menos madera de la que pedía la construcción. Cuando terminó, la casa era linda pero hecha de materiales que invalidaban la fuerza de su estructura. Ya podemos imaginarnos la sorpresa del carpintero cuando al decirle a su suegro que la casa estaba terminada, éste le dijo “es tuya, yo te di los planos para que la construyeras para ti y tu familia”, el engaño nunca paga bien. El engaño, sea en palabra o en hechos, siempre le sale cobrando al engañador. Finalmente, todos se dan cuenta de que no se puede confiar y él sufre pérdida.   El Salmos 15 nos subraya la fidelidad del hombre que agrada a Dios. Supongamos que está en un negocio en donde él hace una promesa, entonces supongamos que hay un aumento en el precio de los materiales o labor, indicando que él no puede tener ganancia en el precio que él había dado. Supongamos que además de guardar su palabra, él actualmente va a salir perdiendo dinero, ¿Qué debe hacer? No existe un contrato, no hay forma en que la otra persona podría exigirle cumplir su promesa, ¿Qué hará? El Salmos 15 dice que el hombre aprobado por Dios, cumplirá su promesa, aunque le cueste dinero, aun jurando en daño suyo, no por eso cambia.   Este es el principio que expresó Jesús en Lucas 16:10-13, “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y en lo que muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o estimará a uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. Este principio puede ser aplicado en la vida diaria, al igual que el servicio espiritual. Toda la vida es una mayordomía, el hombre en realidad no es dueño de nada, sólo es administrador de lo que Dios le da, Él tendrá que rendir cuentas de todo lo que Dios le ha encargado. Por eso es que Pablo escribió lo siguiente en 1 Corintios 4:1 y 2, “así pues, tenga los hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel”. El requisito absoluto de un administrador, es que sea hallado fiel. Cada persona es administradora de las porciones y de las posiciones que Dios le da en la vida, por eso es que Dios exige fidelidad a Él, en palabras y en hecho. Dios espera que el administrador use bien los materiales que tiene a su disposición, espera también que el administrador ejerza su influencia con el mismo cuidado. Las palabras y los hechos, serán juzgados en el día final.   Consideremos el motivo de la persona que, jurando en daño propio, no cambia. En vista de que él sabe que alguien sufrirá pérdida, desde que él hizo la promesa, él prefiere sufrir en vez de dañar a otros. Es como el Espíritu de Dios, por eso es que Dios lo acepta. Él está demostrando el fruto del Espíritu en su vida, tal motivo es inspirado por el amor de Dios derramando en los corazones de aquellos quienes confían en Jesús. El principio está bien declarado en Romanos 15:2, “cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para edificación”. Eso significa que el cristiano se concierne más por lo que le beneficia al prójimo, que por lo que le beneficiará a sí mismo. Puesto en práctica, ese principio corregiría muchos de los problemas en nuestra sociedad moderna, ya no habrían robos ni asaltos, un trabajador produciría lo mejor posible, relaciones de pactos de negocios serían inquebrantables, sacaría fuera de la escena a los que no desearan vivir de acuerdo a las reglas, nuestra generación sería mejor si pudiéramos vivir de acuerdo a esta regla.   No podemos controlar las vidas de otros, pero podemos controlar la nuestra. No podemos exigir a las personas que vivan vidas santas, pero podemos exigir eso de nuestras propias vidas. El mundo necesita un buen ejemplo de lo que es un verdadero cristiano, necesita ver más que unas cuantas personas camino a la iglesia en día domingo, el mundo quedará impresionado con la diferencia que hace Jesús cuando ve a un hombre ser fiel a su palabra, aunque sufra pérdida, simplemente por la sencilla razón de haber dado su palabra. Ese tipo de ejemplo hará una diferencia, ojalá todo cristiano practicara este principio.   Hay algo más importante que la ganancia de bienes materiales, el hombre necesita de comida, ropa y alojamiento, Dios ha prometido proveer esas cosas para los que le dan primer lugar en sus vidas, el hombre necesita ser un testigo fiel al reino de Dios, él debe manifestar su relación con Dios en Cristo Jesús, eso es lo más importante para cualquier cristiano. Cada cristiano debe testificar de su fe en Cristo Jesús, si no puede testificar en palabra, pues lo hará en hechos. El mejor empleado en cualquier compañía, debe ser el empleado cristiano. El trabajo más responsable debe ser el que fue elaborado por un cristiano. Por medio de hacer más de lo que se requiere o se espera de él, el cristiano dará buen testimonio delante de Dios y los hombres, de la realidad de su fe. ¿Quién es a quien Dios recibe en paz? El que cumple su palabra. Vamos a orar.   Padre, enséñanos lo que significa el hecho que nuestras palabras, traerán sobre nosotros o recompensa o disciplina. Ayúdanos a ser personas que cumplen lo que dicen y prometen, te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.

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