Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? 2 El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón. 3 El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino. 4 Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; 5 Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás. Salmos 15:1-5 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. 1 Juan 2:6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 1 Juan 1:6 y 7

He tenido el privilegio de predicar a muchos países en el mundo, me intereso mucho en observar reuniones internacionales. Cada persona indica su nacionalidad en el estilo de vestir, la manera en que habla y en el modo de actuar. Tal identificación, se puede notar en la persona que, por medio del arrepentimiento y fe personal en la persona de Cristo Jesús, ha llegado a ser ciudadano del reino de Dios, su actitud, su forma de vestir, su vocabulario, su conducta, todo manifiesta la nueva relación y alianza que posicionan su persona, ¿Qué clase de persona da evidencia de ser ciudadano del reino celestial? ¿Cómo podemos reconocer a tal persona?   La Biblia es clara en decirnos que la identificación no está en el hecho de que, si uno es judío o gentil, oriental u occidental, latino, anglo, negro o blanco, ni tampoco es su estado social, culto, analfabeto, rico, pobre, esclavo o libre. Tampoco es por su religión, si perteneces a cierta organización o no. La identificación es espiritual y esa relación espiritual es expresada en formas prácticas, entre la relación de uno con Dios y con los demás humanos. El Salmos 15:1-5, nos da una descripción exacta de un ciudadano del cielo, es de la tal importancia, que yo sentí la necesidad de que hiciéramos 5 visitas con el tema del hombre que agrada a Dios.   Salmos 15:1-5 dice, “Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla la verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino. Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, pero honra a los que temen a Jehová. El que, aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; quien su dinero no dio a usura ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás”. El habitar en el tabernáculo o morar en el monte santo, significa ser aceptado por Dios con favor y gozar de su comunión sin interrupción, ¿Quién puede recibir tal privilegio? ¿A quién se le extiende tal honor? La respuesta está en el versículo 2 del texto, “el que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón”. El cristiano debe caminar recto en su forma de vivir, ningún otro curso agradará a Dios. La Biblia usa el término andar con dos significados diferentes, en primer lugar, significa moverse por medio del uso de los pies y las piernas; en segundo lugar, significa la forma de vida que uno tiene en relación a otros seres humanos. El segundo significado es expresado en esta porción de escritura que nos da la frase, “andar en integridad”. Esta persona es la que agrada a Dios, significa que todas las actividades en la vida de un individuo, irán de acuerdo a sus principios de justicia. La persona que va a agradar a Dios, debe andar rectamente, pero ¿Qué significa andar rectamente? Es caminar con integridad de acuerdo a los principios de justicia, es caminar por la vida de acuerdo a las formas y principios que se encuentran en las Escrituras. Cuando una persona se entrega al señorío de Cristo Jesús, se compromete a andar rectamente. 1 Juan 2:6 nos dice, “el que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo” ¿Cuál es el andar apropiado del cristiano? Es una vida libre de los efectos malignos del pecado. 1 Juan 1:6 y 7 nos dice, “si decimos que tenemos comunión con Él y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. Pero si andamos en luz como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo su hijo, nos limpia de todo pecado”. La religión debe afectar nuestro diario vivir, al igual que la hora en que nos reunimos para alabar a Dios. Un reto andar se expresará en obras de justicia diariamente, el trabajo del que anda con integridad agradará a Dios porque trabajará de acuerdo a sus principios. Si observamos los 10 mandamientos, veremos cómo el andar bien con Dios, tendrá un efecto en nuestra relación con otras personas, producirá una relación buena y correcta. Cada uno de los mandamientos está prácticamente relacionado al diario vivir, particularmente los últimos 6. Una reverencia a Dios y una adoración a Dios, producirán la relación perfecta entre nosotros y los seres humanos que nos rodean. El hombre que agrada a Dios, deberá respetar a sus padres, tener en alta estima la vida de otras personas, mantener un moral de pureza, respetar lo ajeno, hablar la verdad en todo tiempo y nunca desear lo que no es suyo. Esos principios son un resumen de los últimos seis mandamientos de los 10 mandamientos encontrados en la Biblia. Ellos prueban que la vida cristiana no es solo una buena relación con Dios sino también con otros seres humanos hechos a la imagen de Él. El carácter de una persona se manifestará en su conducta, la persona que agrada a Dios no solamente caminará con integridad y rectitud, sino que hará buenas obras.   Existe un tercer aspecto de la conducta de la persona que agrada a Dios, esta persona habla la verdad en su corazón, sus motivaciones internas van a expresarse en palabra y en hecho, una persona pura no piensa falsedades ni hace planes con engaño. Un árbol producirá fruto de acuerdo a su naturaleza, Jesús dijo lo siguiente en Lucas 6:43-45, “no es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto, porque cada árbol se conoce por su fruto. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo. Porque de la abundancia del corazón habla la boca”. Proverbios 23:7 está de acuerdo pues dice, “porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él”.   Vemos entonces los tres elementos de un recto andar, un andar consistente, una obra de fidelidad y una palabra pura. La escritura la expresa de esta manera en nuestro texto, Él anda en integridad, hace justicia y habla verdad en su corazón. Debo añadir una cosa más antes de terminar, son las palabras expresadas en Hebreos 11:6, “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. No hay forma de agradar a Dios sin tener fe personal en Él, a través de Cristo Jesús. Hoy es el día de poner toda tu confianza en Él, porque solo Él puede salvarte, vamos a orar.   Padre, te agradecemos y te alabamos por la oportunidad de conocerte por medio de Cristo. Gracias por permitirnos tener una nueva vida en Él, ayúdanos en agradarte y honrarte por medio de nuestro andar, hacer y palabra, en el nombre de Jesús te lo suplicamos, Amén.