Copyright 2016-2019 Lifeword
Viviendo la Vida de Cristo
Viviendo La Vida De Cristo - Parte 2
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:31 Minutes
Listens:
4
Aired on Ago 25, 2020

Escritura

Filipenses 2:7; Éxodo 33:22; Mateo 17:1-9; Marcos 10:45; Hebreos 2:14.

sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; Filipenses 2:7 y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Éxodo 33:22 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; 2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. 3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. 4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 5 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd. 6 Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor. 7 Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis. 8 Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo. 9 Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. Mateo 17:1-9 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Marcos 10:45 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, Hebreos 2:14.

Filipenses 2:7, dice que nuestro Señor Jesucristo vino al mundo en carne humana y que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo hecho semejante los hombres. Ese es el espíritu y el principio de vida por medio del cual tú y yo debemos vivir. Esa es la actitud que había en Jesús y debe ser la actitud de aquellos quienes creen en Él. Este es el segundo principio para vivir la vida de Cristo conforme a Filipenses 2:5-11.   El primer principio expresado en el versículo 6 por el ejemplo que nos dio el Señor, era este: ¨No hay que ser ambicioso por una ventaja personal, si no sacrificar lo necesario para servir a otros¨.   El segundo principio, es el sujeto de nuestro estudio hoy. Estar dispuesto a identificarse uno con los necesitados. Tres cosas se dicen del hecho de nuestro Señor al venir a la tierra para nacer en el cuerpo de un niño, teniendo a una persona humana como madre. En primer lugar, si no que se despojó a sí mismo; en segundo lugar, tomando forma de siervo y, en tercer lugar, fue hecho semejante a los hombres. Vamos a estudiar esos tres hechos de nuestro Señor y ver los que podemos aprender en cuanto a nuestra identificación con personas que tiene necesidades, mientras que vivimos nuestra vida cristiana.   Jesús se despojó a sí mismo, eso significa que el hizo como que si no tuviera ninguna reputación que Él tenía que proteger o promover. El texto griego en el que el Apóstol pablo primeramente escribió esta declaración, literalmente significa que Jesús se vació de sí mismo. Otros autores han traducido estas palabras de varias formas, por ejemplo; ¨Se empobreció¨, ¨puso a un lado su gloria¨, o ¨se quitó todos sus privilegios¨. ¿De qué se despojó nuestro señor cuando vino en carne humana? Se despojó de su deidad, aparentemente.   Dios está rodeado de gloria, según Éxodo 33:22, sin embargo, Jesús no brillaba con gloria, excepto la vez cuando fue transfigurado delante de sus apóstoles, según Mateo 17:1-9. Él se despojó de los atributos de su deidad, al venir en cuerpo humano a la tierra; ¿lo hace esto menos de la deidad porque se limitó a sí mismo? De ninguna manera. Él era una limitación propia. Como Dios, Él podía hacer lo que quería, en ese momento su querer era limitarse durante el periodo de tiempo que pasaría en la tierra.   El cristiano que entrega sus privilegios personales, nunca debería insistir en sus derechos, no puede decir: ¨Yo tengo el derecho de¨. Él no tiene derecho de hacer ninguna cosa más que lo que tiene que hacer como un hijo de Dios. Él debe estar totalmente a la disposición de Dios para cumplir con cualquier tarea que Dios le asigne.   Jesús, tomó forma de siervo, este es un milagro de gracia más allá de nuestro entendimiento. El término ¨forma¨, en este lugar, es el mismo término que nos es expresado en el versículo 6, donde dice: ¨Siendo en forma de Dios¨, se refiere a la esencia de la naturaleza, y no a apariencia externa. Piénsalo, el que era la esencia de deidad, ahora tiene la esencia de un esclavo. Ese es el cuadro de humillación que Él sufrió al venir al mundo.   La servidumbre de Jesús, fue manifiesta durante toda su vida, él fue el siervo de Dios, haciendo la voluntad de Dios y hablando únicamente las palabras de Dios. Él hizo incesantemente aquellas cosas que a Dios le agradaban. La servidumbre de Jesús, fue manifiesta en su servicio al hombre. Marcos 10:45, dice: ¨Porque el hijo del hombre no vino para ser servido, si no para servir¨, Él anduvo entre los humanos, sirviéndoles en todo, hasta que llegó al punto de lavar los pies de sus discípulos.   Grandeza en el reino de Dios, es indicada por servicio y no por poder. ¿Crees que sería difícil dejarlo todo para servir a otros en el nombre de Dios? Considera entonces lo que tuvo que sacrificar Jesús para servirnos a nosotros, nosotros tenemos tan poco que tendríamos que sacrificar en comparación a lo que Él sacrificó con gozo.   El cristiano es salvo con el propósito de servir a otros en el nombre de Dios, el propósito de tu salvación, se pierde, si no estás involucrado en el servicio de la humanidad, en el nombre de Dios. ¿Estás dispuesto a tomar la naturaleza de un siervo para servir a otros?  Eso es lo que harás si es que tienes la mente de Cristo, porque eso es lo que hizo Jesús, mientras que anduvo aquí en su cuerpo humano.   Jesús fue hecho semejante a los hombres, nosotros que tenemos la naturaleza y semblanza de otras personas, podríamos no considerar gran cosa el hecho de que Jesús haya venido a ser como uno de nosotros, pero es cosa asombrosa el hecho de que Dios lo hiciera. Hebreos 2:14, dice: ¨Así que por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte. Esto es, al Diablo¨. Piensa en esa declaración.   Nosotros los humanos, compartimos la misma naturaleza mortal que está hecha de carne y sangre. Nuestros Señor tiene una naturaleza divina, la cual es eterna, pero Él estaba dispuesto a cambiar su naturaleza, por la nuestra. Tomando sobre él nuestros límites y problemas para llegar a ser nuestro Salvador.   Dios envió a su hijo al mundo para tomar un cuerpo humano para así poder librarnos de las garras de Satanás. Él estaba dispuesto a identificarse con personas quienes eran mucho menos que Él y todo lo hizo por nuestro bienestar ¿Qué nos enseña eso? Nos enseña que debemos estar dispuestos a ser nada. Si es que Dios así lo desea. Debemos estar dispuestos a abandonarlo todo incluyendo nuestros privilegios personales para servir a otros en el nombre de Dios. Debemos estar dispuestos a tomar un puesto inferior para podernos encontrar con otros, con el fin de llevarlos a una buena relación con Dios; significa que debemos estar dispuestos a identificarnos con personas de inferior cultura, economía y espiritualidad. Debemos invertir nuestras energías en el ministerio de compartir el amor Dios con otros, siguiendo de esa manera, el ejemplo que nuestro Señor nos dejó.   Eso es lo que acontece cuando un misionero va a trabajar con personas que no tienen su misma cultura, esto es lo que debe suceder en las vidas de todos los cristianos y no solamente en las vidas de misioneros. Esa es la vida normal del cristiano. Eso no significa que tenemos que sacrificar todo hoy mismo y dejarlo para poder servir a Dios, sin embargo, debemos estar dispuestos a dejarlo todo, si es que Dios así lo desea. Nada debe ser más precioso al cristiano que su servicio a Dios. Jesús nos recordó que el siervo no es más que su Señor. Si Cristo pudo estar en el mundo para servir a hombres y mujeres, nosotros no podríamos hallar mayor trabajo que el de servir a otros en el nombre de Dios.   No exijas tus derechos, busca oportunidades para ayudar a otros. Simplemente por el hecho de que le perteneces a Dios en Cristo Jesús, eso te llenará de gozo, porque estarás cumpliendo con el propósito por el cual fuiste llamado. Aquel que invierte su vida en el ayudar a otros encontrará bendiciones en esta vida y en la que viene también.   Padre, perdónanos por creernos más de lo que somos. Ayúdanos a servir y no buscar el ser servido. Deseamos vivir de la manera que nuestro Señor vivió, trayendo honra y gloria a tu nombre. Ayúdanos a estar dispuesto a dejar todo lo que tenemos para servir a otros, en el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.

Otros archivos en esta serie