Escritura
Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. 6 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. 7 Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Hebreos 10:5-7 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Juan 6:38 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada. Juan 8:29 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. Mateo 3:17
La vida encarnada de Jesús aquí en la tierra, fue un ejemplo que nosotros deberíamos seguir. Uno de los elementos más sobresalientes de su vida, fue su total obediencia en hacer la voluntad de su padre. Tú y yo no tenemos mejor oportunidad en la vida que el aprender a hacer la voluntad de Dios, Hebreos 10:5-7, nos dice: ¨Por lo cual entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste, más me preparaste cuerpo, holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron, entonces dije: He aquí que vengo, Oh Dios para hacer tu voluntad como en el rollo del libro está escrito de mí¨. La vida entera de Jesús estaba entregada a la voluntad de Dios, Él dijo en Juan 6:38: ¨Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad; si no la voluntad del que me envió¨. En Juan 8:29, Jesús testificó: ¨Porque el que me envió conmigo está, no me ha dejado solo el padre porque yo hago siempre lo que le agrada¨. Por eso no debe asombrarnos de que Dios padre haya dicho eso de Jesús, en Mateo 3:17: ¨Este es mi hijo amado en quien tengo complacencia¨. Acordémonos del texto que escogimos en Filipenses 2:5:¨Haya pues en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús¨. Eso significa que nosotros debemos tener la misma actitud en nuestra vida que Jesús tuvo en la suya. En vista de que su vida era entregada al servicio de Dios, por medio de servir a otros en el nombre de Dios, tú y yo debemos hacer lo mismo. De esta manera, agradaremos a Dios. Así es que nosotros debemos pensar en el hacer y conocer la voluntad de Dios en nuestras vidas diarias. Trataré de introducir estos pensamientos, por medio de cuatro verdades básicas: La voluntad de Dios existe, Efesios 1:11, dice que Dios hace todas las cosas según el designio de su voluntad. Daniel 4:35 dice: ¨Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, y Él hace según su voluntad en el ejército del cielo y en los habitantes de la tierra y no hay quien detenga su mano y le diga, ¿qué haces?¨. Esos dos pasajes, más otros que podríamos mencionar, nos aseguran que Dios tiene una voluntad que se está realizando en el mundo hoy día, ese trabajo que se está llevando a cabo, conforme a su voluntad, es el fundamento de toda predicción en profecía. Isaías 46:10, dice: ¨Anuncio lo porvenir desde el principio y desde la antigüedad, lo que aún no era hecho, que digo, mi consejo permanecerá y haré todo lo que quiero¨. Sí, Dios tiene una voluntad soberana que trabaja hoy día en la tierra. Bendita la persona cuya vida está de acuerdo, a la voluntad de Dios Todopoderoso. La voluntad de Dios se puede conocer, la Biblia nos enseña que existen dos cosas que hay que hacer si es que uno quiere saber la voluntad de Dios. En primer lugar, uno tiene que estar disponible a Dios, tiene que haber humildad de Espíritu, la cual produce devoción a Él. Romanos 12:1 y 2, dice: ¨Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, Santo, agradable a Dios que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, si no transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. El presentar tu cuerpo a Dios y convivir santamente delante de Él; probarás por experiencia que la voluntad de Dios es buena, aceptable y perfecta¨. En segundo lugar, el andar en la voluntad de Dios hasta el punto en que uno la conoce, es esencial para conocer la completa voluntad de Él. Jesús dijo en Juan 7:17: ¨El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios o si hablo por mi propia cuenta¨. Eso significa que el deseo por la voluntad de Dios y el cumplirlo hasta donde uno la entiende, traerá el conocer la voluntad de Él, más y más hasta que esta sea conocida por completo. Conociendo la voluntad de Dios, la podrás aplicar a tu vida, la voluntad de Dios puede hacerse, no es algo imposible, una tarea súper humana que está más allá de la habilidad del cristiano normal. Efesios 6:6 y 7, dice: ¨De corazón, haciendo la voluntad de Dios, sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres¨. Tú puedes seguir la voluntad de Dios y llevarla a feliz término en tu vida, tú puedes conocerla por medio de la Biblia; las impresiones internas del Espíritu Santo y por medio de las circunstancias, mientras andas en la voluntad de Dios una alegría llenará tu corazón; es así, es la manera de vivir. La voluntad de Dios no está reservada para unos cuantos santos en especial. Cada cristiano puede andar como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios, según Colosenses 1:10. Eso también te incluye a ti. La voluntad de Dios puede ser gozada, qué sorpresa debe ser eso para algunos, la persona que piensa que la voluntad de Dios quitará toda la alegría de su vida, nunca ha tenido la experiencia de andar en su voluntad. Salmos 16:11, dice: ¨Me mostrarás la senda de la vida en, en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre¨. Proverbios 4:18 nos dice: ¨Más la senda de los justos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto¨. Supongo que nunca ha existido una persona quien trabajo más perfectamente en la voluntad de Dios que el apóstol Pablo. Él escribió en Filipenses 4:4: ¨Regocijaos en el Señor siempre, otra vez digo, regocijaos¨. La alegría o el gozo es la marca de una persona quien anda con Dios. Es un deleite el caminar en la voluntad de Dios. Salmos 40:8, dice: ¨El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado y tu ley está en medio de mi corazón¨. He aquí una verdad por experiencia propia. La persona que tiene gozo en su corazón, anda con Dios, dentro de su voluntad. Aquella persona quien anda fuera de la voluntad de Dios no tiene gozo. Entonces, sería mucho mejor para nosotros el obedecer a Dios y andar conforme a su voluntad. Muchas personas temen la voluntad de Dios, pero la temen porque no la han experimentado en sus vidas. Entrégate enteramente a su voluntad, y pronto aprenderás que no hay por qué temer el estar dentro de su voluntad. El decir que la voluntad de Dios es buena, es decir que es de beneficio a aquel quien le guarda. La voluntad de Dios es apropiada para las necesidades del humano, por eso puedo declarar con toda confianza que la mejor cosa que podría sucederte sería que la voluntad de Dios fuera hecha totalmente en tu vida. Su voluntad incluye tu salvación, tu santificación y tu seguridad bajo la gracia. No huyas de la voluntad de Dios. Haz su voluntad con todo tu corazón. El decir que la voluntad de Dios es aceptable es decir que agrada y satisface los deseos más profundos del Espíritu humano. Hablo por experiencia propia cuando digo que hay paz en mi espíritu cuando estoy haciendo la voluntad de Dios. Cuando ando fuera de su voluntad, hay discordia y tristeza en mi ser. Los tiempos más agradables en mi vida han sido aquellas veces cuando yo estaba seguro de que andaba en la voluntad de Dios. El decir que la voluntad de Dios es perfecta, es decir que no hay nada que le falta, está perfectamente adaptada para nuestras necesidades. Cumple su propósito de dar gloria al nombre de Dios y es lo mejor que podría suceder en nuestras vidas. Para concluir, vamos a repasar los cinco principios para vivir la vida de Cristo: Número 1, tener un espíritu de sacrificio. Número 2, identificarse con los necesitados. Número 3, entregarse por el bien de otros. Número 4, siempre mirar hacia adelante. Y número 5, desear hacer siempre la voluntad de Dios. Padre ayúdanos a aplicar estos cinco principios a nuestras vidas. Deseamos hacer tu voluntad, deseamos vivir como Jesús vivió trayendo honra y gloria a tu nombre. Ayúdanos a alcanzar esta meta para el bien de otros y para la gloria tuya, en el nombre de Jesús, Amén.
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