Escritura
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2:8 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:1-3 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan 1:14 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Hebreos 2:9 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Lucas 9:23
Estamos examinando el ministerio encarnado de nuestro Señor Cristo Jesús. El ejemplo de su ministerio lo encontramos en Filipenses 2 y hemos sacado algunos principios de los versículos que hemos estudiado en este capítulo. Esto es lo que hemos visto hasta el día de hoy: En primer lugar, no hay que ser ambicioso de ventaja personal; si no estar dispuesto a sacrificarse para así poder servir. En segundo lugar, estar dispuesto a abandonar nuestros privilegios personales y ser nada si es la voluntad de Dios para poder servir a otros en su nombre En tercer lugar, entregarnos totalmente por el bien de otros, según el versículo 8. Este último es el principio que vamos a observar en esta ocasión. En primer lugar, vamos a leer el texto, Filipenses 2:8: ¨Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente a la muerte y muerte de cruz¨. De esta manera, se identificó Cristo con las personas a quienes Él serviría, Él fue reconocido como un verdadero humano porque tomo en sí la condición de hombre. Podemos decir cuatro cosas en cuanto al ejemplo que Jesús nos dio, mientras que se entregó por el bien de otros. En primer lugar, Él llevaba una naturaleza humana, estando en la condición de hombre. En segundo lugar, tuvo una estación humana, se humilló a sí mismo, En tercer lugar, Él sufrió la enfermedad del pecado humano, haciéndose obediente hasta la muerte. En cuarto lugar, Él cargó la culpa humana, muerte de cruz. Vamos a estudiar estas cuatro cosas y ver lo que podemos aprender en cuanto a vivir la vida de Cristo. Debemos identificarnos con el que vamos a servir, ese es un principio cristiano de gran importancia. A veces lo cristianos dicen que son pecadores, salvo por la gracia. Eso no es completamente cierto, porque cuando uno recibe a Jesús, Él se convierte en un Santo de Dios, un heredero de Dios y coheredero con Cristo Jesús. Pero nosotros usamos esa expresión, para indicar el hecho de que no nos sentimos superiores al que no es creyente. En vista de que todo lo que hemos recibido ha sido por la gracia de Dios, no tenemos nada de qué jactarnos, a menos de que sea que nos jactemos del Señor quien nos salvó. Jesús fue la eterna palabra quien estuvo en la presencia personal de Dios y quien estuvo compartiendo en la comunión de Dios. Como un igual al Dios y al Espíritu Santo según Juan 1:1-3. Pero no podía quedarse ahí y redimir al hombre al mismo tiempo, por eso es que el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros según Juan 1:14. Él tomó la naturaleza de carne y sangre, porque esa era la naturaleza nuestra, Él se identificó con las personas a quienes iba a servir. Jesús dijo que el siervo no era más grande que su Señor, si Jesús se identificó con nosotros para servirnos, nosotros deberíamos identificarnos con otras personas, para servirles en el nombre de Jesús y para el beneficio espiritual de ellos. No consideres a ninguna persona como alguien a quien no se le puede servir en el nombre de Jesús. Cuando nuestro texto nos dice que Jesús se humilló a sí mismo, habla en términos fuertes, podríamos decir que Jesús se bajó a otro nivel, otra vez consideremos lo que abandonó Jesús para venir aquí a la tierra. Ningún sacrificio que tú o yo podríamos hacer, se puede comparar con el sacrificio que Él hizo por nosotros. ¿Te has fijado como las personas suelen mirar hacia abajo a las personas que no tienen la misma educación que ellos tienen, o el mismo estado económico que ellos tienen, o la misma posición social? El cristiano debe amar y servir a todos por igual, Jesús nos dio ese ejemplo. Me acuerdo haber leído del testimonio de la esposa de un misionero quien vivía con su marido en un país centroamericano, una mujer cuya mente estaba ya trastornada por tanto tomar licor, llegó a la iglesia en donde estaban haciendo un culto, ella recibió el mensaje de Dios, pasó adelante cuando fue la hora de la invitación. Había pasado mucho tiempo desde que alguien le había dicho a ella que le amaba. Ella estaba tan sucia de cuerpo como también de espíritu, su ropa estaba arrugada y sucia, andaba toda despeinada, la saliva corría de una esquina de su boca. Mientras que ella se acercaba a la esposa del misionero, se dio cuenta de su apariencia, se tocó su cabello, trató de ordenar su vestido y se quitó la saliva de su cara con la mano. Con su mano aún mojada por la saliva ella la estiró hacia la esposa de misionero y le preguntó: ¿me ama Dios a mí también?, tomando la mano sucia en la suya, la cristiana la vio a los ojos y le respondió, sí, Dios te ama a ti también. Hay que sufrir con los que sufren. Jesús padeció la muerte física para enseñarnos a sufrir con aquellos que sufren las consecuencias de pecado. Él vino al mundo con el propósito de sufrir la muerte, según Hebreos 2:9. Él nos dijo que deberíamos vivir por medio de ese principio, en Lucas 9:23: ¨Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo; tome su cruz cada día y sígame¨. ¿Es posible para nosotros curar a través de sufrir? Entrando con otro y sufriendo con él su dolor, nos abre la puerta para que podamos testificar de Cristo. Y por ese medio, pueden ellos encontrar al señor quien es la respuesta de todos sus problemas. Eso es lo que significa entregarte por el bienestar de otros. Ningún cristiano debe vivir pensando en sus propios intereses. Él debe vivir por el Señor quien lo amó y murió por sus pecados. Filipenses 2:5, dice: ¨Haya pues en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús¨. Carga en ti la culpa de aquellos quienes han pecado. Jesús lo hizo. No solo fue a morir si no que murió crucificado, pero había mucho más involucrado que la muerte física de Jesús. 1 Pedro 2:24, dice: ¨Quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo, sobre el madero para que nosotros estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia y por cuya herida fuisteis sanados¨. Notemos la declaración que nos enseña que Él llevó nuestros pecados en su cuerpo cuando Él fue a la cruz para morir. Ahí está nuestra esperanza de salvación. 1 Pedro 3:18, continúa: ¨Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos para llevarnos a Dios¨. Fueron nuestros pecados, los que Él llevaba, los llevó con el propósito de hacernos aceptos delante de Dios, fue un asombroso acto de amor y gracia. No me maravillo de que el apóstol Juan haya escrito lo siguiente, en 1 Juan 4:11: ¨Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros¨. Ese es el fundamento de todo servicio cristiano. ¿Cuál es el principio de ese texto? Debes entregarte por el bien de otros. Jesús dijo que el que gradara su vida para sí mismo, si invertirlo en el interés de otros, perdería su vida. Estás viviendo tu vida en el servicio de Dios, por medio de servir a otros en el nombre de Él, eso es vivir cristianamente. Eso es vivir la vida de Cristo. Padre, gracias te damos por lo que hizo Cristo cuando se entregó para rescatar nuestras almas del infierno. Te pedimos que nos ayudes a entregar nuestras vidas, para el bienestar de otros y que no seamos egoístas, en el nombre de Jesús te lo rogamos. Amén.
Otros archivos en esta serie
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)