(Centro De Vida)
Escritura
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
En nuestro día a día, todos enfrentamos momentos de oscuridad y confusión. A veces, el camino que debemos seguir no está claro y necesitamos orientación. En medio de estas circunstancias, Jesús nos ofrece una promesa maravillosa: Él es la luz que puede iluminar nuestras vidas y guiarnos hacia la verdad. Juan 8:12 dice: Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Esta afirmación ocurre durante la Fiesta de los Tabernáculos en Jerusalén, una celebración que incluía la iluminación de lámparas en el templo, simbolizando la columna de fuego que guio a Israel en el desierto. Al proclamar ser la luz del mundo en este contexto, Jesús establece una conexión profunda con la historia y las tradiciones judías, revelando su identidad divina. Jesús utiliza la metáfora de la luz para describir su papel en el mundo. No dice ser una luz entre muchas, sino la luz del mundo. Promete que quienes le siguen no caminarán en tinieblas, sino que tendrán la luz de la vida. Esta declaración implica exclusividad y totalidad en su capacidad para guiar y dar vida. La luz es un símbolo de verdad, pureza y revelación divina. Al afirmar que es la luz del mundo, Jesús se presenta como la fuente de verdad y salvación para toda la humanidad. Seguir a Jesús significa abandonar la oscuridad del pecado y la ignorancia espiritual. Es una invitación a vivir en su verdad, permitiendo que su enseñanza ilumine cada área de nuestras vidas. En nuestra vida diaria, enfrentamos decisiones y situaciones que pueden llevarnos a la incertidumbre. Necesitamos la luz de Jesús para navegar por los desafíos y tentaciones que se presentan. Siguiendo sus enseñanzas y manteniendo una relación cercana con Él, podemos vivir con propósito y dirección. Esto implica Estudio Bíblico y Oración. Implica buscar activamente como aplicar sus principios en nuestras acciones diarias. Jesús nos ofrece una promesa y una invitación: Él es la luz que necesitamos para no caminar en tinieblas. Al aceptarlo y seguirlo, recibimos no solo guía, sino también la "luz de la vida" que trae esperanza gozo y paz. Que hoy tu puedas decidir caminar en su luz y reflejarla en un mundo que tanto lo necesita.
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