(Centro De Vida)
Escritura
Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel. 20 Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo. 21 Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra. 1 Reyes 18:19-21 Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta de Jehová; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres. 1 Reyes 18:22
En nuestro último estudio vimos la condición de la nación de Israel, escrito en 1 Reyes capítulo 18. Sin duda, Israel se enfrentaba a un momento de problemas a oscuras, había problemas físicos, corrupción política y una decadencia moral, es en esos momentos cuando Elías, el profeta de Dios se levanta para retar a Acab, rey de Israel. Escuchemos su reto en 1 Reyes 18:19-21 “Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel. Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo. Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra”. Ese silencio de la multitud me enferma, es la multitud del buen Dios buen diablo, mitad y mitad. Claro que queremos un avivamiento hermano pastor, y nosotros íbamos a llegar a los servicios, pero mis hijos tenían que ir a un partido de fútbol. Tú entiendes hermano pastor, tienes que entender. ¿Saben qué? La Biblia me enseña a mí que el que no cuida de su familia es peor que un incrédulo, piensa en eso y esta era la clase de personas a quienes se enfrentaba Elías. Vamos a considerar el reto del profeta de Dios, Elías se para frente al Rey y le dice “Rey, hágame un favor. Quiero que envíes por todo el pueblo de Israel, nosotros tenemos que ver cuál es el verdadero Dios aquí”. Usemos nuestra imaginación para pintar un cuadro de la escena. Todo Israel se encuentra sobre el monte Carmelo, los profetas de Baal están sentados en la sección reservada para ellos, entran los soldados y con son de trompetas anuncian la entrada del rey Acab, hojas de palmas son lanzadas a los pies a los que cargan el trono del rey, llegan a un lugar de prominencia y ponen al rey entre los gritos de “¡Viva el Rey!”. Acab ha llegado al monte Carmelo, pero un momento, ¿qué es esto? Se acerca a la multitud un individuo solitario, ha llegado a solas al monte Carmelo, es Elías. La Biblia nos enseña que había otros que decían ser fiel a Jehová, pero ¿dónde estaban? La Biblia no nos dice dónde estaban, pero sí sabemos que no estaban con Elías y hay hermanos en la fe que dicen al siervo del Señor “Nosotros estamos tras ti, aquí te respaldamos”, pero lo que pasa es que están tan a las espaldas de uno que nadie sabe que están, la verdad es que en esos momentos nadie estaba apoyando a Elías. Yo le pido a Dios que levante entre nosotros a predicadores que predicarán la Palabra de Dios sin reservas, pido que se paren firmes en el pulpito con el amor de Cristo en sus corazones para declarar que hay un Dios en los cielos que representan más que toda la inteligencia combinada de los hombres de nuestro tiempo, Elías sale y dice al rey “Tengamos una competencia” y el rey acepta el reto. Elías con voz fuerte dice al pueblo “¿Por cuánto tiempo van a tener un doble pensamiento entre ustedes? Si Dios es Dios entonces sírvanle, pero si Baal es dios entonces vamos a servirle a él”. Después de esto Elías les relata las reglas de la competencia. Notemos el contraste que Elías les da en el versículo 22 “Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta de Jehová; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres”. En otras palabras, Elías les está diciendo “Yo soy el único representante de Dios aquí. Ellos tienen cuatrocientos cincuenta, esta competencia no es justa, pero a mí no me importa yo estoy dispuesto a enfrentarme a ellos”. Leamos ahora los versículos 23 y 24 “Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, pero no pongan fuego debajo; y yo prepararé el otro buey, y lo pondré sobre leña, y ningún fuego pondré debajo. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ese sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho”. Anteriormente la multitud no había dicho nada, pero ahora dicen “Bien dicho”. Elías les ha dado el reto, él les ha dicho “Pongan allá su buey y oren a Dios, si el Dios de ustedes manda fuego y consume el sacrificio entonces adoraremos al Dios de ustedes”. La razón por la cual dijeron “Bien dicho” es porque ellos adoraban al Dios Baal, el Dios de los relámpagos y fuego. Seguramente Baal podría consumir el sacrificio, entonces dijeron “Esto será fácil, claro que aceptamos el reto”. Elías responde diciéndoles “Pero acuérdense de esto, ustedes no pueden poner debajo del sacrificio su propio fuego, ustedes tendrán que dejar Baal haga eso. No quiero que intenten hacer las cosas para su Dios, si va a haber fuego sobre el monte Carmelo hoy tendrá que caer del cielo y únicamente de ahí tiene que ser fuego de lo alto”. Elías hizo énfasis en esto porque el mundo ya había visto el fuego de Elías, así como el mundo puede ver lo que mi fuego o el fuego de cualquier otra persona pueda hacer. Lo que nosotros podemos hacer tiene explicación, pero si fuego caía del cielo, la única explicación sería que hay un Dios. Muchas veces nosotros andamos encendiendo nuestros propios fuegos. Había un señor a quien se le murió su esposa, él la amaba tanto, en su tumba hizo escribir las palabras “El fuego de mi vida se ha apagado”. Años después se conoció con una dama y se casó con ella, por algún motivo ella quería ver la tumba de su esposa anterior, el señor acordándose de lo escrito en la tumba no la quería llevar, su nueva esposa era muy sensitiva y él no la quería dañar, no quería que ella viera las palabras “El fuego de mi vida se ha apagado”. Aconteció que un día ella insistió en que fueran, rápidamente el señor llamó al cementerio y expresó su deseo de que quitaran lo que decía de la tumba, no importaba cómo ni le importaba cuánto le iba a costar. El encargado del cementerio le dijo “No se preocupe, yo me encargo de ello”. Al llegar la pareja a la tumba vieron la nueva inscripción que decía “El fuego de mi vida se ha apagado, pero he encontrado una nueva llama”. Elías se está parando firmemente ante toda la nación de Israel y está retando a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal a que oren y que su Dios envíe fuego de lo alto. Si de veras Baal era un dios de relámpagos y fuego, entonces seguramente haría encender el sacrificio, entonces ellos no tendrían que meter la mano para darle una ayuda. Elías dijo “Yo tampoco pondré fuego bajo mi sacrificio y confiaré en Dios, y Él enviará fuego de lo alto para consumir el sacrificio”. Israel necesitaba renovar su fe, y entrega al Dios a quienes antes servían, al Dios verdadero y sin igual, el único Dios que podría hacer lo inexplicable. El reto de Elías era un llamado a arrepentimiento. Con fuerza les dijo “¿Por cuánto tiempo tendréis dos opiniones? Sirvan a Jehová, el Dios verdadero”. El llamado al arrepentimiento era el individuo como también a toda la nación, el arrepentimiento es un tema constante a través de toda la Biblia. Espero que todos hemos decidido a quién vamos a seguir, todo lo de nuestra vida, nuestros planes, nuestros valores, nuestra ética y acciones reflejan si somos seguidores de Jesucristo o no. Vamos a orar. Padre, yo deseo siempre pararme firmemente al lado de Jesucristo. Él es mi Señor, mi Salvador, mi único propósito de vida. Perdóname por las muchas veces que te he fracasado y dame fuerzas para seguir adelante. Padre, te pido que des fuerzas a todos mis hermanos, para que el mundo pueda saber que tú eres Dios, por ver el cambio que has hecho en nuestras vidas, esto te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
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