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Por Que Voy A La Iglesia
Por Las Bendiciones De La Alabanza
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Ago 06, 2021
Jul 30, 2021
Duración:
00:14:30 Minutes
Vistas:
12

Escritura

Salmos 122; Isaías 2:3; Zacarías 8:21 y 22; Salmos 100; Salmos 122:5; 1 Corintios 14:24 y 25; 1 Pedro 4:17; Salmos 122:6-9; 1 Timoteo 2:1-3

Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos. 2 Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, oh Jerusalén. 3 Jerusalén, que se ha edificado como una ciudad que está bien unida entre sí. 4 Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH, conforme al testimonio dado a Israel, para alabar el nombre de Jehová. 5 Porque allá están las sillas del juicio, los tronos de la casa de David. 6 Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman. 7 Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios. 8 Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: La paz sea contigo. 9 Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios buscaré tu bien. Salmos 122 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Isaías 2:3 y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré. 22 Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová. Zacarías 8:21 y 22

Adorar significa reverenciar con sumo honor y respeto a un ser; rendir culto a Dios. En la Biblia, el término significa mostrar conocimiento directo de Dios, de su naturaleza, sus atributos, su manera de hacer las cosas, por medio de alabanza del corazón o por algún acto en reconocimiento; es la manera como el hombre corresponde a Dios, su creador. La adoración es la actividad primordial del pueblo de Dios. Al reunirse en sus asambleas públicas en el Nuevo Testamento, el estudio de la Biblia, la oración, el cantar, dar ofrenda, predicar y cualquier otra actividad, son expresiones de adoración a Dios. Jerusalén fue el centro de la adoración de los de la fe judaica. Tres veces al año, todos los hombres de la nación tenían la responsabilidad de asistir a las ceremonias del templo en Jerusalén. La gente qué vivía cerca del templo asistían diariamente a las horas de oración. Había ciertos Salmos que eran cantados al subir los peregrinos a la casa de Dios para adorarle. El Salmos 122 es uno de esos Salmos; dice: “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos. Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, oh Jerusalén. Jerusalén, qué se ha edificado como una ciudad que está bien unida entre sí. Y allá subieron las tribus, las tribus de JHA, conforme al testimonio dado a Israel, para alabar el nombre de Jehová. Porque allá están las sillas del juicio, los Tronos de la casa de David. Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman. Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios. Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: La paz sea contigo. Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios buscaré tu bien”. Este precioso Salmos da otras razones por las cuales el cristiano debiera reunirse regularmente con otros hermanos para adorar al Señor. También nos muestra por qué nosotros debiéramos animar a otros en compartir las bendiciones de la adoración.   La bendición del compañerismo cristiano está en la adoración. Nuestro texto dice: “Yo me alegré con los que me decían, a la casa de Jehová iremos”. Observamos a un grupo de personas que van camino a la adoración a Jehová. Al encontrarse con amigos en el camino, les invitan a ir con ellos a adorar a Dios. ¿Por qué harían esto? Me imagino que es porque habían hallado bendición en ir a la casa de Dios y quería impartir esa bendición con otras personas. Isaías 2:3 dice: “Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Dios”. Según Zacarías 8:21 y 22, los ciudadanos dirían los unos a los otros, “Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos, y a implorar el favor de Jehová”.   Tal vez tu primera visita a una iglesia será inconfortable; mayormente si no conoces a nadie. Pero si conoces al Señor, puedes adorarle y pronto tendrás el compañerismo de los hermanos. Debemos ser fieles y no perder la bendición del compañerismo que viene por la adoración a Dios. Hay una oportunidad de unirse con otros en dar gracias dentro de la adoración pública a Dios. Esa es una parte muy esencial a la adoración. El Salmos 100 nos describe una experiencia expresiva de la adoración: “Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones”. No es malo escuchar los testimonios privados y públicos del pueblo de Dios. Podemos escuchar y saber por qué alaban a Dios. Aun cuando nuestra propia situación no sea perfecta, podemos ser animados por la alabanza de otros. Además de eso, podemos aprender lo que significa alabar a Dios en todo, no importa cuál sea nuestra situación. El dar gracias a Dios será magnificado mientras que otros escuchan las bendiciones que Él nos ha dado.   Hay una obra de juicio divino en la adoración pública a Dios. El Salmos 122:5 nos dice que, “allá están las sillas del juicio”. Muchos de nosotros hemos experimentado ese misterio del Espíritu Santo en los servicios de la iglesia. Cuando la Palabra de Dios es compartida con otros, nosotros podemos ver dónde no hemos estado viviendo de acuerdo a lo que la palabra nos enseña. Podemos confesar quietamente a Dios nuestro error y pedirle fuerzas para comenzar a vivir de acuerdo a esa enseñanza. Cuando hay un inconverso o un incrédulo en el templo y la palabra de Dios es presentada, esta persona se convence porque lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros, según 1 Corintios 14:24 y 25. A veces estás verdades nos animarán y otras veces nos afligirán y nos humillarán pero siempre serán para nuestro beneficio espiritual, si es que las recibimos y las aplicamos a nuestras vidas. No es el predicador el que juzga por la palabra, es Dios mismo. Muchas veces las personas no quieren ir a la iglesia porque sienten la convicción del pecado, debido a la verdad que se predica ahí. 1 Pedro 4:17 nos dice: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquéllos que no obedecen al Evangelio de Dios?”.   Existe también el privilegio de la oración corporativa en la adoración pública a Dios. Acordémonos de que Jesús había dicho que la casa de su Padre sería casa de oración entre todas las naciones. Por lo consiguiente, la oración ha de ser de gran importancia en la adoración. Salmos 122:6-9 nos menciona particularmente la oración de parte de nuestra propia nación: “Pedid por la paz de Jerusalén”. El orar por la paz de Jerusalén era pedir las bendiciones de Dios sobre la nación de Israel. La Biblia nos enseña a orar por la seguridad y bienestar de nuestra nación, de igual manera en que los judíos pedían la paz de su nación. 1 Timoteo 2:1-3 nos dice: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador”. Dios no se impresiona tanto con el número de personas quienes oran, sino con la fe de aquellos quienes oran. Nosotros necesitamos la ayuda de otros creyentes para que nuestras vidas de oración sean rigurosas, y nuestras oraciones sean sin egoísmo, y nuestra fe sea fortalecida.   Bueno, hemos llegado al final de otra serie de estudios sobre el por qué yo asisto a la iglesia. Espero que Dios haya hablado a tu corazón y espero que buscarás una iglesia que enseña y practica la verdad. Vamos a orar: Padre, Tú nos has enseñado que es tu voluntad que asistamos a una iglesia verdadera. Señor, hay tantas Iglesias hoy día que realmente no tienen la verdad, no estudian la verdad, no enseñan la verdad y no practican la verdad. Padre, ayúdanos. Te pido que guíes a mis amigos a conseguir un lugar donde puedan reunirse con hermanos y hermanas en la fe, para desarrollar un crecimiento espiritual. Padre, pónganos en el lugar donde Tú quieres que te sirvamos. Porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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