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Escucha: Dios Habla
Dios Habla La Misma Palabra
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on May 14, 2021
May 07, 2021
Duración:
00:14:30 Minutes
Vistas:
66

Escritura

Hebreos 12:25; Apocalipsis 22:18 y 19; Isaías 8:20; Hebreos 2:1-4.

Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. Hebreos 12:25 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. Apocalipsis 22:18 y 19 ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. Isaías 8:20

La Biblia es un libro maravilloso, escrito por muchos hombres sobre un período de 15.000 años, compuesto de 66 libros diferentes y sin embargo tiene el mismo mensaje, un solo mensaje. Hay una tremenda unidad en su revelación, el mensaje del preso está de acuerdo al del libre, el mensaje entregado en visión está de acuerdo al que es creado por las fuerzas de la naturaleza, el mensaje entregado en voz humana es el mismo que el entregado por lo no dicho. Sí, la Biblia es un libro maravilloso.   Pero lo asombroso de la unidad en revelación de la Biblia, es aumentado cuando realizamos que toda la revelación de Dios, está de perfecto acuerdo. Dios nos ha hablado por la naturaleza sin decir palabras, Él nos ha hablado a través de los hombres por medio de palabras, Él nos ha hablado en la Biblia por medio de palabras escritas, Él nos ha hablado por medio de Cristo Jesús, el verbo y la palabra viva. Pero el mensaje siempre es el mismo, existe una verdad asombrosa en la revelación de la Biblia.   Me alegro de que estén otra vez conmigo hoy, para que estudiemos acerca de esta unidad que se encuentra en las páginas de las Sagradas Escrituras, ¿Cuál es la explicación de esta unidad? Es simple, el mensaje es el mismo porque Dios es el mismo. El método de comunicación es variable, pero el que da el mensaje y el contenido del mensaje, nunca cambia. Pensémoslo de esta manera, supongamos que vamos a enviar un mensaje a un amigo, en una lejana ciudad, por medio de una persona que va a ir de nuestra ciudad a la de él. Después le enviamos una carta a nuestro amigo, y aún más tarde llamamos a nuestro amigo por teléfono, para discutir referente al mismo asunto, ¿Tendríamos tres mensajes distintos sólo porque hubo 3 distintos métodos de comunicación? Claro que no, el mensaje sería el mismo porque nosotros, quienes enviamos el mensaje, seriamos los mismos.   Dios dijo por medio de su profeta Malaquías, “Yo, Jehová, no cambio”. En vista de que Él no cambia, su mensaje tampoco cambiará. ¿Qué importa si el mensaje de Dios nos viene por medio de la naturaleza, por el idioma de hombres, en la persona de Cristo Jesús, o por la iluminación del Espíritu Santo? La revelación es la misma porque el dador del mensaje es el mismo, Él no cambia, entonces la verdad que Él nos revela, tampoco va a cambiar. Eso significa que existe un acuerdo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Algunas personas creen que el Antiguo Testamento ya no tiene nada que ofrecernos porque somos cristianos neo testamentarios, y eso no es cierto; el mensaje del Antiguo Testamento es el mismo que el del Nuevo Testamento, no existe diferencia entre ellos. Nosotros pensamos en el Nuevo Testamento, como parte de la Biblia que nos habla más de Jesús y eso es cierto, y sin embargo Jesús hablaba del Antiguo Testamento cuando Él dijo, “Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí”. Como podemos ver, el Antiguo Testamento también nos habla de nuestro Señor. Eso no es para negar que ha habido una revelación progresiva de Dios, Él es visto más claramente por medio de las palabras de los profetas que por la naturaleza, Él es visto más claramente en el Nuevo Testamento que en el Antiguo. Pero el contenido de la revelación, es esencialmente lo mismo. El elemento progresivo de revelación, nos hace ver aún más, lo asombroso que existe en la unidad de su revelación. Dios ha hablado de muchas maneras para revelarse a sí mismo al hombre, Él se ha comunicado en formas espectaculares, como cuando bajo para encontrarse con Moisés en el monte de Sinaí. Pero en otros tiempos, Dios se ha comunicado de una forma quieta y simple. El profeta Elías vio un terremoto, fuego y escuchó una tormenta, pero dijo que Dios no estaba en esas cosas. Después Dios habló a Elías en una pequeña y quieta voz.   Algunas personas piensan que Dios no ha hablado, a menos de que se muestre en grandes manifestaciones de poder. Por eso es que hoy, tantas personas hacen énfasis en visiones, sueños, apariciones angelicales y otros fenómenos. ¡Qué terrible tragedia el de imitar a Dios de esa manera! El mensaje de Dios es el mensaje de Dios, sea entregado de forma espectacular o sea entregado de una manera silenciosa. Dios puede comunicarse de alguna forma extraordinaria, pero no siempre lo hace. Esa pequeña y silenciosa voz, es el medio por el cual, Dios se comunica más hoy día. Puede haber un llamado en tu corazón, que nadie más que tú, sabe que existe, pero sí existe.   ¿Por qué se revela Dios a nosotros? Él nos habla para que podamos escuchar, saber y corresponder a lo que nos dice. Él desea lo mejor para nosotros y lo mejor para nosotros es conocer y hacer su voluntad. El joven Samuel manifestó la actitud apropiada, cuando recibió una llamada de parte del Señor, él dijo, “habla Señor, que tu siervo oye”. El escuchar, lleva en sí la responsabilidad de responder. La Biblia nos amonesta lo siguiente en Hebreos 12:25, “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháramos al que amonesta desde los cielos”. Debemos hacer caso a esta amonestación, si deseamos que nos vaya bien en nuestra alma. Tenemos el gran privilegio de vivir en esta dispensación. La revelación ha sido completada, es tan completa, que Dios ha declarado el siguiente juicio para cualquier persona que intentare añadir o quitar de ella. Apocalipsis 22:18 y 19 nos dice, “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro.: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”. Después encontramos en Isaías 8:20 estas palabras, “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. Esto significa que la revelación completa de Dios está en la Biblia.   Por eso es que la Biblia es la vara de medir nuestra conducta, y la balanza en que nuestra doctrina debe ser pesada. Hebreos 2:1-4 nos dice, “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda trasgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando a Dios conjuntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad”. Dios se ha revelado a sí mismo, y también a su voluntad divina. Él ha hecho esa revelación a cada uno de nosotros, nosotros somos responsables de la forma en que reaccionamos a esa revelación. El rechazar su mensaje, traería juicio eterno sobre nosotros; el aceptar su mensaje, es tener gozo eterno y luz, ¿Cuál escogerás tú? Te pido que escojas el que agradará a Dios, vamos a orar. Padre Celestial, en estos momentos mis amigos van a tomar una decisión, o van a recibir el mensaje que tú les das, o lo van a rechazar. Te pido que les ayudes a comprender y que ellos puedan decidir correctamente. En el nombre de Cristo te lo suplico, Amén.

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