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Vida Nueva
Lección Ocho: El Hijo Prodigo
Pastor - Paul Tinoco
(Centro De Vida)
Duración: 00:22:42 Minutes
Listens:
31
Aired on Abr 26, 2020

Escritura

Lucas 15:11-24

También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

Lo que sea que hayas hecho, y en lo que sea que te hayas convertido, no importa. Por favor, regresa a casa. Hoy continuaremos con la serie “Vida Nueva” y el mensaje de este estudio se titula “El hijo prodigo” con ustedes su amigo y pastor Paúl Tinoco. María y su hija cristina vivían en un barrio pobre en las afueras de un pueblo del Brasil. El esposo de María falleció cuando Cristina era niña de brazos y su madre nunca volvió a casarse. Pasaron tiempos difíciles, pero al fin Cristina llegó a la edad suficiente como para conseguir un trabajo y ayudar. Cristina a menudo hablaba acerca de ir a la ciudad. Soñaba en cambiar el polvo de su barrio por las avenidas y las aventuras de la vida en la ciudad. El solo pensar en eso horrorizaba a su madre, que sabía exactamente lo que Cristina iba a tener que hacer para poder ganarse la vida. Por eso se le partía el corazón. Por eso fue que no lo pudo creer cuando se despertó una mañana y encontró la cama de su hija vacía. Sabiendo hacia donde se dirigía su hija, rápidamente echó algo de ropa en un bulto, recogió todo el dinero que tenía y salió de la casa corriendo. De camino a la estación del autobús entró a una farmacia para hacer una última cosa. Fotografías. Se sentó en la caseta, cerró la cortina, y se pasó todo el tiempo que pudo tomándose fotos de sí misma. Con su cartera llena de pequeñas fotos en blanco y negro, abordó el próximo autobús a Río de Janeiro. María sabía que Cristina no tenía ninguna forma de ganar dinero. También sabía que su hija era demasiado testaruda para darse por vencida. Cuando el orgullo se encuentra con el hambre,  el ser humano hace cosas que antes hubiera considerado inimaginable. Sabiendo esto, María comenzó su búsqueda. Cantinas, hoteles, discotecas, cualquier lugar que tuviese la reputación de prostitutas o mujeres de la calle. Fue a todos ellos; y en cada lugar María dejaba su foto; pegada al espejo de los servicios higiénicos, en la cartelera, o en la caseta del teléfono público. Detrás de cada fotografía escribía una nota. Con el tiempo se le acabaron las fotos y el dinero, y María se fue a casa. Unas semanas más tarde, la joven Cristina descendía por las escaleras de un hotel. Su joven rostro estaba cansado. Sus sueños se habían convertido en una pesadilla. Pero al llegar al fondo de las escaleras, sus ojos notaron un rostro familiar. Miró de nuevo y ahí sobre el espejo de la entrada estaba una pequeña foto de su madre. Los ojos le ardieron y sintió que su garganta se le cerraba mientras atravesaba el cuarto y se dirigía hacia la foto. Escrita en el reverso estaba una invitación: “Lo que sea que hayas hecho, y en lo que sea que te hayas convertido, no importa. Por favor, regresa a casa.” Y regresó. Así como Cristina hubo un joven en la Biblia que paso por la misma experiencia Hoy estudiaremos la primera parte de una historia fascinante, una parábola contada por los labios de nuestro Señor Jesucristo. Cierto día mientras Jesús predicaba se acercaron a él los cobradores de impuestos y los pecadores para oírle, estos eran considerados la escoria de la sociedad, personas de segunda categoría, la gente más vil y despreciaba por el pueblo. Al ver esto los escribas y fariseos quienes se considerados a sí mismos como personas justas, religiosas y decentes   comenzaron a enojarse y a criticar a Jesús diciendo  “este hombre es amigo de los pecadores e incluso se atreve a comer con ellos” Al oír esto Jesús les conto la siguiente historia. les invito a abrir la Palabra de Dios en el libro de Lucas capítulo 15:11-24. Ella comienza diciendo “un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos dijo a su Padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.” El texto comienza por el segundo hijo, el hijo menor, un joven rebelde que estaba cansado de su familia y deseaba estar solo para satisfacer sus propios deseos egoístas, y para ello pide a su padre que le dé la parte de la herencia que le corresponde. (al hijo menor le correspondía un tercio de la herencia, ya que al hijo mayor por ser el primogénito le correspondía el doble). Esta era una petición descarada e irrespetuosa y expresaba la falta de amor y gratitud hacia aquel que le habían dado todo. Que un hijo hiciera esa petición mientras su padre todavía estaba vivo equivalía a decir “me gustaría que estés muerto” “no quiero tu autoridad en mi vida” “deme mi dinero y me iré lo más lejos posible”. ¿Cómo tenía que actuar el padre ante esto? Lo normal era que, si cualquier joven judío hacia esta petición tendría que ser avergonzado en público por su padre, abofeteado por su insolencia, desheredado, despedido de la familia y considerado muerto. Sin embargo, vemos algo sorprendente. el padre concedió la petición del joven y repartió los bienes entre sus hijos. Seguido a esto dice el texto “No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.” Al recibir la herencia de su padre que básicamente consistían en tierras, casas y animales, lo cambio todo por dinero en efectivo ¿Cómo lo hizo tan rápido? Muy probablemente remato todo lo que tenía al primer postor que se presentó, luego con tal de no ser visto por su familia se fue a una provincia apartada, un pueblo gentil en el que vivió perdidamente, gastando su dinero en fiestas y prostitutas. Esta es la razón por la cual se le llama prodigo que literalmente significa un hombre que despilfarra y gasta sus bienes sin cuidado. Waoo no solo desprecio a su padre, también desprecio su herencia y desprecio a su amada nación. “Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.” Tan pronto se acabó el dinero, los supuestos amigos se acabaron y para colmo de males cuando no tenía nada vino una terrible hambruna en aquella nación. ¿Qué hizo entonces?  “fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.” Recuerden que el joven era un extraño en tierra extranjera sin tener a donde ir y sin tener a nadie a quien pedir ayuda. Se convirtió en un mendigo y al ver que nadie le ayudaba fue y se aferró fuertemente a la pierna de alguien hasta no soltarlo, sin embargo, con el fin de deshacerse de este extraño el hombre al cual se aferró lo envió a cuidar cerdos sin la mínima intención de pagarle por ello. Para un judío apacentar cerdos en una tierra gentil era una de las ocupaciones más degradantes que se podía imaginar, sin embargo, ¿qué más le quedaba? Y cuando   viene el hambre la vergüenza se acaba y el pobre joven se vio obligado a pelearse por las algarrobas que comían los cerdos. Cuando creímos que todo estaba perdido, paso algo en la vida de este joven. Dice el texto “Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!” Mientras se encontraba en la más terrible situación, en el foso más profundo en el cual un hombre puede caer, el joven volvió en sí, es como si su mente hubiera estado inundada en la más profunda oscuridad, pero de pronto una pequeña luz, el recuerdo de su bondadoso padre lleno de esperanza su ser. Entonces el joven hizo una evaluación verdadera de su condición y este fue el inicio de su arrepentimiento. Vino a su mente la bondad que tenía su padre con sus jornaleros, los jornaleros mayormente eran gente pobre que vivían de trabajos ocasionales y con un salario  mínimo,  sin  embargo,  los  jornaleros  de  su  padre  eran  bendecidos  y tenían abundancia de pan. Se dijo ¿Si mi Padre muestra compasión y misericordia a hombres desconocidos, tal vez tenga misericordia de mí? Luego dijo “me levantare e iré a mi padre”. Estaba en el suelo de la desesperación y el pecado, sin embargo, tomó la decisión de levantarse e ir donde su padre.  Sin embargo, ante de ir ensayo una breve confesión que decía: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.” sus pecados eran tan grandes que llegaban hasta el cielo y tan horrendos que habían lastimado el corazón de su padre. Seguido a esto dijo “Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.” Ante semejante pecado y vergüenza lo mucho que esperaba el joven de parte de su padre es que este lo tomara como un trabajador más. Entonces con el plan listo para ponerlo en marcha fue donde su padre. Dice el texto “Y levantándose, vino a su padre.” En la cultura judía si un hijo había ofendido de esa forma a su padre, el padre a fin de conservar su honor inicialmente se negaría a verlo, luego lo llevaría fuera de la puerta de su casa en vergüenza y desgracia, luego cuando por fin le concediera una audiencia a su hijo, sería una recepción fría, informándole los trabajos que tendría que hacer hasta la restitución completa de todo lo que había gastado, después de esto quizá podría dársele el derecho de regresar a casa pero ya no como hijo sino como un jornalero más. Así se hacían las cosas en ese tiempo, eso era lo que se esperaba que todo padre hiciera. Sin embargo, algo impresionante paso ese día “cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.”   Waooo ¿Cómo pudo haberlo visto de lejos el padre? La única respuesta es que lo vio porque estaba buscando a su hijo. Seguido a esto corrió a él, no espero que su hijo entrase al poblado y sea el hazmerreír de la gente, sino que corrió hacia él.  En la cultura judía un hombre de prestigio no corría ya que al hacerlo se le levantaba la túnica y se le veían las piernas, esto era algo vergonzoso, sin embargo, el padre tomo la vergüenza sobre si con el fin de evitar que la vergüenza cayera sobre su hijo. Luego sin importarle la suciedad y la inmundicia de su hijo se echó sobre su cuello y le beso.  Waooo que impresionante.   Entonces el hijo comenzó a decir el discurso que había planeado, cuando su padre ni siquiera lo dejo terminar. Es que no había nada que discutir. él ya había sido perdonado únicamente por la misericordia y la gracia de su Padre.   Después de esto dijo el padre a sus siervos “Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.” El mejor vestido era solo reservado para los patriarcas y se utilizaba solamente en ocasiones especiales, era un símbolo de dignidad, el anillo por su parte era la joya del padre, tenía el escudo familiar y se utilizaba para estampar el sello de cera en documentos importantes. Al darle el anillo el padre le dio con ella autoridad completa y por último los calzados representan la relación padre-hijo, recuerden que en esos días lo que diferenciaba a un hijo de un esclavo eran los calzados, los esclavos normalmente andaban descalzos. Seguido a esto dijo “Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi  hijo  muerto  era,  y ha  revivido;  se  había  perdido,  y es  hallado.  Y comenzaron a regocijarse.” Feliz porque su hijo regreso nuevamente a casa el padre mando  a matar el becerro más gordo, este era reservado  solo  para acontecimientos importantes como el matrimonio de un hijo o la visita de alguien importante, con ella se podía alimentar a 200 personas, así el padre quería celebrar a lo grande y para ello invito a toda la aldea. ¿Cuál es el significado de esta parábola? El padre representa a Dios y el joven representa a los pecadores, las prostitutas, los ladrones, los cobradores de impuestos y todos aquellos quienes han caído en lo más bajo de la sociedad. Al estudiar esta historia, creo que me he visto en el espejo. ¿Qué de ti querido amigo? ¿te sientes identificado también? Pues si no, deberías de hacerlo porque este joven no es más que un reflejo perfecto de nuestra situación sin Dios. Dios nos creó para su gloria y honra, para tener una relación de amor con él sin embargo en un momento de rebeldía despreciamos su amor, le faltamos el respeto, rechazamos su voluntad. y le dijimos “te quiero lejos de mi vida” “desearía que no existieras”. Tomamos los regalos que él nos dio y los despilfarramos en una vida licenciosa, una vida de satisfacción personal, una vida desenfrenada y contaminada por el pecado y como resultado solo cosechamos lo que sembramos: una vida vacía, miserable y sin sentido, una vida en pobreza y bancarrota espiritual, una vida condenada al infierno y al tormento eterno. Esta es la realidad de todo hombre sin Dios en la tierra, sin embargo, a pesar de todo ello todavía hay esperanza, así como el hijo pródigo todavía podemos volver en sí, reconocer que hemos pecado, arrepentirnos y volver a nuestro amado Padre. Ten la seguridad que, si lo haces, los brazos del padre estarán ahí esperándote, no importa cuán alto llegue tu pecado, ni todas las barbaridades que hayas cometido en la vida,  el amor de Dios sobrepasa tus pecados. Ese Dios amoroso dejo su gloria, se humillo a sí mismo, corrió por las calles polvorientas de este mundo, y en una cruz llevo nuestra vergüenza y pecado sobre sí mismo, esto lo hizo por amor a ti y por amor a mí. Y ahora desde esa cruz ofrece salvación y vida eterna a todo aquel que viene a él con un corazón arrepentido y lleno de fe. Si vienes a él querido amigo ten la seguridad de que serás aceptado, reconciliado con Dios y gozaras de todos los privilegios y las bendiciones que tiene un hijo.   ¿Qué  estas esperando? Ven a él querido amigo, ven a él tal y como eres, que los brazos del padre te están esperando.

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