Escritura
Dios hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos.
Había un hombre que se llamaba Cornelio, este era un centurión de la compañía llamada la italiana, un varón piadoso y temeroso de Dios. Cierto día en visión vio a un ángel que le decía “Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. Éste posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas.” Entonces Cornelio obediente envío inmediatamente a dos criados suyos y a uno de sus soldados para traer consigo a Pedro. Estos llegaron a su casa y de pronto el Espíritu dijo a Pedro “Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.” Qué interesante es ver cómo Dios obra para la salvación de un hombre y de toda su familia. Cuantas veces se nos olvida esta gran verdad “la obra le pertenece al Señor” “él es el dueño de su iglesia” é la fundó, él la sustenta y él la preservará. Es interesante, pero a pesar de lo muy religioso y moral que era Cornelio había algo inmensamente grande que le faltaba. Cuantas personas actualmente hay en el mundo que creen que irán al cielo por la cantidad de buenas obras que han hecho en este mundo. Cuantos hay por ahí que, así como el Fariseo oran todos los días a Dios “Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.” Su confianza descansa en sus buenas obras, su confianza descansa en un saco roto y mientras esto pase nunca obtendrán la salvación de sus almas. Sin embargo, a pesar de ello vemos el amor y la misericordia de Dios en la vida de Cornelio, este es un vivo ejemplo de qué es Dios quien toma la iniciativa en la salvación de un hombre, él busca al perdido, él va tras la descarriada. En el infierno nunca abra nadie que diga fui a Cristo y él me rechazó. Sus brazos están Abiertos para todo el mundo. para el pecador más empedernido, así como para el pecador religioso e hipócrita. Una vez que Pedro llega a casa de Cornelio se da cuenta del obrar de Dios en la vida de los gentiles y de pronto comienza anunciando el evangelio de Dios a todos aquellos que estaban reunidos. El apóstol comienza diciendo “Dios envío mensaje a los hijos de Israel” Israel el pueblo escogido de Dios tuvo el privilegio de ser los primeros en recibir y oír el mensaje de salvación, sin embargo, por su duro corazón simplemente lo menospreciaron. Dicen las escrituras “a lo suyo vino y los suyos no le recibieron” esa agua viva que no la quisieron beber siguió corriendo y llegó a muchos de los gentiles, ejemplo de ello fue Cornelio y toda su familia, quienes al oír el evangelio no cerraron su corazón contra ella, sino que gustosamente la aceptaron, de pronto el Espíritu Santo vino sobre ellos y todos fueron bautizados. Aceptaron “el evangelio de la Paz por medio de Jesucristo”, el evangelio son las buenas noticias que Dios da al mundo, tiene el poder de dar paz al corazón. El hombre vive en constante guerra y enemistad con Dios a causa de su pecado, Dios detesta el pecado y tiene que castigar al pecador, sin embargo, Cristo fue el medio mediante el cual reconcilió al hombre con Dios, en la Cruz del calvario el cargo en su cuerpo con los pecados del mundo entero, él satisfizo las demandas de Dios. ahora toda persona que va a él en arrepentimiento y fe puede gozar de paz con Dios y el gozo de una nueva vida. ¿Pero cómo puede solo un hombre hacer todo esto? Es que ese hombre no es solo un hombre, él es también El Adonai, el Señor, el Dios del universo y de nuestras vidas. Él tiene todo el poder, él venció la muerte y resucitó al tercer Dios y desde esa tumba vacía proclama libertad y salvación a todo aquel que crea en él Que maravilloso Señor el que tenemos. Esta es la razón por la que humildemente debemos de rendir nuestras vidas a él cada día y servirle obedientemente cada día.
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