Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.

  El Apóstol Juan, así como los demás discípulos, fueron testigos presenciales de la vida y ministerio de Jesús; ellos vieron, oyeron y tocaron a Jesús. ellos caminaron con él, ellos comieron con él, ellos aprendieron de él, ellos bromearon con él, ellos se divirtieron con él, ellos conocieron a su familia, y seguramente más de una vez escucharon a María relatarles el nacimiento de su maestro. El relato de la vida de Jesús en las escrituras no es una fábula, ni un cuento de hadas, Jesús fue un hombre histórico y real, Jesús dividió la Historia del mundo en un Antes de Cristo y en un después de Cristo, si hoy estamos en el año 2018, es porque en El año cero ocurrió el evento más maravilloso de la Historia de la humanidad, el Nacimiento de nuestro salvador. Esta es la razón por la cual estos 12 hombres comunes y corrientes podían decir “nosotros hemos visto y testificamos acerca de Jesús” . ellos podían contar y testificar muchas cosas de su maestro, tal vez podrían contarnos como en medio de una tempestad terrible en el cual todos morían de miedo, él maestro se levanta y con su voz calma la tempestad; tal vez podrían testificar de como cierto día se acercó un hombre leproso y mientras todos huían de él, el maestro se acerca, lo toca y le dice “se limpio” y al instante el hombre fue sanado, tal vez podrían contarnos de como alimento a 5000 personas con solo 5 panes y dos pescaditos, podrían contarnos muchas cosas que él hizo, sin embargo ellos prefieren testificar del mayor de todos ellos. Dice el texto “testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del Mundo” esta es una declaración de gran profundidad, estas palabras resumen muy bien lo que es el evangelio, podríamos dividirlo en 3 partes: en primer lugar, el amor del padre al enviar a su hijo al mundo, creo que nunca entenderemos bien este texto hasta el día en el cual seamos padres. Uno de los días más maravillosos en mi vida fue cuando vi por primera vez a mi hijo Josías, lloramos de emoción al lado de mi esposa y cada vez que pensamos que él un día se tendrá que marchar y formar una nueva familia, nos ponemos un poco tristes y melancólicos. Se imaginan al Padre, quien es uno con su amado hijo, uno en relación, uno en amor, uno en deidad, enviar a su hijo al mundo, a un mundo en miseria y destrucción. En segundo lugar, vemos el amor y la obediencia del hijo al venir a este mundo. ¿si supieras que al viajar a un país extraño las cosas no te irán bien, te atreverías a hacerlo? Yo creo que no. Sin embargo, Jesús no, él sabía que al venir a este mundo no venía a disfrutar de todas las riquezas y placeres que este mundo le pudiera ofrecer, sino que lo tratarían mal y que incluso entregaría su vida por el bien de la humanidad. Si preguntamos ¿Por qué lo hizo? Creo que solo hay una respuesta: por amor. Por amor a su padre y por amor a la humanidad. En tercer lugar, vemos el propósito por el cual vino nuestro Señor Jesucristo: vino para salvarnos. ¿para salvarnos de que? Para salvarnos de nuestros pecados, para salvarnos de la ira de Dios, para salvarnos de la muerte y la condenación eterna. El cargó en su cuerpo con los pecados de todo el mundo y desde esa cruz ofrece salvación y libertad a todo aquel que en el crea. Que maravilloso salvador el que tenemos, gracias amado Jesús.