Escritura
Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Este hermoso texto podríamos dividirlo en tres partes. En primer lugar, vemos la fuente de la salvación: dice el texto “porque el Hijo del hombre” este es el nombre que Jesús usaba para sí mismo más que ningún otro nombre, es una referencia a la humanidad y humildad de Cristo, él se vistió de hombre, él se hizo como uno de nosotros ¿no es esto maravilloso? Los grandes reyes y poderosos de la tierra casi nunca hacen eso, ellos se juntan, conversan y comen solo entre gente refinada y culta, no son accesibles para la gente común y corriente, sin embargo, no mi salvador, el siendo el sustentador de la vida, el Rey de reyes y Señor de señores, de forma voluntaria y por amor descendió a este mundo, nació en un humilde pesebre, caminó, corrió y jugó al lado nuestro. ¿Quién más que un hombre puede entender y compadecerse de nuestras debilidades? En segundo lugar, vemos el propósito de su venida: el vino a buscar y a salvar. ¿acaso no lo ven dejando a las noventa y nueve ovejas y yendo en busca de la descarriada? ¿acaso no lo ven caminar por senderos peligrosos, ríos caudalosos y un sinfín de adversidades con tal de tener a su oveja al lado? ¿acaso no ven correr al ver de lejos a su amado hijo quien se encontraba extraviado? ¿acaso no lo ven reconocer de entre la multitud a ese pequeñín que se había subido en un sicómoro para verlo? ¿acaso no lo ven diciéndole a Saqueo, bájate de ahí, porque hoy iré a tu casa? Muchas veces cantamos el himno: “halle un buen amigo” o la alabanza “yo te busco” sin embargo lo real es él nos buscó y él nos halló. Estábamos perdidos y el vino a salvarnos, nos rescató del daño que podíamos sufrir y nos liberó del peligro que estaba asechándonos, ¡que hermoso salvador el que tenemos ¡ E En tercer lugar, vemos el receptor de la salvación: dice el texto “vino a buscar y a salvar lo que se había perdido el perdido” bien dijo nuestro Señor Jesucristo “los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos...no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” es imposible que uno alcance la salvación si primero no reconoce que está perdido, el pecado a devastado a la humanidad entera, dejándonos estropeados, corrompidos, malvados, arruinados y encaminados a la condenación eterna. Sin embargo, Dios en su misericordia, gracia y amor envió a Jesucristo para salvarnos de la ira y el juicio de Dios que vendría sobre nosotros. Si Jesús vino a buscar y salvar lo que se había perdido ¿no creen que en identificación con Cristo estamos aquí por la misma razón? Tenemos que dejar nuestra comodidad en casa y romper esa burbuja en la que se encuentra la iglesia, que la aísla de la sociedad y comenzar a ir en busca de los perdidos, la mayoría de congregaciones en nuestros días tiene una tasa de crecimiento de 1 persona por año. ¿a qué creen que se debe todo esto? Creo que una de las respuestas es que hemos entendido al revés la gran comisión: en vez de “id y haced discípulos” estamos “esperando a que la gente venga, y nunca lo harán”. Dios nos ayude a tener el mismo corazón compasivo que tenía nuestro maestro por las almas perdidas, solo así invertiremos más tiempo en el día buscando a los perdidos que enfocándonos en nosotros mismos.
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