Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

En medio de una situación de dolor y desesperanza, Jesús revela una de las verdades más poderosas sobre su identidad: Él es la resurrección y la vida. Estas palabras no solo ofrecieron consuelo a Marta y a María en un momento de duelo, sino que también son una promesa eterna para cada uno de nosotros. En este pequeño devocional, deseo que juntos exploremos el contexto y el significado de esta maravillosa declaración y cómo puede impactar nuestra vida hoy.   Quiero leer para ustedes nuestro texto que se encuentra en Juan 11:25-26 que dice:  Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?   Este pasaje se encuentra en el contexto de la muerte de Lázaro, el amigo de Jesús. Marta y María, las hermanas de Lázaro, están profundamente angustiadas y lamentan la pérdida de su hermano. Cuando Jesús llega a Betania, Lázaro ya lleva cuatro días en la tumba. Marta, con un corazón lleno de dolor y preguntas, expresa su frustración de que Jesús no haya llegado antes. Sin embargo, Jesús responde con una afirmación de su poder y autoridad sobre la muerte, revelando una verdad que trasciende el momento de angustia que están viviendo.   Jesús afirma ser "la resurrección y la vida", mostrando que no solo tiene el poder de resucitar, sino que Él mismo es la fuente de toda vida. También establece dos realidades: La primera es que aquellos que creen en Él, aunque mueran físicamente, tendrán vida eterna. La segunda es que aquellos que están vivos y creen en Él no experimentarán una muerte sin esperanza. La pregunta final que Jesús hace a Marta —"¿Crees esto?"— Esta pregunta es un llamado a la fe personal y una invitación a confiar en la promesa de vida que Él ofrece.   Jesús se presenta como la resurrección y la vida, dejando claro que la muerte no tiene la última palabra para aquellos que ponen su confianza en Él. Su declaración no solo apunta a la resurrección física de Lázaro, sino también a una verdad eterna: Él es el único que tiene el poder de vencer la muerte y dar vida. Jesús no solo nos promete un futuro más allá de la muerte, sino que nos invita a vivir ahora mismo con la esperanza y la certeza de la vida eterna que Él da. La pregunta que Jesús le hace a Marta también se nos hace a cada uno de nosotros: ¿Realmente creemos que Él es la fuente de vida eterna?   En nuestros momentos de dolor, pérdida o incertidumbre, podemos encontrar consuelo y esperanza en esta verdad: Jesús es la resurrección y la vida. Esto significa que, aunque enfrentemos situaciones que parezcan sin salida, tenemos una esperanza viva en Cristo. Él tiene el poder para transformar nuestra desesperación en vida, para renovar nuestra fe y para darnos la certeza de la victoria sobre la muerte.   Hoy, pregúntate a ti mismo: ¿Realmente creo que Jesús es la resurrección y la vida en mi situación actual? ¿Confío en su poder para traer vida donde parece haber solo muerte? Deja que esta verdad transforme tu manera de enfrentar las pruebas diarias y vive con la esperanza y la paz que solo Jesús puede dar.   Jesús te invita a creer en Él como la resurrección y la vida. Esta declaración no es solo una promesa para el futuro, sino una realidad para el presente. Cuando creemos en Jesús, tenemos la certeza de que la muerte no es el final, sino el comienzo de una vida eterna con Él. Hoy, el desafío es creer en su poder y vivir con la confianza de que, en Cristo, hay esperanza más allá de cualquier circunstancia. ¿Crees esto? Dios te bendiga.