Copyright 2016-2019 Lifeword
Añadiendo A Tu Fe (Parte 2)
Lo Que Sucede Si Lo Añadimos A La Fe
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Mar 24, 2023
Mar 20, 2023
Duración:
00:14:32 Minutes
Vistas:
8

Escritura

Hebreos 5:12; 2 Pedro 1:5-10.

Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Hebreos 5:12 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. 10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

No es demasiado difícil para nosotros a veces, tolerar las necesidades de los niños; esperamos que ellos actúen de acuerdos a sus impulsos, pues no han obtenido suficiente experiencia para saber dominarlos. No han alcanzado una madurez intelectual para saber cómo deben comportarse en ciertas situaciones, no han aprendido a cooperar y respetar los derechos de las demás personas, actúan como niños porque lo son. Y tomando en consideración este hecho, los toleramos con paciencia, haciendo lo que podemos para educarlos y ayudarlos a alcanzar un nivel de madurez más alta, o simplemente ignorándoles dejando la tarea de su educación a otros individuos, algunos les enseñamos, otros les dejamos la tarea a otras personas. Pero algo que sí es difícil tolerar, son adultos que actúan como niños, personas que ya han tenido tiempo para ser educados y tiempo para adquirir experiencia y que sin embargo, están decididos a vivir como infantes, esperando que se les dé de comer, que se les atienda a su antojo y lanzando sus pequeñas demostraciones de mal temperamento cuando no se les concede lo que desean, de hecho a veces tenemos el deseo de tomar a estos individuos, ponerlos sobre nuestras rodillas y darles unas cuantas palmaditas en ese lugar que Dios hizo para eso, pues si quieren comportarse como niños, vamos a tratarles como niños, pero sabemos que eso no se puede hacer pues ya son mayores de edad.   Es triste cuando analizamos que la mayor parte de los cristianos son así, han nacido espiritualmente a la familia de Dios, pero no han crecido espiritualmente. Todavía se comportan como niños espiritualmente hablando. El apóstol Pablo nos habla de tales personas en Hebreos 5:12, diciendo: “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido”.   La razón por la cual el cristiano se queda niño sin crecimiento es porque no añade a su fe. En nuestros últimos estudios hemos hablado de una lista de cosas que encontramos en 2 Pedro 1, versículo 5-10, que se debe de añadir a nuestra fe. Uno nace físicamente, pero tiene que practicar ciertas cosas, si es que desea crecer. De la misma manera uno nace espiritualmente a la familia de Dios por medio de fe, pero si desea crecer espiritualmente, hay algunas cosas que va a tener que practicar.   Hoy queremos hablar de lo que podemos esperar si es que no añadimos a nuestra fe, pero antes vamos a regresar a nuestro texto en 2 Pedro, capítulo 1, versículos 5-10, para leerlo y refrescar un poco nuestra memoria, dice así: “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás”. En nuestro texto notamos tres cosas que nos sucederán si no añadimos virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor a nuestra fe. En primer lugar, quedaremos sin fruto, en segundo lugar, tendremos la vista muy corta, y, en tercer lugar, no podremos pararnos firmes si no que nos encontraremos siempre caídos en el suelo.   La Biblia nos enseña en Juan 15, versículos 1 y 2, que nosotros debemos llevar fruto. Jesús dice: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”. Nuestro texto nos enseña que, si añadimos a nuestra lista de cosas, estas que dicen en 2 Pedro, capítulo 1, versículos 5-10, a nuestra fe y estas cosas abundan en nosotros, no podemos estar ociosos ni sin fruto. Una vez que estamos practicando hacer el bien, estudiando la Palabra para ver lo que Dios desea de nosotros y cómo cumplir lo que desea, controlando nuestros deseos carnales, siendo pacientes con otros, practicando el compañerismo entre hermanos y testificando acerca de la salvación que pueden tener en la persona de Cristo Jesús, el resultado de esas cosas va a ser fruto. Y entre más frutos damos, más bendecidos vamos a ser por el Señor. Dios nos dará a conocer su voluntad y eso nos llevará a la producción de más fruto, la cual traerá más felicidad a nuestras vidas y deseará producir más frutos. ¡Gloria a Dios!, nuevamente quiero hacer énfasis en el hecho de que es nuestro deber producir fruto. No solo el pastor debe producir frutos, sino que cada hijo de Dios debe dar fruto. Jesús dice en Juan 15:8: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”. La razón por la cual muchos cristianos no están dando fruto, es porque no han añadido a su fe. La segunda cosa que nos sucederá si no añadimos a nuestra fe, será que nuestra vista será corta. Esto simplemente significa que no podremos ver más allá, del lugar donde actualmente estamos. Cuando uno tiene el privilegio de visitar otros lugares, conocer a otras personas y ver diferentes costumbres, su conocimiento crece y uno tiene un apetito por conocer aún más, ya no vive dentro de los límites de su pequeña ciudad o país, sino que desea alcanzar nuevos horizontes. Cuando tiene que desarrollar un trabajo su manera de actuar y expresarse no será limitada, pues uno ha adquirido información que lo ayudará a desarrollarse con más amplitud. El cristiano que ha recibido a Jesús, y no añade las prácticas de estudiar la Palabra para ayudar a otros, vivirá la vida de un recién nacido que llora cuando tiene hambre y que desea ser cargado siempre por los demás, será una persona egoísta que solo piensa en su propio bienestar, sin tomar en cuenta el desvelo y la angustia que les causa a otros. Es normal que el cristiano nuevo sea cargado y protegido por sus hermanos mayores por un tiempo, pero cuando pasan años y el bebé no ha crecido, lo que tenemos es una anormalidad. Conste que la familia de Dios está llena de cristianos anormales que nunca han crecido espiritualmente, hijos que son un peso para la familia en vez de una bendición ya que únicamente piensan en sí mismos, quieren que sus hermanos siempre los tengan en brazos, siempre desean que uno los esté mimando, pero nunca levantan un dedo para contribuir al bienestar de la familia, piensan que todos les deben brindar ayuda pero que ellos no tienen ninguna responsabilidad para con nadie. Como dice en nuestro texto, se les ha olvidado todo lo que Jesús tuvo que hacer para que pudieran pertenecer a la familia de Dios, lo que sucede, y esto es verdaderamente lamentable, es que están abusando de los privilegios que Jesús les ha dado a costa de su propia vida, lejos sea de nosotros mostrar nuestro agradecimiento de esta manera.   Ya se sabe, y esto nos trae al último punto, que esta persona no va a poder parase firme. No tiene estabilidad, no tiene experiencia, no ha salido a la batalla, es un bebé, en vez de proteger, tiene necesidad de ser protegido y lo triste es que, en vez de ser un guerrero, se ha convertido en un peso enorme para el ejército, quien no solo tiene que cuidarse del enemigo, sino también de él mismo, pues con su inhabilidad, puede ser hasta peligroso para sus compañeros combatientes. Es como ir a una batalla con puros novatos, uno tiene que cuidar su espalda al igual que su frente pues quien sabe lo que estos soldados sin experiencia van a hacer, a lo mejor le disparan a uno creyendo que es el enemigo. El cristiano que no añade a su fe va a vivir cayendo a cada momento en las trampas que el enemigo les tiende, y los hermanos, en vez de estar ganado armas, tienen que dedicarse a salir de un lio tras otro.   Hermanos, con toda sinceridad, debemos dedicarnos a luchar diligentemente por añadir estas cosas a nuestra fe, pues si no, no vamos a producir fruto, seremos cortos de vista y viviremos cayendo a cada instante. Esta no es la manera en que un hijo de Dios debe vivir. Todos tenemos una obligación de crecer y de ser fuertes y saludables, para la honra y la gloria de nuestro Señor.   Vamos a orar. Padre, gracias te damos por la serie de estudios que hoy estamos finalizando, te pedimos perdón por no haber sido más diligentes en añadir estas cosas a nuestra fe para así ser más responsables y productivos, en la lucha que tenemos contra el mal, Padre, pedimos ayuda para aplicar estas cosas a nuestras vidas, ya que sin ti estamos totalmente perdidos. En el nombre de Jesús, oramos. Amén.

Otros archivos en esta serie