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Añadiendo A Tu Fe (Parte 2)
Nacimos Para Crecer
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Mar 13, 2023
Mar 13, 2023
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

Eclesiastés 12:13; Efesios 2:10.

El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Eclesiastés 12:13 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Hay quienes piensan que existimos por una coincidencia, y que realmente no tenemos ninguna función más que la de sacarle el jugo a la vida. Tales personas son conocidas como existencialistas. La vida nos enseña que tal forma de pensar es una necedad pues hemos sido creados para honra y gloria de nuestro Creador, Jehová Dios. El sabio Salomón escribe en Eclesiastés 12:13, “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre”. Salomón, después de haber hecho todo lo que el hombre puede hacer en esta vida, después de establecer todo lo que el hombre hace para sí mismo y que es vanidad de vanidades, escribe, para que todos entendamos que la razón de nuestra existencia es temer a Dios, o sea, respetarle sobre todas las cosas y cumplir sus mandamientos, o sea, serle obediente. Salomón aclara: Esto es el todo del hombre, no existimos para sacarle el jugo a la vida, tampoco existimos por pura coincidencia. Dios sabe exactamente lo que hace, de esto podemos estar seguros; todo lo que hace será para su honra y gloria y entre más rápido aceptamos esta verdad más pronto podremos alinearnos con su forma de pensar y así estar seguros de caminar dentro de su voluntad. Quienes debemos comprender este concepto mejor que nadie somos nosotros los cristianos. No hemos sido creados en Cristo Jesús para ocupar un espacio en un escaño del templo, Dios no nos ha llamado a calentar bancas, Efesios 2:10, nos enseña con gran claridad que “Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Yo te aseguro, basado en la Palabra de Dios, que nosotros los cristianos, no estamos aquí para beneficiarnos de lo que este mundo puede proveernos, nosotros estamos aquí para hacer buenas obras y nunca he visto a nadie llevar a término una obra parada y con los brazos cruzados. A menos de que su trabajo sea probar chalecos de fuerza para los manicomios. Hermanos, existimos, no para existir nada más; sino para traer honra y gloria a nuestro Padre que está en los cielos. Jesús dice en Mateo 5:16: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en el cielo”.   Para nacer a la familia de Dios, no tuvimos que hacer otra cosa más que aceptar las verdades de Dios, arrepintiéndonos de nuestros pecados, pidiendo perdón y aceptando a Cristo como nuestro Salvador debido a su sacrificio en la cruz del calvario por nuestros pecados. Lo que tuvimos que hacer es ejercer fe. Nosotros no vimos a Jesús morir por nuestros pecados, no le vimos resucitar de los muertos, no le vimos sentarse a la diestra de Dios para ser nuestro abogado, no vimos ninguna de estas cosas, lo que hicimos, fue creer a Dios. Dios dice que todas estas cosas son así y nosotros aceptamos su Palabra, lo que sí hemos podido ver es el resultado de haber creído en Dios y este creer sin ver se llama fe. Fe es todo lo que se necesita para nacer a la familia de Dios, uno no puede ganarse entrada a la familia de Dios por alguna hazaña que haga o  un acto de heroísmo, uno no puede adquirir un puesto en la familia de Dios por medio de comprarlo, para entrar a la familia de Dios, uno tiene que ponerse de acuerdo con Dios, admitir que es pecador y aceptar por fe que Jesús murió por nuestros pecados y que hoy está vivo para ser nuestro Salvador, esto es todo lo que se tiene que hacer y es todo lo que se puede hacer. Y cuando hacemos esto, Dios nos hace nacer a su familia, por medio de enviar su Espíritu Santo a nuestro Espíritu Humano en el preciso instante en que pedimos a Jesús entrar a nuestro corazón.   Es realmente lamentable que la mayoría de cristianos se encuentren todavía en esta etapa de su vida cristiana, han nacido en la familia de Dios, son hijos de Él, pero no han crecido, es cierto que para nacer uno no tiene que hacer nada más que aceptarlo, el recién nacido sale del vientre de la madre y recibe en sus pulmones oxígeno, sino acepta el oxígeno, morirá; el hombre que no recibe a Cristo como Salvador, también morirá espiritualmente y lo único que tiene que hacer es aceptar la verdad de Dios así como el bebé recibe  el oxígeno, pero nosotros queremos analizar el asunto de cumplir con la razón de nuestra existencia, que es: Servir a Dios, y para hacer esto, tenemos que hacer más que solo tener fe. Como hijos de Dios, tenemos que añadirle a nuestra fe para poder crecer correctamente y así estar capacitados para servir a Dios. Así como el niño no puede ser servicial en la sociedad, si no hace más que solo nacer, así tampoco el cristiano podrá servir a Dios, si no hace más que solo nacer a su familia. El niño debe aprender a gatear, caminar y después correr, el niño necesita ir a la escuela para tener un desarrollo intelectual y aprender cosas que van a serle útil en movilizarse dentro de nuestra sociedad, así también el hijo de Dios tendrá que añadir a su fe, ciertas cosas, para poder ser útil en engrandecer el reino de Dios aquí en la tierra.   Existe una lista de cosas que podemos añadir a nuestra fe en 2 Pedro, capítulo 1, versículo 5-7, las cuales nos ayudarán a llegar a ser cristianos fuertes y maduros, en nuestros próximos estudios, vamos a analizar esta lista y observar algunas cosas que pueden ser de mucho beneficio a nuestro crecimiento espiritual, pero por el momento el tiempo se nos ha ido, así que vamos a orar.   Padre, gracias te damos por habernos hecho nacer a tu familia, solo tú sabes lo agradecidos que estamos, pero Padre no queremos ser niños toda la vida, queremos ser hijos espiritualmente maduros y responsables, Señor queremos mostrarte nuestra gratitud, por medio de engrandecer tu reino aquí en la tierra, queremos poder defendernos en contra del mal y no estar tropezando a cada momento, por eso pedimos de todo corazón que tú, Padre, nos enseñes por medio de tu Palabra, los pasos que debemos tomar para alcanzar esta madurez y serte más serviciales, te lo suplicamos en el nombre de Jesús. Amén.

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