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Añadiendo A Tu Fe (Parte 2)
Añadiendo Piedad, Misericordia
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Mar 21, 2023
Mar 20, 2023
Duración:
00:14:32 Minutes
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5

Escritura

Romanos 3:23; 2 Pedro 1:5-10.

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:23 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. 10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

¿En qué situación nos encontraríamos si Dios no hubiera tenido piedad de nosotros?, el hombre en su perversidad, en total rebeldía a Dios, ha levantado su rostro en desafío al creador del universo. Ha decidido hacer su vida sin tomar en cuenta la razón por la que fue creado. Con un solo gesto de desprecio, Dios ha sido expulsado de las escuelas, gobiernos y de la unidad familiar, para ser reemplazado por el humanismo secular, la creación ha decidido que el Creador no hace falta y que las respuestas al éxito de la humanidad se encuentra en nosotros mismos; tal pensar  lleva en sí sus propias consecuencias, por las cuales estamos pagando a precio muy caro sin tomar en cuenta que Dios con una media palabra, podría borrarnos eternamente del mapa, enviando nuestras almas directo a un trágico sufrir por toda la eternidad, pero Dios es amor, y en su amor ha tenido piedad, compasión y misericordia para su creación. Viendo la situación desesperada del hombre, envió a su unigénito Hijo Jesucristo a morir en la cruz del calvario para que el hombre pudiera escapara de su enorme lío.   La realidad es que todos debiéramos morir físicamente después de sufrir las consecuencias de una vida en rebelión a Dios y luego padecer los sufrimientos dentro de las llamas del infierno por el resto de la eternidad, porque para ir al cielo, por méritos propios, uno tendría que ser completamente perfecto, sin haber pecado ni una sola vez, así que todos quedamos excluidos, pues la Palabra de Dios, nos dice en Romanos 3:23, que “Todos hemos pecado, y por lo consiguiente estamos destituidos de la gloria de Dios”. Menos mal que Dios ha tenido piedad de nosotros. Siendo nosotros hijos de Dios, la piedad se debe ver en nuestras vidas también. Para nosotros no será tan fácil practicar la piedad, es algo que tendremos que añadir a nuestras vidas, es algo que tendremos que practicar una y otra vez para que llegue a ser hábito en nuestras vidas. Con la ayuda del Espíritu Santo y la práctica continua de la piedad, podemos añadirla a nuestras vidas y así crecer espiritualmente. Vamos a nuestro texto en 2 Pedro 1:5-10, para refrescar nuestra memoria y así entrar al séptimo estudio de la serie “Añadiendo a nuestra Fe”, dice: “Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás”. La Palabra de Dios es muy clara en enseñarnos que debemos ser diligentes en añadir ciertas cosas a nuestra fe para que podamos dar fruto y nos enseña que, si no añadimos esta lista de cosas, es porque tenemos una vista corta de lo que es ser cristiano y estamos ciegos en cuanto a lo que Dios espera de nosotros y de que nos hemos olvidado de lo que somos en Cristo Jesús. Además de todo eso, nos hace ver que viviremos cayendo momento a momento, por falta de madurez y fuerza espiritual que vienen con el añadir estas cosas a nuestras vidas.   Ya hemos estudiado acerca de añadir virtud, el deseo de siempre hacer lo bueno, conocimiento, el obtener información bíblica que nos ayude a hacer lo bueno, el dominio propio, autocontrol, para que hagamos siempre lo correcto y paciencia, o sea, la habilidad de sufrir cosas con resignación, dando tiempo a que haya un resultado positivo. Hoy llegamos a un elemento más que debemos añadir a esta lista de cosas: Piedad.   Es sumamente importante que el discípulo de Jesucristo muestre “Piedad”, piedad no es más que compasión mezclada con misericordia, si el cristiano no siente compasión y misericordia por el pecador, dejará de hacer lo bueno, dejará de compartir el evangelio de Cristo con otros, dejará de dar un buen ejemplo al incrédulo, porque no le importará el destino eterno de las almas. Conste que esto es algo, nuevamente que el discípulo de Jesús debe buscar añadir a su fe con diligencia. Si uno no tiene piedad debe postrarse ante Dios y suplicarle que le ayude a obtenerla, ¿por qué? Porque si el creyente tiene piedad, no se cansará de anunciar la buena nueva de la salvación de Cristo Jesús, no se cansará de ayudar al pobre, no se cansará de apoyar a sus hermanos en la fe, y entre más practica la misericordia, más le dará Dios para poder continuar en la práctica de la misma. Claro está que el que siembra piedad, cegará piedad, su recompensa, será grande. Por otro lado, si el creyente no añade esto, será obstaculizado y detenido en su crecimiento espiritual, tendrá la vista corta, no vera todas las cosas maravillosas que Dios puede hacer con su vida, no verá las posibilidades de cambios en personas que pueden lograrse por medio de su intervención y que luego serán de bendición y beneficio a la obra del Señor. Muchos enemigos fuertes del evangelio han llegado a ser fuertes aliados del evangelio debido a que alguien, con piedad para ellos fue constante en compartir el mensaje de Dios. Estas personas que habían añadido piedad a su fe aguantaron las burlas, el menosprecio y las injusticias de dichos enemigos, pero la piedad que sentían para dichas personas les hizo ser constantes en anunciar el amor de Dios y finalmente, el amor venció.   El creyente que no añade piedad a su fe llega a cegarse al significado de su existencia, su mente se nubla y queda sin comprensión del propósito de su llamado, se le olvida que él una vez estaba en la misma situación y que Dios y otros tuvieron piedad de él. Se le olvida que él iba camino al infierno debido a sus pecados, que merecía pagar la consecuencia de sus pecados, pero que Jesús con piedad murió en su lugar, se le olvida que alguien le anunció esta verdad y que cuando vino a Cristo para pedirle perdón, Jesús le perdonó de todos sus pecados dándole vida eterna y un propósito para vivir, se le olvida que Dios le adoptó a su familia y que le llama hijo.   Una persona en esta condición, habiendo recibido tanta bendición de Dios, realmente está ciega. ¿Cómo es posible que tantos cristianos nos encontremos en esta situación? La respuesta es fácil, hay cosas que necesitamos añadir a nuestra fe y una de ellas es piedad. Esta falta de piedad nos hace caer una y otra vez, cuando no tenemos compasión para el pecador, nos convertimos en personas egoístas, queriendo tener todo para nosotros, pero no queriendo que nadie más alcance lo que hemos obtenido. Nos convertimos en malos siervos, así como el siervo mencionado en la parábola de los talentos; escondemos nuestra fe, no compartimos a Cristo con otros y no agradaremos al Señor de esta manera. Nuestra falta de ser productivos traerá un estancamiento a nuestro crecimiento espiritual. Cuando somos atacados por Satanás, caeremos por falta de fuerza. Cada uno de nosotros necesitamos luchar diligentemente por añadir piedad a nuestra fe. Conste que el hecho de que la Biblia nos indique que debemos añadir piedad a nuestra fe, es porque hay una falta de piedad en nosotros. Muchos creyentes piensan que tenemos todo ya establecido en nuestras vidas. Desde el momento en que recibimos a Jesús, piensan que somos perfectos conste que esto no es así, de otra manera, la Biblia no nos haría ver la necesidad de añadir algo, si no tenemos piedad, lo primero que necesitamos hacer es orar, pidiendo a Dios que nos de piedad para con otros y preguntarnos: ¿Cómo me sentiría yo si estuviera así? ¿Qué iba a querer yo que otros hicieran en mi situación?, al ponernos en el lugar de otros, muchas veces las cosas se ven diferentes, permitiéndonos empatizar con las personas. No es que la piedad sea algo fácil de añadir, si lo fuera la Biblia no nos diría que buscáramos añadirla con diligencia, pero sí es esencial añadirla a nuestras vidas si queremos crecer espiritualmente y dar fruto que honre y glorifique a Dios.   Vamos a orar. Padre, antes de todo, queremos agradecerte por haber tenido piedad de nosotros. Somos inmerecedores de tu amor, y en cambio de la piedad que nos has mostrado, te suplicamos que nos permitas a nosotros mostrar piedad también en nuestras vidas. Nosotros queremos ser como tú, queremos agradarte con nuestras vidas, por todo lo que nos has dado, ayúdanos a añadir este valioso elemento a nuestro diario vivir. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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